Acabo de terminar de leer el último libro de Ernesto Ottone titulado El viaje rojo que relata su experiencia desde los años en que era un estudiante de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, para luego ser dirigente universitario de la Jota, recorrer diversos países y continentes representando a la Federación Mundial de las Juventudes Democráticas (FMJD) donde llegó a ser su Presidente en plena Guerra Fría hasta renunciar por diferencias que hacían insostenible su continuidad en el cargo.
Estas diferencias se fueron gestando en base a lo que pudo ver en su destacada trayectoria en diversos países del Este Europeo, palpar las diferencias entre el comunismo italiano, el soviético y el cubano. Las realidades de países como el Congo o Argelia que eran verdaderos experimentos de la guerra fría donde ambos ejes en pugna se repartían naciones y creaban países a la fuerza luchando por el dominio de la hegemonía a nivel mundial. Diferencias que se traducían en cómo dar la lucha contra la dictadura chilena, si a través de las armas o generando una amplia oposición al dictador. Esto más tarde lo llevó a renunciar el Partido Comunista cuando ya había optado por la vida académica e intelectual, trabajando en organismos internacionales de Naciones Unidas principalmente en temas de juventud y educación.
Por eso hoy veo con asombro las declaraciones en que se refiere a los actuales dirigentes estudiantiles tratándolos como ignorantes, indicando que no leen y que confunden neoliberalismo con una economía de mercado. No comprendo que un académico e intelectual de su trayectoria se refiera así a quienes han tomado la posta de la dirigencia estudiantil y que para bien o para mal son hijos de los procesos en que él participó activamente con mucha convicción en décadas pasadas.
Habrá que preguntarse por qué nuestras generaciones cada vez leen menos, habrá que conversar sobre el sistema educativo impuesto en dictadura y sobre si fue profundizado o humanizado durante los gobiernos democráticos de la transición. Se podrá discutir si Chile es una economía de mercado que tiende a parecerse a Noruega, Suecia o Dinamarca o un ejemplo del neoliberalismo impuesto mediante sangre durante la dictadura. Claramente es una discusión que al parecer no se agota y que sigue muy presente.
Creo necesario realizar un nuevo ejercicio de memoria, que nos permita seguir avanzando hacía una sociedad más justa, una sociedad de derechos, con debate, con sueños y con respeto por quienes la constituimos.
Los estudiantes se pueden equivocar, el mismo profesor Ottone reconoce haberlo hecho en su juventud, todos nos equivocamos, pero creo que se pierde la crítica y el foco cuando se descalifica para manifestar un desacuerdo. Así como El viaje rojo es un ejercicio de memoria, creo necesario realizar un nuevo ejercicio de memoria, que nos permita seguir avanzando hacía una sociedad más justa, una sociedad de derechos, con debate, con sueños y con respeto por quienes la constituimos.
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solopol
Los jóvenes suelen decir las cosas por moda, y los viejos suelen olvidar que fueron jóvenes, sobre todo la generación de Ottone.