¿Quién dijo que esta, la segunda, es la última oportunidad de buscar una nueva constitución? ¿Por qué sería eso? No existe ninguna regla que diga que Chile sólo cuenta con dos oportunidades de buscar una nueva constitución para reemplazar la actual, denominada familiarmente como “la constitución de Pinochet-Lagos”.
No existen razones para ello. Por el contrario, que se esté intentando por segunda vez es una clara prueba de que la necesidad de una nueva constitución persiste y que es acuciante. Es como tener una enfermedad crónica que es posible de curar, pero que para la cual aún no se encuentra la cura. Y no porque fallen las dos primeras opciones médicas se dejará de buscar el remedio. Las enfermedades, sobre todo si son graves, se siguen tratando, probando una u otra solución médica, hasta encontrar la solución final, si esta existe.
Y si bien una constitución política es de la máxima importancia, una constitución enferma es de la máxima gravedad.
Nos encontramos en una situación en que el mayor porcentaje de la población del país manifiesta interés en cambiar de constitución, directa o indirectamente, y se sabe porque así lo han declarado o demostrado los distintos representantes de las distintas corrientes del pensamiento nacional. Pueblos originarios, partidos políticos, movimientos sociales, gremios, etc., han presentados a sus postulantes a constituyentes primero y a consejeros después, pasando por las cámaras de senadores y la de diputadas y diputados, quienes son representantes, sin lugar a dudas, del pueblo. Estos pusieron las reglas del juego para esta nueva etapa del proceso constituyente, mediante las “12 bases” o “Reglas de borde”. Luego, un comité de expertos, dispuestos por estas mismas cámaras, redactó un primer esbozo de nueva constitución para que posteriormente un Consejo Constitucional elegido por la ciudadanía elaborase la propuesta final de constitución, que es la que se entregó al Presidente de la República y será votada finalmente el día 17 de diciembre de este año.
En otras palabras, existe una necesidad acuciante de una nueva constitución, y es reconocida por todos los sectores de la sociedad chilena, directa o indirectamente.
Y si algún sector de la población no reconoce la existencia de esta necesidad, se trata de una porción minoritaria, pues incluso el Partido Republicano, que la negaba inicialmente, en la práctica han redactado más de la mitad de la propuesta final, y han participado activamente en todo el proceso.
Por otra parte, abortar la operación después de un segundo intento constituye un costo hundido que sería irrecuperable, en cambio, si se utiliza como insumo para una próxima búsqueda, sería un aprovechamiento máximo de los recursos. Así que, ¿por qué limitar la búsqueda de una nueva constitución, hasta cualquier tope de veces? Ni siquiera la ingeniería de la administración propicia una posición como esta y, por el contrario, aconseja la mejora continua.
No existe ninguna regla que diga que Chile sólo cuenta con dos oportunidades de buscar una nueva constitución para reemplazar la actual (...) Es como tener una enfermedad crónica que es posible de curar, pero que para la cual aún no se encuentra la cura
Pero sin ir tan lejos, tal vez la situación sea que lo que está mal planteado sea la soluciomática del problema. Es decir, se pretende dar con una cura utilizando pinzas ineficientes y gasas sucias, en lugar de usar el instrumental correcto. Tal vez la forma de enfrentar una nueva solución debería ser otra.
Bueno, esto si gana la opción “En contra”, pues si gana la opción “A favor” estas serían palabras al viento.
En este momento, nos encontramos en la etapa de recogimiento analítico posterior a la entrega del producto final, (propuesta Constitución Política de la República de Chile, el 7 de noviembre, al Presidente Boric), y previa al plebiscito de diciembre.
De todas maneras, para sí o para no, la cantidad de oportunidades no debe administrarse antojadizamente, esta no tiene por qué ser la última oportunidad de buscar una nueva carta fundamental, y por último, el único que puede dar una cifra final y las condiciones para hacer esto o aquello es el soberano, el pueblo, y no algún “iluminado” con candela de sebo.
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Muchas gracias Fedora. Comparto que en ambos casos ha fallado el método. Debe perfeccionarse.
Omar VIllanueva Olmedo
Y tenía usted razón en su artículo. Al parecer no hay segunda sin tercera. ¿Y será la última en ya larguisimo chacoteo o túnel constitucional en que nos han metido los políticos? Los norteamericanos hicieron una hace aprox. 200 años y todavía está vigente con algunas enmiendas y son una potencia mundial.
Jaime
Estimado Omar: No nos apresuremos, aún no hay resultados. Por otro lado, cada constitución revela la idiosincrasia de la gente para la cual fue redactada. Le aseguro que si copiáramos la constitución de EEUU no seríamos como EEUU.
Mis saludos.
Oscar Martínez
Claro, hagamos una constitución como EEUU. Solo nos faltaría importar miles de esclavos africanos, y que los dueños de los esclavos llamados «padres de la patria» redacten el texto. Bah, que paradoja, si ya está esclavizado el shileno y los dueños de Chile ya escribieron la constitución con Pinochet. Lagos el Tío Tom , le puso un toque de color nomah. Así que fueron los señores Militares los que nos dejaron el cacho de la mala Constitución.
Gonzalo vicuña
Hasta ahora «el soberano» se le ha iluminado con candela de cebo, que el gran sistema cultural neo liberal proporciona mediante los alimentadores automáticos, partiendo por la televisión. Estás en lo correcto, el proceso de nueva construcción no se detiene sólo porque la maquinita repita como loro que el proceso terminó. Los procesos no se detienen si «el soberano» quiere seguir intentando redactar un proyecto que lo represente.
Si gana el apruebo, que pareciera no es el caso, pero digamos si gana el apruebo; si de un plumazo se pierden derechos ganados luego de años de discusión y votaciones democráticas, la agitación social no disminuirá.
Si se rechaza este proyecto nefasto que propuso republicanos, será una nueva oportunidad para redactar un texto moderno y acordé al siglo 21 y más allá.
abechtold
Los «derechos ganados» no existen como tal, y menos aún los derechos positivos ( es decir los derechos que cuestan plata), pues alguien los tiene que pagar. Si no hay plata, no hay derechos (positivos). Eso es una constante.
Así que esto no se trata de «ganamos un derecho» y luego a sentarse a recibir. Esa ilusión es lo que nos tiene en el suelo
Y la elección de entrada del 2020 no dió un mandato infinito hasta en aprobar una Constitución de izquierda. Solo dió un mandato a hacer UN proceso; y este no funcionó. El segundo fue un «vale otro» que sacó la izquierda a punta de amenazas de violencia. Pero si este no pasa, se acabó, habrá cero respaldo ciudadano para nuevas intentonas. Y, cuando quieran en algunos años revivirlo, vendrán todos los recuerdos del fiasco de estos dos procesos, que impedirán que se haga uno nuevo. Por lo que, para que lo intenten de nuevo , tendrá que pasar una generación…mínimo 20 años. Así que quizás el 2040 puedan generar una Constitución de izquierda; suerte en ello…
Jaime Sierra
Gonzalo:
Te encuentro razón en aquello que una constitución que no una nos dividirá aún más, y podría hacer tambalear una estabilidad que resultaría efímera. Podría ser más peligroso que lo que algunos puedan avizorar.
henry
Despierten los injustos clamando ser justos y busquen la etimologia de la palabra CONSTITUCION…y luego adquieran para Uds. mismos tal definicion
que mucho les sirve. Otra vez no fuimos al ultimo mundial de futbol pero casi lo logramos gastando una fortuna para aplastar a Ecuador.
Que habriamos hecho? Nada como siempre..(parola, parolas). Ah…pero somos los JUAGARES DE AMERICA DEL SUR (What is going on?..)
y..COLO COLO pierde casi todos sus partidos,otra actuacion mediocre y aun quieren hacerlo campeon de nuevo. Otra quimera o ilusion.
Que importante es COLO COLO para el pueblo…y sus gobierno, instituciones, anacronicos politicos, la iglesia , entonces que valioso es el
PUEBLO para elegir su verdadera y justa CONSTITUCION..Vos eres huevon? Eres un iluso?…
Despierten y reconozcan que Uds., todos los chilenos han dejado este pais como la MIE..Terminen de una vez este show, paren de ser conejillos de India,
y no vivan mas de las apariencias,por favor.. y vuelvan a leer «MARTIN RIVAS»con un espiritu literario propio de nuestros tiempos.
Finalmente, unanse reconociendo sus defectos, siendo CONSIDERADOS,mirando al projimo con RESPETO y asi tendremosuna verdadera CONSTITUCION
,DEMOCRATICA Y PROPIA DE CHILE..Su servidor, un huevon chileno viviendo muchas lunas afuera, inocente de la creacion de esta «DISONANTE ORQUESTA» que anhela una vida mejor para todos y que su corazon se llene de orgullo al decir YO SOY CHILENO.
Estoy muy de acuerdo con este articulo y felicito al autor.
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Gracias, Henry por tu opinión y tus felicitaciones.
Fedora Candia
Absolutamente de acuerdo. El afirmar que es ahora o nunca, es una estrategia para presionar el voto a favor y ya terminemos con esto. En mi opinión, creo que ambos procesos deben servir de experiencia y hacer un proceso con tiempo, para verdaderos debates, haciendo partícipes a la comunidad científica, más cabildos, etc. No algo contra el tiempo. Pero sí, un proceso democrático sí o sí. Buen artículo.