Si, en base a una columna de opinión y agradecimiento, estoy haciéndome publicidad, no por temas capitalistas, algo muy feo hoy en día, sino simplemente, porque quiero compartir con ustedes, una alegría que llegó tras años de esfuerzo y un anhelado 10%.
Desde que tengo memoria, he sido fanático de la pantalla grande, mi infancia está marcada por películas de actores de la talla de Redford, Newman, De Niro, Brynner y la inconfundible Meryl Streep, por lo mismo, cuando el cable llegó a mi vida, me hice adicto a Inside de Actor´s Studio, conducido por James Lipton, quién con una destreza superlativa, extraía lo más profundo de la memoria emocional de sus entrevistados, para inspirar a alumnos y televidentes. Traigo esto a colación por lo siguiente, nunca creí cuando algunos de los invitados decían, escribí un libro en un día, hasta que me pasó.
Siete años atrás, mientras dormía plácidamente acurrucando a mi esposa, soñé una película de punta a cabo, incrédulo al despertar (alrededor de las 7:15 am) dije a mi esposa que tenía que ir a escribir un libro, riendo y con algo de sueño, me inspiró a hacer algo con ello y bueno, tres horas después, en 2 cuadernos Torre de 100 paginas, escritos por ambos lados, con muchos borrones y tarjados, nacía Viva Chile.Viva Chile, por todo lo antes dicho, es más que una historia, es una verdadera Odisea, que trata de un norteamericano que descubre que es chileno, y termina viajando a Chile a descubrir en que consiste aquello que nosotros tan bien entendemos
No entraré a detallar los cinco años que me demoró transcribirlo a un computador, tampoco la cantidad de horas que me quedé pegado aumentando las descripciones, enriqueciendo la historia o evaluando la mejor forma de musicalizar las descripciones, créanme que Elquintopoder no me autorizaría tantos caracteres, lo que si haré es describir los aspectos más relevantes en la consecución de la misma.
La primera vez que me sentí escritor fue aquí, en elquintopoder, tras haberme detenido a pensar un segundo en un irreverente nuevo político que irrumpía en el hemiciclo, sin corbata y con jockey de NIN, dejé fluir la pluma, hasta producir Boric Sin Antestesia, mi columna más exitosa, llena de emociones y reacciones positivas, surgidas en la interacción con quienes apreciaron mis palabras, en base a un diálogo ameno y respetuoso de las diferencias políticas.
Doy gracias al Elquintopoder por dejarme ser tal cuál soy y por haberme regalado la oportunidad de sentarme a la mesa con el ex Presidente Ricardo Lagos Escobar, y hacerlo reír a destajo, en una reunión destinada, supongo, a otra cosa, jaja.
Viva Chile, mi primer libro, fue maqueteado gracias al libro de José Ignacio «El Chascas» Valenzuela, Taller de Escritura de Telenovelas, donde paso a paso, te enseña a convertir un relato en personajes, tramas y escenas. Pero el aporte del Chascas trasciende la simple publicación de una cátedra de escritura, gracias a las redes sociales y un espíritu generoso, uno que otro intercambio de emails fue dándome luces y directrices para terminar esta tremenda hazaña, la cuál, por increíble que parezca, surgió en un sueño.
No se si han tenido el placer ver las entrevistas de James Lipton en Inside the Actors Studio, véanlas, su gracia y manejo es único, era realmente adicto a este programa, creo que aún lo soy, y tengo tan patente los relatos de grandes directores, quienes mencionaban que operas primas de la gran pantalla, surgieron en lapsus de días y horas, era inconcebible, hasta que me pasó.
Viva Chile, por todo lo antes dicho, es más que una historia, es una verdadera Odisea, que trata de un norteamericano que descubre que es chileno, y termina viajando a Chile a descubrir en que consiste aquello que nosotros tan bien entendemos, desde la sensación placentera de un pan con palta, hasta los dolorosos recuerdos de una resaca por piscolas, nuestro protagonista recorrerá Valparaíso, Concepción, Cauquenes, Valdivia y Punta Arenas, o dicho en buen chileno, desde el Jota Cruz, pasando por la Fuente Alemana, la Panadería Chilena, el Calle Calle y las Torres del Paine, para ver como la Dictadura y el Padre Joannon, lo alejaron de sus raíces.
Eso, es más o menos está columna, un deseo de compartir alegría y plenitud con ustedes, agradeciendo a todos y cada uno de los que han influenciado mis letras, sin saber dónde terminará, pero agradeciendo todo el camino recorrido.
Amigos del elquintopoder…. ¡¡Gracias!!!
Comentarios
13 de julio
Felicidades y felicitaciones amigo y colega Patrick H. Fisk, escribir un libro es un acto contrario al egoísmo, se hace por el deseo y las ganas de compartir y lo reflejo con esta pregunta: ¿de qué sirve aprender algo si no se comparte?.
Al mismo tiempo, tiene su grado de responsabilidad, ya que un libro es la llave que nos permite tocar e influir en la mente de las personas que nos leen.
Saludos amigo y nuevamente te felicito.
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13 de julio
Muchas Gracias Fernando, sin duda, tú eres una de las personas aludidas cuando digo «agradeciendo a todos y cada uno de los que han influenciado mis letras».
Coincido en que escribir un libro es un acto de generosidad, agregando que es un salto al vacío donde te expones libremente y sin miedo, y bueno, sino seríamos comentaristas jajajaja
Un fuerte abrazo y muchas gracias.