Desperté reflexivo, las palabras de Gonzalo alteraron mi sueño reparador y tras revisar las redes sociales, algo en mi brota y se transforma en palabras, unas que pienso compartir
Todo País, Nación o República, con el paso del tiempo, va requiriendo revisar, actualizar, modernizar y reconstruir los pilares sobre los que se funda, siendo esto un proceso democrático esencial, sin embargo, el fondo y el trasfondo, suelen perderse en las voces de quienes modelan la forma y eso es quizás lo que cohesionó la votación popular en el plebiscito de salida.
Volviendo al título de la presente columna, según la Real Academia Española, la prudencia es propia de quienes actúan con moderación y cautela, tal y cómo sostenía Shakespeare al decir que el hombre cauto (prudente) jamás deplora el mal presente, sino que emplea el presente en prevenir aflicciones futuras. En tiempos donde las críticas siguen enfocadas en mirar la paja en el ojo ajeno, quizás la falta de prudencia, expresada en cuñas periodísticas carentes de moderación y cautela, en voces de constituyentes que deploraron el presente y el pasado de nuestra vida republicana, son los errores que se tengan que considerar para prevenir aflicciones sociales futuras, velando así por una sociedad que no vuelva a expresarse cómo aquel 18 de octubre.Todo País, Nación o República, con el paso del tiempo, va requiriendo revisar, actualizar, modernizar y reconstruir los pilares sobre los que se funda, siendo esto un proceso democrático esencial
Pusilánime en cambio, definido por la RAE como propio de una persona con falta de ánimo y valor para tomar decisiones o afrontar situaciones comprometidas, simplemente por carencia de dicha actitud, me permite citar un texto bíblico, Deuteronomio 20:08 que dice ““Los oficiales volverán a hablar al pueblo y dirán: ‘¿Hay alguien que sea miedoso y de corazón pusilánime? ¡Que se vaya y regrese a su casa! No sea que haga desfallecer el corazón de sus compañeros, como ocurre con su propio corazón’. ¿Cuántos convencionales calzar perfecto con este criterio? ¿Cuántos políticos son pusilánimes en tiempos que requieren grandes liderazgos? ¿Cuántos actores sociales carentes de este atributo son responsables del fallido primer intento constitucional? Chile vive una crisis de representatividad brutal, votamos por personas que luego nos hacen sentir vergüenza, plasmamos en votos una confianza ciega en gladiadores con espadas de goma y voces quebradizas, y seguimos aportando con esfuerzo, trabajo y compromiso a gobiernos que, sin excepción, confieren autoridad a ciudadanos con tejado de vidrio y pasado cuestionable, por tanto, el alto resultado del rechazo también se explica en el miedo ciudadano a conferir la posibilidad de mejorar y modificar una propuesta constitucional incompleta, en honorables pusilánimes
Temerario es un concepto masivamente implementado para sazonar reflexiones revolucionarias, acciones apasionadas y discursos idealistas, desconociendo que el concepto es propio de una persona excesivamente imprudente que tiende a exponerse a peligros. Nicolae Lorga, Primer Ministro de Rumania después de la gran guerra, indicó que mientras el valiente mira el peligro, el temerario lo busca y el loco no lo puede ver. Y claramente, cuando uno reflexiona sobre la propuesta final presentada por la Convención Constituyente, entiende que varios valientes del apruebo intentaron plasmar ideas sociales y medioambientales, que fueron eclipsadas por temerarios que decidieron eliminar el Senado, reestructurar el Poder Judicial y reinterpretar las bases de unidad nacional, mientras claro, otros locos insultaban emblemas nacionales y paseaban por matinales buscando una figuración que terminó destruyendo los esfuerzos de todos quienes ven en la promulgación de una Nueva Constitución, la posibilidad de unir a Chile.
Volviendo a Gonzalo, su reflexión final me sigue haciendo eco, Chile necesita cuidar por sus valores y desde ahí avanzar en las necesidades y derechos que los ciudadanos requerimos, quizás por lo mismo, más allá del mecanismo que empleemos para elaborar una nueva Carta Magna, debamos preocuparnos de que la Prudencia no sea eclipsada por Pusilánimes y Temerarios.
Comentarios
11 de septiembre
Para que veas que loco es el mundo, cuando pienso en este momento, así como a ti lo que te brota se transforma en palabras, a mí, lo que me brota se convierte en gráficos y excitaciones de una gráfica introduciendo una variable que modifica la curva y no es güeveo…
Te lo explico… Estamos en un eje de coordenadas X, Y. Se dibuja una curva de satisfacción de la población. Se dibuja una curva de quién es dueño del poder económico en el país. Se añade otra curva relativa a pobres y pobreza. Se añade otra relativa a delincuencia y grado de violencia. Se añade otra, de magnitud de logros alcanzados colectivamente. Otra, de bienestar del país; bienestar del medio ambiente.
Y, en todo esta maraña de curvas, dinámicas en el tiempo, variables ante cambios de realidades, actúo experimentando y añado una última curva proporcional al tamaño del «Fondo Monetario que sea propiedad de todos los chilenos».
Esta variable no está en cero, en términos cualitativos de lo que es propiedad de todos, tal como la calle, o de otros beneficios recibidos por pertenecer a una sociedad, pero, está en cero para la cuantificación de precisamente el tamaño del Fondo Monetario que es de todos.
Y yo excito el sistema y pongo la variable Fondo Monetario en 1% del Presupuesto Nacional y añado otra curva, nivel de participación política digital.
Y excito el sistema por diez años incrementando la variable % de Fondo Monetario que es de todos, al 2, 3, 4, … 9, 10% del Presupuesto Nacional, y me río…
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