Si en Chile una persona cualquiera le preguntase a otra persona cualquiera, sin conocerse previamente, cuál piensa es la principal problemática que existe en el país, muy probablemente la respuesta sería la desigualdad económica y social. Relacionada con las enormes diferencias de salario, de oportunidades y lo que ello produce en el transcurso de la vida de muchísimas gentes. No obstante, la desigualdad puede ser abordada y entendida de innumerables maneras. Una de ellas es que la que hemos mencionado, muy resumidamente. Por otro lado, y como complemento, hay una desigualdad relacionada al lazo social cotidiano, al trato entre chilenos/as, en el caso que planteamos, en la calle.
Como proceso socio histórico, las relaciones en Chile, desde la época colonial, han estado marcadas por una verticalidad social (Bengoa, José; 1996). Por otro lado, la caracterización del lazo social en Chile ha estado influenciada, también, por una ola de modernización capitalista (Peña, Carlos; 2020) y, tercero, por un proceso de ampliación democrática y del principio normativo de la igualdad (De la Maza, Gonzalo; 2002). Nos detenemos un momento en este último punto: el principio normativo de la igualdad, ensalzado por el retorno a la democracia y los movimientos sociales ha permeado en el lazo social Chile. Qué quiere decir esto, no solo se exige igualdad democrática, sino que eso se va traducido en el trato cotidiano.La vida cotidiana en Chile, en ese anhelo de horizontalidad exigida bajo el principio de la igualdad, viene a poner en contradicción y en conflicto las viejas lógicas de verticalidad y del uso del poder, que aún no se han extinguido
En este sentido, y siguiendo el argumento de Araujo, Kathya (2013), en un estudio abordado desde la percepción individual para comprender el lazo social desde la sociología del individuo, arguye que existe una fuerte disonancia entre ese principio normativo de igualdad exigido y lo que la gente percibe en la sensación de abuso y mal trato constante en la calle. No se trata tanto de que las personas se reconozcan por sus distintas profesiones, actividades, ocupaciones. Sino, más bien y en palabras de la autora, lo que muchas personas quieren es “para decirlo de una manera simple, no me importa que me reconozcas me importa que me trates bien, pienses lo que pienses de mí” (Araujo, Kathya; 2015)
Por lo tanto, y, en resumen, la vida cotidiana en Chile, en ese anhelo de horizontalidad exigida bajo el principio de la igualdad, viene a poner en contradicción y en conflicto las viejas lógicas de verticalidad y del uso del poder, que aún no se han extinguido. Así entonces, la vida social en Chile “es percibida como extremadamente conflictiva y desgastante, porque se encuentra recorrida por un conjunto de molestias y perturbaciones interactivas” (Araujo, Kathya y Martucelli, Danilo; 2012). Lo cual, pues, refuerza la idea de que las desigualdades que no se consideran, como ésta, afectan e influyen mucho más de lo que se piensa, porque estamos hablando de una sensación bastante común en Chile, que es la de abusos.
Bibliografía utilizada:
-Araujo, Kathya y Danilo Martuccelli (2012). Desafíos comunes, retrato de los individuos de la sociedad chilena. Editorial: LOM
-Araujo, Kathya (2013). La Igualdad en el Lazo Social: Procesos Sociohistóricos y Nuevas Percepciones de la Desigualdad en la Sociedad Chilena. Dados – Revista de Ciências Sociais, 56(1),109-132. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=21826338004
-Araujo, K. (2015). Desigualdades interaccionales e irritaciones relacionales: sobre la contenciosa recomposición del lazo social en la sociedad chilena. Serie Documentos de Trabajo COES, Documento de trabajo N° 3, pp. 1 – 19.
-Bengoa José (1996). La comunidad perdida. Ediciones: SUR.
-De la Maza, Gonzalo (2002). Los movimientos sociales y la democratización en Chile, en Drake, Paul y Jaksic, Iván. El modelo chileno. Democracia y desarrollo en los noventa. Editorial:LOM
-Peña, Carlos (2020) Pensando el malestar: la crisis de octubre y la cuestión constitucional. Editorial: Taurus.
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