#Política

4 de septiembre de 1970

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Es la mañana del día de la elección presidencial más relevante de los últimos cincuenta años, los candidatos tienen cada uno una importante base política y social de respaldo, Jorge Alessandri ha logrado alinear a todos los votantes de derecha, Radomiro Tomic, DC, pretende profundizar los cambios estructurales del gobierno de su camarada Eduardo Frei, aunque parte de su electorado está temeroso ante la convulsión política, finalmente Salvador Allende, en lo que debe ser su último intento por alcanzar el gobierno, apoyado por los partidos de izquierda en la llamada Unidad Popular.

Es un día de temperatura agradable en Santiago, mis padres se dirigen a sufragar, en el desayuno aún discuten sus votos, ambos son adherentes a la Democracia Cristiana (nunca supe si eran simpatizantes o militantes), pero ahora el tema de la discordia es la inminente derrota de Tomic y el triunfo de Allende, mi padre quiere votar por Alessandri, hay que ser realista dice, mi madre en cambio, está empecinada en apoyar a Tomic.

La gente se desplaza a los locales de votación en tranquilidad, atrás quedó la agresiva campaña presidencial, hoy es el día en que el pueblo es el protagonista, la mayoría de los hombres de edad va temprano, terneados y con corbata, es un día importante dicen, es la fiesta de la República, otros en forma socarrona señalan suavemente hoy cambia la historia de Chile.

Mediodía, locales de votación llenos, se nota una amplia participación de la población, al final de la jornada se sabría que sufragó el 84% del electorado, en la atmósfera se sentía la tensión de que algo importante estaba en juego, es una elección bisagra, Chile no será igual al día siguiente, las candidaturas de Tomic y Allende son propuestas de cambios profundos, y la de Alessandri es la desesperación de la derecha política y económica que tiene miedo a un gobierno de izquierda.

La prensa de esa mañana expresa lo trascendente de la elección, La Nación titulaba “Chile elige nuevo presidente”, El Mercurio “Chile frente a decisiva elección”, El Clarín título: “El pueblo tiene dos cartas: Allende o Tomic”.

Faltan pocas horas para el cierre de las urnas, las cuales están llenas de votos, los niveles de expectación van en aumento, las distintas radioemisoras cubren la elección, el país entero está en vilo, comienzan los escrutinios.

Es 1970, todo el sistema de conteo es manual, los comandos electorales no cuentan tampoco con un sistema nacional que les permita hacer un seguimiento a los resultados. Pasan las horas, la noche se posiciona en el territorio, pero aún no se sabe quién es el ganador. Desde el norte llegan buenos resultados para Allende, arrasa el voto minero popular, Valparaíso está muy parejo, Tomic lleva cierta delantera, pero cada mesa informada está muy dividida, Santiago está cerrando con apoyo a Alessandri, en el Partido Nacional comienzan a preparar los festejos, el sur ofrece algunas sorpresas, Rancagua y Curicó triunfa Allende, el resto es de Alessandri, Punta Arenas siempre de izquierda, triunfa Allende. En Concepción Alessandri es superado ampliamente por los otros candidatos, Allende lleva la delantera.

Faltan pocas horas para el cierre de las urnas, las cuales están llenas de votos, los niveles de expectación van en aumento, las distintas radioemisoras cubren la elección, el país entero está en vilo, comienzan los escrutinios.

No hay celebración alessandrista, pasadas las 11 de la noche el gobierno a través del ministro Gabriel Valdés se notifica a Allende que se va a autorizar los festejos, Allende gana, se abraza con los cercanos y se dirige a la Alameda.

En el balcón del edificio de la FECH, frente al cerro Santa Lucía, realiza su primer discurso como presidente electo, un extracto señala: “…ciudadanos y ciudadanas de Santiago, trabajadores de la patria, ustedes y solo ustedes son los triunfadores… les pido que se vayan a sus casas con la alegría sana de la limpia victoria alcanzada y que esta noche cuando acaricie a sus hijos, cuando busquen el descanso, piensen en el mañana duro que tendremos por delante, cuando tengamos que poner más pasión y más corazón para hacer cada vez más grande a Chile y cada vez más justa la vida en nuestra patria..”

Los manifestantes se retiran a sus casas, saben que aún falta que el Congreso Pleno confirme a Salvador Allende, primera mayoría como Presidente de la República, imagino los sueños de miles, de chilenos que emocionados entonan la canción nacional, los militantes de izquierda entonan la Internacional, todos y todas se sienten partícipes de un proyecto nacional que por primera vez, en forma nítida, los considera como los protagonistas de esta Historia, su Historia.

Nadie imaginaba ni en las peores pesadillas, como el odio, la ceguera ideológica, el interés económico, llevarían a destruir a esta democracia frágil, pero que había logrado elegir al primer Presidente marxista en la historia de la humanidad. Por ahora, en la madrugada del 5 de septiembre de 1970, el sueño era agradable para la mayoría de los chilenos.

 

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3 Comentarios

ffrias9

ffrias9

Es verdad lo que dice, solo hay que traducir la elección en número de votos: Allende = 1.075.616 (36,63%), Tomic = 824.849 (28,08%) y Alessandri =1.036.278 (35,29%). Hay que agregar que en esa época no había 2da vuelta y la razón fundamental de que hoy si exista 2da vuelta es precisamente la elección presidencial de Allende. Por lo mismo, tengo serias dudas si de haber existido, Allende hubiera sido electo presidente.

Y por favor, espero no me acusen de facho o derechista (en otros artículos me acusan de zurdo), solo estoy poniendo en la mesa las cifras.

Saludos

    J.A.

    J.A.

    No se preocupe Fernando si lo acusan de facho, por aquí nadie entiende que significa esa palabra ni porque la usan, por lo tanto es un concepto hueco. En segundo lugar Ud. tiene razón, nunca hubiera sido presidente con una votación directa de mayorías en segunda vuelta, pero no es seguro que la historia no se haya repetido con otros matices y otros actores, la guerra fría vomitaba sus calamidades por estos lados con toda intensidad , y es quizás seguro que la noche negra con sus miles de muertos y ese odio inmortal que nos atrapa nos hubiera llegado igual.

Moises fredes

Se agradece desde siempre mi gran y querido profesor!
La política no es democracia. Es la manera de enmascarar el egoísmo de unos pocos con «buenas acciones» o conseguir la aprobación marcando las «malas acciones de los otros». La representación es un producto que cuando resulta verdaderamente masiva, no les resulta atractivo a quienes ven el negocio de gobernar.
Larga vida a al ser, que caiga la ley del hombre para y por el hombre.