La educación ha sido regida por una pedagogía inexistencial[2], luego surge una pedagogía existencial con los aportes de la pedagogía humanista experiencial, también denominada personalizada o centrada en el estudiante, la mayor crítica que se le ha hecho a esta propuesta, es que ha contribuido demasiado al modelo del existir descrito como “el sueño americano”, al hombre que se hace a sí mismo, autosuficiente, autogenerado y autónomo, con alguna distancia y olvido de los otros y de las conexiones entre ellos. Desde ahí surge la propuesta de la Pedagogía de la Coexistencia, que pone su énfasis en el existir ligado al existir del otro. Desde la premisas básicas: a) Sólo se existe cuando el otro existe y el otro existe sólo cuando yo existo. b) Sólo se existe cuando el ser se hace manifiesto en dicho existir. No existir en congruencia con el ser, es no existir.
La pedagogía de la coexistencia, más que una pedagogía, es una invitación a recuperar el modo original de coexistir. El modo que coexisten la naturaleza, los planetas y las personas que se amán y operan en consecuencia a esa emoción original, primaria y matrística, y con ello, más inmunes a las influencias y el control de la cultura patriarcal.La reflexión, el estudio y las propuestas sobre la pedagogía de la coexistencia, están en vías de desarrollo, la complejidad del ser, del existir y coexistir, llevadas a la educación es todavía un tema en proceso
Es una invitación al retorno de la co-validación ecosistémica y hologramática propio de cada componente y expresión del coexistir. Donde siempre hay otro que se valora y percibe como una nota imprescindible para la propia sinfonía, y así mismo como parte de la sinfonía del otro y lo otro, hasta llegar a comprender que somos la misma sinfonía. El filósofo Arroyo decía: “Educar es poner al otro frente a Dios, con el gesto simultaneo de ofrecérselo”. Este religar, al ser en potencia con el ser en acto, tiene mucha significación para la pedagogía de la coexistencia, al momento de priorizar sus fines y métodos.
La pedagogía se ha vinculado y desarrollado fundamentalmente a la epistemología, es decir al modo que el hombre conoce, estudia, modifica su cultura. La cultura hace referencia a todo lo creado y pensado por el hombre, y el problema es que lo creado, pensado, investigado y promovido, no siempre son congruentes con el ser en sí, que es el objeto de estudio de la ontología y sólo el conocimiento del ser en sí es el objeto de estudio de la gnoseología. Hoy se acuñan términos como ontoepistemología u ontoantropología, para intentar que surja una disciplina que estudie, el ontos en la historia, en lo social, en lo cultural y en lo educacional. Donde la problemática principal del estudio sea indagar la presencia, impacto y la sobrevivencia del ser de los habitantes del planeta como prioridad y no sólo la ausencia del ser en el mundo.
Desde la óptica Heiddegeriana correspondería al estudio del Dasein, del “ser en relación esencial con el mundo y con las cosas”, el ser en la existencia, pero no es menor el énfasis ontológico aportado por el neoaristotelismo, donde se establece una relación entre los trascendentales que constituyen al “Es” o “Existir subsiste” y el ser humano o “existir contingente”, definido a nivel óntico como potencialmente perfecto, como un “ES” en potencia. Y dado que el “Es” es en acto: lo bueno, lo bello, lo verdadero y lo uno, la manisfestación del ser en el mundo es actualizar esos trascendentales, en tanto es potencialmente bueno, bello, verdadero y uno. Adherir a esta visión de ser y de sentido del ser-en-el mundo, es lo que le otorga sentido, a una pedagogía humanista, a una pedagogía existencialista y a una pedagogía coexistencial. Porque establece la necesidad de una relación de congruencia y de autenticidad entre el “ser” y el “existir”, otorgándole un especial valor al existir que se contiene al ser expresado en su relación con las cosas, sí mismo, los otros y el mundo.
Gnoseología
(Ontoepistemología/ ontoantropología) |
Epistemología
(Antropología cultural, urbana, étnica, etc.) |
Estudia el ser en sí
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Estudia el pensar, hacer y tener del ser. |
El objeto de estudio se modifica en el ser tiene componentes trascendentales. |
Según el paradigma dominante, se modifica la descripción de la problemática antropológica o social abordada.
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Se asocia al saber (Sabio) |
Se asocia al conocer (Cognoscente, experto)
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Vinculado con la filosofía (y con su disciplina equivalente la metafísica[3]) |
Vinculado con la antropología, (y con cada una de sus disciplinas: cultural, étnica, urbana, etc.)
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Vinculado con el ser |
Vinculado con el existir
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Mayor cercanía con la educación o currículo humanista experiencial o personalizado. | Mayor cercanía con la educación o currículos Academicista, cognitivista, tecnológica y socio-reconstruccionista. |
Entonces como se percibe un aula que aplica los principios de la pedagogía de la coexistencia.
- Se saludan todos los asistentes a clases “llenado de salud” a los otros.
- Los estudiantes están sentados en círculos, pueden mantener comunicación pupilar cuando conversan entre ellos y con los docentes.
- Los estudiantes saben comunicarse de modo efectivo-afectivo, por ello tienen una escucha: empática, compasiva, activa y no violenta[4] con los otros. Y un hablar asertivo[5] o mediante mensajes yo.
- Los estudiantes antes de iniciar las clases hacen presencia o se contacta con el “silencio menor”, con técnicas supresión de los factores que los desconectan con el aquí y ahora, como respiración consciente, focusing, midfulness, entre otros.
- Se crea un ambiente de coexistencia validadora de todos con todos, de modo incondicional, positivo e intencionado. Sin confusión alguna entre su ser; con su saber, hacer, tener, u otro.
- Estudiantes y estudiantes han sido educados y capacitados para establecer relaciones ontoempáticas[6]. Donde cada habitante del espacio-tiempo educativo, es un reflejo o espejo constante del ser del otro.
- Se experimenta colectivamente dentro del aula el goce coexistencial, que es propio e inherente del existir absoluto, pleno o perfecto, en el único contexto posible del existir, en el “presente vivo” del aquí y ahora.
- Se vive la “intimidad educativa coexistencial” potenciando en todo momento la identidad, originalidad o diferencia de los otros, dimensiones donde reside precisamente el ser.
- Se responde toda pregunta curricular: ¿qué? ¿cómo?, ¿dónde?, ¿quién?, ¿para quién?, ¿cuándo?, desde una óptica projimológica, todo lo que se co-aprende y co-enseña tiene como sentido u objetivo primordial: el bienestar integral del otro, medido fundamentalmente con los siguientes indicadores: nivel de felicidad o alegría, de salud, de libertad y de existencia.
- Aulas pobladas de estudiantes y docentes enamorados de la vida. donde promueve en todo quehacer co-educativo la vidafilia[7], direccionando en congruencia con el punto anterior, todo pensar, sentir, hacer y coexistir hacia la vida, en armonía ecosistémica con el biocentrismo propio de todo lo que existe.
- Se potencia el ser a través del fortalecimiento de cada uno de sus trascendentales[8]: el uno, a través de la intra-inclusión y constitución del ser único. Potenciado la identidad en cada una de las acciones curriculares académicas y psicosociales. Potenciando la verdad, el bien y la belleza, como inherente y propia del ser entendiendo que a nivel óntico no existe la mentira, sino la ausencia de verdad, no existe el mal sólo la ausencia de bien y tampoco existe la fealdad, que ésta es sólo ausencia de belleza.
La reflexión, el estudio y las propuestas sobre la pedagogía de la coexistencia, están en vías de desarrollo, la complejidad del ser, del existir y coexistir, llevadas a la educación es todavía un tema en proceso, construida día a día, sobre la experiencia significativa en la vida real, que mientras perdure, también lo hará esta búsqueda y construcción, con la esperanza que otros y otras, continúen dando pasos hacia la instalación cada vez más universalizada de una educación que permite un coexistir con sentido y entretejimiento planetario y universal.
[2] Tema tratado en el capítulo N° 5: “Desde una educación tanática a una educación para la vida” del libro “Coexistencia y Educación” de P. Alarcón. 2015.
[3] “El estudio de la metafísica versa sobre toda la realidad y sobre aquello que todas las cosas tienen en común, es decir, en cuanto son. Así, la metafísica estudia el ente, lo que es, lo real, y estudia el ente en cuanto ente, o mejor dicho, el aspecto propio de los entes, el ser de las cosas.” En “Los trascendentales del ser” de Alice Ramos.2015.
[4] La comunicación empática incluye la compresión y el reflejo de la emocionalidad del otro, por ello es afectivo-efectivo, porque abre y no cierra la comunicación.
[5] La comunicación asertiva o mensaje yo, incluye la expresión de la emoción del hablante, es opuesto al mensaje tú, que excluye lo emocional y se explicitan fundamentalmente juicios y prejuicios sobre el otro, usualmente negativos o críticos.
[6] Se puede identificar tres de modo muy general tres tipos de empatías: i) La empatía cognitiva: capacidad de ponerse en lugar del otro para comprender de mejor modo el pensamiento y el lenguaje de los otros. (temática abordada por la herméutica crítica), ii) La empatía emocional: Capacidad de percibir y reflejar la emoción del interactuante. (temática abordada por la teoría de la comunicación humana nutritiva o afectiva o efectiva, iii) La empatía ontológica u ontoempatía capacidad de co-reflejar simultáneamente el ser de los interactuantes. (temática abordada por la pedagogía de la coexistencia u holopedagogía)
[7] Temática abordada en Revista Co-incidir N° 45
[8] “Según Santo Tomás, los trascendentales se dan de dos maneras: primero, al considerar el ente en sí, o considerado de modo absoluto… Segundo, al considerar el ente en relación con otra cosa, se derivan otros trascendentales” (en Los trascendentales del ser de A. Ramos. 2015.) La primera manera hace referencia a que el ente es una cosa o res y que además es uno o unum y la segunda manera hace referencia a la verdad, el bien y la belleza
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