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La batalla cultural liberal en las universidades

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El liberalismo vive tiempos difícil al menos en política a nivel nacional, un modelo exitoso, pero duramente criticado por términos de «desigualdad». Sorprendente es que aquellos grandes detractores son precisamente actuales líderes políticos que vivieron la etapa exitosa del modelo, y que en su etapa universitaria como dirigentes estudiantiles no lo defendieron, al contrario, lo hundieron.

Es precisamente, uno de los grandes desafíos que tiene el liberalismo en términos de formación que consiste en reencantar, hoy tiene enfrente un duro rival caracterizado en términos de corrección política, amenazas, censura y funas. Debilitado en contexto de estallido social, el discurso liberal universitario debe abordar 2 aspectos tanto intra como extrauniversitarios.

A nivel intrauniversitario, el discurso liberal debe ir enfocado en proteger a los individuos disidentes de las injusticias y contradicciones que cometen las federaciones de estudiantes, hoy las federaciones si no son trampolines son la reflexión de partidos políticos, Es muy difícil encontrar federaciones compuestas por miembros independientes, ya que generalmente hay una línea doctrinaria detrás de una federación o un centro de estudiantes, es por eso que el liberalismo debe proteger que no exista un exceso de poder, donde las federaciones vulneren derechos de sus disidentes, concretamente los liberales debemos velar por una universidad donde se respete la libertad de expresión, la diversidad(aunque en este aspecto es en la actualidad universitaria es de consenso general), se vele por una democracia representativa y por garantizar la justicia electoral y porque no la tan anhelada libertad de asociación. Estas cosas que parecen normales dentro del contexto eleccionario nacional, dentro de prestigiosas universidades no son practicas garantizadas.

Podríamos decir que un gobierno universitario liberal es aquel donde las mayorías protegen los derechos de las minorías.

A nivel ya más extrauniversitario, la narrativa liberal debe apuntar a persuadir con un discurso donde el individuo o la sociedad prime sobre el poder político. Es decir, ir al choque con las ideas de corte socialista, o colectivista que pretenden la transición de dependencia hacia el estado. El estado debe cumplir una poderosa función social entregando los recursos y herramientas para empoderar a cada comunidad, a cada familia y a cada ciudadano, haciéndose a sí mismo cada vez menos necesario. Aquellas ideas en una dirección distinta deben ser rechazada y aquellas que otorguen más libertad deben ser aceptadas. Frente al discurso de la desigualdad que está de moda, los liberales debemos sostener que la desigualdad es inherente al ser humano y que aquellas medidas Robin hoddianas, no son más que la coacción estatal para algunos, es decir el estado interviene los proyectos de vida arbitrariamente y así conseguir la igualdad de resultados. En el otro sentido como los liberales creemos que el estado no debe interferir los proyectos individuales (en la medida que obviamente estos no interfieran en los proyectos de terceros) debemos respetar los resultados obtenidos de esos proyectos, por muy desiguales que sean.

Podríamos decir que un gobierno universitario liberal es aquel donde las mayorías protegen los derechos de las minorías.

Así que la única igualdad sostenible, ya que no se afecta a nadie, es la igualdad ante la ley, esta frase que pareciera ser consensuada universalmente, involucra mucho más que los castigos sean los mismos para ricos y pobres. Sino que intervienen otros factores como la presunción de inocencia, donde los liberales somos claros en señalar que las personas somos inocentes hasta que la justicia determine lo contrario.

Para ir cerrando, un tema que se da siempre en las universidades es la gratuidad de esta. Los liberales no creemos al menos en la gratuidad que hoy se implementa en Chile, donde el estado gasta aproximadamente 18 millones por estudiante, obteniéndose a través de impuestos en su mayoría, es decir de personas que no necesariamente van a estudiar y que después no se recapitalizan para ser destinados a otras causas. Las fórmulas para que estudiantes no se queden fuera de la universidad puede variar desde becas, créditos más amigables, etc.

Estos principios son los que los liberales debemos recuperar en las universidades, en pos de una sociedad más libre, creadora y transformadora, la democracia parte desde casa.

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J.A.

J.A.

Pienso que su enfoque es correcto, su acercamiento al análisis puede ayudar a recuperar las universidades al pensamiento libre, a la diversidad de posturas. Por ahora estimo que es la propaganda la que esta ganando, no las ideas. Aún con todos sus defectos, una sociedad democrática, libre, abierta, donde cada individuo pueda realizar sus sueños y proyectos es lo más cercano a la liberación del individuo, al nacimiento de la persona después de haber pasado siglos y siglo bajo la bota de reyes, emperadores, dictadores, lideres, “padres de la nación” , señores y las jerarquías de la iglesia. El drama es que las personas, sobre todos los jóvenes no logran capturar el valor de esos logros, lo dan por hecho, no imaginan que pueden perderlos. El anarquismo y el totalitarismo en sus diferentes caretas y fachadas esta ganando también en las universidades porque aplica una vieja receta de los “ismos”, la propaganda fundada en caricaturas económicas y sociales , y en grados crecientes, con la intimidación y la violencia.