Zanjado el destino presidencial, la derecha en conjunto, no cabe duda fue la gran derrotada en el balotaje del domingo 19 de Diciembre.
Gabriel Boric logró imponerse de forma categórica a un José Antonio Kast, que pese a ser numéricamente un candidato que logró sumar los votos de Sichel y una cantidad similar a la obtenida por Parisi, no pudo con los nuevos votantes que trajo Boric a esta última elección. La segunda vuelta es la elección con mayor convocatoria desde el voto voluntario y sin duda nos deja grandes números. En primer lugar, ambos candidatos lograron traspasar los votos de los excandidatos más afines, pero lo novedoso de esta elección, es ese 1.3 millones de votantes que ingresaron a votar solo en segunda vuelta, también, los datos que deja la elección de Boric, logró convertirse en el candidato presidencial más joven y votado de la historia con aproximadamente 4.6 millones de votos, con cerca de 1 millón de diferencia respecto de José Antonio Kast.
[texto_destacado]Ese millón de votantes nos puede dejar la siguiente reflexión: No votaron por Boric en la primera vuelta, sólo lo hicieron en esta segunda vuelta, por lo tanto podemos inferir que el candidato del Frente Amplio no era de su completo agrado, pero consideraron que era entonces un riesgo mayor la victoria de Kast por una alta abstención. En otras palabras, Kast era un riesgo para la democracia y un retroceso bajo su concepción personal, lo que sin duda fue el éxito de la estrategia del Frente Amplio, hacer ver a Kast un riesgo muy grande para así, incentivar a votar a quienes Boric no les convencía del todo.
Por el lado del candidato del Frente Social Cristiano, en términos de número logra traspasar los votos que no obtuvo en la primera vuelta, logrando una cantidad de votos similar a la elección que dejó ganador a Piñera en 2017. En otro dato relevante, si hubiesen votado la misma cantidad de personas que en la primera vuelta, y se hubiese seguido la lógica de transferencia de votos que se dio en esta segunda vuelta: José Antonio Kast, sería el presidente de Chile, el problema para Kast fueron los nuevos votantes que entraron en la segunda vuelta, que casi en su totalidad se inclinaron por Gabriel Boric. La pregunta es, ¿Por qué Kast no logró convocar nuevos votantes? Aquí uno puede ir conjugando varios factores, desde el factor Kaiser hasta el fallecimiento de Lucía Hiriart, pero a juicio de quien escribe, la mochila más pesada que tenía Kast para convocar mayorías era su pasado.
Debemos recordar que José Antonio Kast adquiere mayor relevancia desde que renuncia a la UDI en 2017 y comienza una aventura personalista presidencial que decanta en la creación del partido político de extrema derecha, el Partido Republicano. Un partido que a diferencia de la derecha tradicional tenía grandes rasgos de neopinochetismo, antinmigración, antiglobalismo, ultraconservadurismo y populismo. Todas esas variantes extremas que conforman a republicanos, más las declaraciones de Kast hablando de la dictadura gay, la dictadura mediática progre y la dictadura sanitaria les fueron restregadas en la segunda vuelta, lo que probablemente afectó que lograra traer una mayor convocatoria a la elección. También en la derecha se da la figura de que todos sus candidatos presidenciales que votaron por el SI en el plebiscito de 1988, perdieron en la segunda vuelta (y todos por gran diferencia, salvo Joaquín Lavín) así cayó Buchi, Alessandri, Lavín, Matthei y ahora José Antonio Kast. Por el momento, Piñera seguirá siendo el único presidente de centroderecha, un votante del NO. Parece que la derecha dura, la hoy llamada “sin complejos”, tiene techo.
Todos sabíamos que esta generación de jóvenes de izquierda iba a gobernar en algún momento de la historia, pero lo sorprendente es que lo hicieran apenas cumplieran la edad legal y con tanto apoyo
Volviendo a esta elección, sería interesante preguntarse: Bueno, si Kast estaba tan rodeado de una corriente ideológica tan radical ¿Cómo logró ganar la primera vuelta? La respuesta que puedo ofrecer es: sumado a la campaña comunicacionalmente algo errática de Sichel, lo que puede explicar cómo Kast gana la primera vuelta, es la batalla cultural que quiso dar el histórico votante de centroderecha, las personas que han votado históricamente por este sector político dijeron en su subconsciente: «Dado que la izquierda hoy en Chile está corriendo el cerco 3 pueblos, entonces yo me muevo 3 pueblos a la derecha también». Es decir el votante que debió haber votado por Sichel, se dejó enamorar por el extremismo de Kast dado que considera de alta intensidad la izquierda que representa Boric, y en esa estrategia, cometió un error, el clivaje libertad-marxismo no les resultó beneficioso.
Así entonces la segunda vuelta enfrentó a Boric y a Kast, con la misión de moderarse. Finamente los resultados a la vista están, quien logró proyectar más creíble su moderación fue Boric, y así entonces el Frente Amplio, venció, todos sabíamos que esta generación de jóvenes de izquierda iba a gobernar en algún momento de la historia, pero lo sorprendente es que lo hicieran apenas cumplieran la edad legal y con tanto apoyo (quizás el rival, quizás el momento) así entonces, logran llegar a La Moneda con altas expectativas que tendrán que cumplir. Por su parte la centroderecha, Chile Vamos, tendrá sus semanas más duras tratando de ver cómo se agruparán, y en específico que harán con la figura de José Antonio Kast, cómo resolverán el plebiscito de salida de la constituyente y con la difícil misión de renovarse en poco tiempo sin la figura de Sebastián Piñera.
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