A pesar que aún falta mucha educación y responsabilidad vial por parte de muchos nuevos ciclistas, es bueno ver como este transporte crece, ya que descongestiona. Basta ver el espacio que ocupa una camioneta monstruosa en la ciudad, versus un montón de bicicletas en ese mismo lugar. En ese aspecto Bikesantiago ha sido un aporte real para que muchos se bajen del auto, del Metro y de la micro, por lo que se agradece, pero hay que decirlo, hay una competencia desleal por el uso del metro cuadrado público y ya somos muchos los que demandamos que haya un gesto hacia los que tenemos nuestra propia bicicleta ¡Queremos más cicleteros!
Hoy con el boom de las bicicletas naranjas vemos que si hay voluntad para quitar muchos metros cuadrados de espacio público de veredas y calles para estacionar bicicletas para ellos, pero nada para los que con nuestro bolsillo aportamos a la descongestión vial y el medioambiente.
Ando en bicicleta desde las época de las micros amarillas, y tengo más de una por si alguna falla, ya en ese tiempo encontrar un cicletero era imposible, por lo que la rejas y letreros eran el destino frecuente de parada, hoy existen más, pero algunos son sólo adorno, ya que están mal anclados, muchos en mal estado o en lugares poco seguro. Sin contar que las motos también se creen bicicletas a la hora de estacionarse.
Hoy con el boom de las bicicletas naranjas vemos que si hay voltuntad para quitar muchos metros cuadrados de espacio público de veredas y calles para estacionar bicicletas para ellos, pero nada para los que con nuestro bolsillo aportamos a la descongestión vial y el medioambiente.
Contado lo anterior, también existe otro problema de poca amabilidad que acentúa la falta de cicleteros. Siendo sincero, en estos últimos meses he andado más que nunca en bicicleta, ya que soy candidato a concejal por Santiago y me he encontrado en muchos lugares con personas que no les gusta que uno amarre la bicicleta ni a su reja, ni tampoco a los árboles, e inclusive en algunas calles donde la opción pueden ser los letreros viales, pero son los mismos estacionadores los que tampoco quieren, ya que dicen que los autos no quieren bicicletas cerca y no les dejan dinero por cuidarlo si hay una de ellas. Está claro que nos estamos transformando es un ciudad menos amable y hay un problema de convivencia que debe ser abordado con mayor civilidad y respeto.
Sobre esta queja y demanda que enviaremos a los alcaldes electos de este año y que son de la red Bikesantiago, esperamos algunos cambios en favor de esta demanda. Así como cada punto naranja es un lugar estratégico y seguro de uso, muchas veces acompañados de cámaras de televigilacia, necesitamos que integren cada uno de esos lugares con un cicletero público, gratuito y de calidad, sonará cliché, pero es lo mínimo que podemos recibir de tanta publicidad bancaria naranja forzada que vemos por las calles, día tras día.
Comentarios
22 de octubre
También pedaleo desde la época de las micros amarillas y desde que apareció Bikesantiago soy usuario además de las bicis naranjas. Aunque comparto el deseo de tener más lugares seguros donde estacionar la bici propia, creo que se justifica dar prioridad a un sistema de bicicletas públicas, ya que una bici «privada» vs una pública genera menos beneficio a la sociedad.
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