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Los parlamentarios son parte del problema y no se dan cuenta

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Hace unos días la noticia fue que avanzaba en el Congreso la idea de limitar las reelecciones de los parlamentarios. Ya estaba bueno que se tratara el tema porque, hoy por hoy, es tan escandaloso como también un buen reflejo de como las élites se cuidan entre ellas.

Pero lo que avanza en el trámite legislativo es una burla que solo exacerba los ánimos. Para que sea efectiva esta norma, debe ser aplicable considerando todas las veces en que ya han sido reelegidos y, por lo mismo, una cantidad importante de los actuales parlamentarios no deberían ir a una nueva reelección en las próximas elecciones. Caso contrario, solo legislar para “otros”, sin tocarse entre ellos, es una ironía que en la actualidad resulta inaceptable.

Y por supuesto, para que en serio tenga sentido, la norma no puede permitir la elegibilidad en otro distrito, o un proceso de migración hacia el senado, o viceversa. Ya estamos aburridos de las sillas musicales con que se burlan de la comunidad, articulando estrategias que permitan asegurar escaños. La reforma tendrá valor cuando el parlamentario, efectivamente, sin excepciones, deba retornar a sus actividades privadas. Incluso casos como el del ex senador Zaldívar (que pasó a una función administrativa) deben ser erradicados de manera absoluta.

De considerarse estas otras características, estaríamos dando un salto genuino hacia un Chile más justo y participativo porque los partidos políticos estarían obligados a iniciar un laborioso esfuerzo de búsqueda y formación de nuevos líderes que representen las ideas de fondo de la respectiva fuerza política. Como está hoy, incluso les conviene no tener competencia interna para asegurarse el “empleo parlamentario”.

La reforma tendrá valor cuando el parlamentario, efectivamente, sin excepciones, deba retornar a sus actividades privadas

Y bueno, el presidente Piñera tiene acá una extraordinaria oportunidad para demostrar que en serio escuchó al país y que está disponible para conducir cambios drásticos. Nadie (bueno, excepto la actual élite política que sigue ciega a su responsabilidad en la crisis actual) se opondría si él promueve este cambio, así de drástico, así de radical, dejando en el camino a muchas personas que entraron al parlamento casi (a lo mejor está demás el “casi”) como primer empleo y se aprestan a jubilar con el mismo estatus y una significativa riqueza acumulada.

Sugiero revisar que significa la expresión “honorable”, porque esta trayectoria los hace cero honorables.

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1 Comentario

Patrick Fisk

Buena reflexión, coincido plenamente

Es responsabilidad de la ciudadanía exigir la honorabilidad ausente de los políticos, ellos se dan cuenta de que queremos renovar el congreso, por lo mismo empiezan a evaluar otros proyectos “Sociales” para salir del riesgo.

Dicho esto, te quiero plantear unas dudas sobre las cuales siempre reflexiono.

Es fundamental exigirles preparación, un mínimo conocimiento de la ley

Es fundamental incluir normas revocatorias de acto inmediato en caso de corrupción o delitos de connotación social, como conducir ebrios

Es fundamental exigir el cumplimento del trabajo distrital, prohibiendo que salgan a patiparrear con el Presidente de turno o rumbo a mundiales de rugby

Y lo último, es fundamental castigar el copy paste, las declaraciones incendiarias y ese amor por la polémica.

Un abrazo