Ya está claro que habrá una Constitución que no encadene. Los parlamentarios están discutiendo la rebaja de sus pensiones y los carabineros señalaron que ya no ocuparán sus terribles balines. Puras buenas noticias, pero mantengo mi tristeza.
No puedo estar contento si son miles los heridos civiles, inaceptable la cantidad de mutilados en sus ojos, una hasta ahora incalculable cantidad de MyPEs que quizá si puedan recuperarse y miles de chilenos que están perdiendo sus fuentes laborales. Todo esto, por un lado.
Por el otro, hay más de 1.000 carabineros heridos (y aseguro que la inmensa mayoría, capaz que todos estos, no son de los delincuentes de uniforme que han desprestigiado a su institución, sino personas como nosotros, amantes de la tranquilidad ciudadana).
Ya van dos autos policiales que, no en el contexto de las protestas, sino que en su rol de seguridad han sido atacados por turbas sin sentido. Esto es abrirle el paso a la agresión a todo evento, a la anarquía en su más antidemocrático sentido. Terrible. ¿En qué minuto Carabineros hizo que la ciudadanía les perdiera el respeto a este nivel?. ¿O es que nos volvimos todos locos?
Las revoluciones sociales son así, terribles. Dramáticas.
¿Y quién debe colocarle punto final? Es claro: el responsable de la seguridad nacional: El Gobierno. Y esto no se hace con discursos, ni mucho menos con amenazas, ni municiones. Se requieren acciones. Acciones políticas. Acciones políticas proactivas. No como hasta ahora, en que siempre ha estado reaccionando tarde, demasiado tarde. Cuando se convence de que determinada situación no se resuelve sola, por arte de magia.
La nueva Constitución es vital, es fundamental para el mediano plazo. El asunto ahora es el ahora, el corto plazo, el micro plazo. Para ello, el tema pensiones (escuchen a Ximena Rincón, que fue parte del directorio de una AFP de modo que sabe de lo que habla); el tema salud (Fonasa más específicamente); y el tema educación (CAE y sus derivados para comenzar) son básicos.
E incluya, en forma urgente, las sanciones a los que han abusado de su poder disparando a los rostros, violentando sexualmente a las mujeres, y todas las otras denuncias del INDH. Y por supuesto, desenmascarando los montajes que ya se han conocido (y los que aún no), sacando del ejercicio policial a todas esas manzanas podridas (como las llamó una carabinera que hizo un post en Facebook con una foto orgullosa junto a su padre, también carabinero), que tienen en estado terminal a las fuerzas de seguridad y orden que en un tiempo añorado, era “un amigo en su camino”.
La nueva Constitución es vital, es fundamental para el mediano plazo. El asunto ahora es el ahora, el corto plazo, el micro plazo
Tal vez por eso no puedo estar contento. Porque ahora que hay menos marchas y la gente está tratando de recuperar su ritmo, el gobierno debe dar señales proactivas y potentes de que, efectivamente, ya todo cambió. ¿O quiere que se vuelva a incendiar la pradera?. Tengo fe de que no es así.
Ya está claro que la calma no será a costa de que los más desprotegidos (incluyo a buena parte de nuestra clase media) vuelvan a estar sumisos, mirando hacia arriba que les llegue el chorreo que anunciaba Hernán Buchi. Ya nunca más la inequidad salvaje, individualista y egoísta de la economía de mercado.
En Chile la mayor tasa de suicidios es de los adultos mayores. Y dentro de ellos, los mayores de 80 años. ¿Porqué? Porque no tienen para vivir y no quieren ser una carga para sus hijos. Esto es indigno, y me rebela que no se tome conciencia de esta dolorosa realidad.
Por eso que esta revolución es por la dignidad y, como dice uno de los eslóganes que veo con frecuencia, “hasta que la dignidad sea costumbre”.
Por favor, señores del Gobierno. Apuren el tranco. No necesitamos más violencia, de ningún lado.
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huverr
Hola estimado amigo.
Me provoca lata, incomodidad y frustración tener que decirte que estoy totalmente de acuerdo contigo.
alvarofischer
Muy de acuerdo con tu columna. Me uno eso sí, a tu tristeza y le agrego otro condimento. He sido escéptico respecto de la capacidad de la clase política para responder a los requerimientos que desde hace años (al menos desde el 2006) vienen haciendo diversos sectores sociales, esta ceguera y sordera es en gran medida responsable del actual estado de cosas. Estos casi dos meses no han hecho más que confirmar mi escepticismo, creo que no será este parlamento ni estos partidos quienes logren resolver este verdadero crucigrama político, económico, social. No veo al empresariado, al gran empresariado, asumiendo sus propias culpas (que son muchas) ni diseñando caminos de salida o soluciones rápidas, certeras, posibles. No veo al gobierno haciendo propuestas que apunten al corazón de los problemas, en fin, me sumo a tu tristeza.