Según Axel Kaiser los “Chicago Boys” merecen un monumento. Esto se debe a que, desde su perspectiva, estos señores formaron una revolución en Chile y lo cambiaron para mejor. Todo esto, obviamente, evitando hacer mención a la dictadura y gracias a qué contexto estos bolcheviques del neoliberalismo lograron su cometido.
Axel sólo habla de lo que él encuentra positivo en días en que el modelo creado por estos guerrilleros del libre mercado se encuentra en entredicho. Pero eso parece no importarle a Kaiser, ya que, al igual que los rusos hacia el término de la Guerra Fría, se niega a escuchar otras ideas, otras perspectiva acerca de su ideología disfrazada de “realidad”.Tal vez habría que felicitarlos por la manera en que convirtieron en el “sistema” lo que no eran más que simples arranques de violencia economicista y odio hacia todo lo que tuviera que ver con lo colectivo y la construcción de derechos
Axel nos mira a todos como si estuviéramos equivocados. Pero también, en el fondo, sabe que la suya no es la verdad absoluta. Porque o sino no estaría pidiendo la construcción de objetos concretos que simbolicen un Chile que a él tanto le agrada. Necesita una estatua de concreto para así no dejar de sentir como “real” lo que muchas veces no parece nada más que un fanatismo.
Axel Kaiser quiere decirnos que se siente vivo al pensar igual que sus “revolucionarios” mentores. Todo, claro está, obviando algunos detallitos bastante terribles como la fuerza militar, la tortura y muerte de chilenos, pero sobre todo-y sin sonrojarse- que dicha revolución no fue una expresión popular, sino un capricho ideológico de unos señores que experimentaban la adrenalina al sentir el poder necesario para instalar sus ensoñaciones dogmáticas en la vida de los chilenos como si fuera la vida misma.
Es cierto, esto último lo hicieron y tal vez habría que felicitarlos por la manera en que convirtieron en el “sistema” lo que no eran más que simples arranques de violencia economicista y odio hacia todo lo que tuviera que ver con lo colectivo y la construcción de derechos. Porque para ellos los derechos no son más que simples pataletas simplonas en lo que no se intercambia nada. Y su revolución pretendió-y lo hizo- acabar con esa percepción.
Eso es lo que Kaiser quiso que nosotros celebráramos. Según su perspectiva, la idea de que el hombre sea un simple objeto por medio del que se realizan transacciones en pos del funcionamiento del “sagrado” mercado, es algo así como una gran realización para la humanidad. Aunque el hombre no sea el principal sujeto de esta.
Por eso la pregunta sería la siguiente: ¿queremos celebrar junto a Axel este triunfo de quienes siempre triunfaron o pensar este Chile y mirar con algo de lástima estas ensoñaciones de “rebeldía” que Kaiser dice llamar columnas y, en otros casos, libros? Yo prefiero lo segundo.
Comentarios