Desde mi adolescencia, la lectura se ha transformado en un eje central de mi vida. Los libros que he leído han contribuido a formar mapas de mí mismo y del entorno en que estoy viviendo y he vivido. Además, se trata de un amor al libro como materialidad: al papel, a las letras, al olor, al tacto del libro que ayuda a sentir como propio lo escrito. Del mismo modo, me gustaba adquirir textos para futuras lecturas y también disponer de aquellos que alguna vez queremos volver a leer. Así, la lectura y el libro han sido parte cotidiana de mi existencia.
En este contexto, aparece el ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica) y posteriormente ciertas disfuncionalidades corporales. Al no poder tomar un libro por mis manos, se pierde la experiencia de los sentidos más allá de la vista, es decir, manipular el objeto libro y, por lo tanto, tuve que buscar otras formas de continuar con esta práctica.
Al comienzo de la enfermedad ya sabía cuál sería el escenario posible. Mas o menos, por cierto. Le pedí a amigos, amigas y familiares que en el futuro cercano me leyeran ciertos libros seleccionados. La petición era que ellos y ellas me leyeran cuando ya no pudiera hacerlo por mí mismo, y con la autonomía que lo había hecho hasta ese momento. Y así sucedió, ficción o no ficción emanaron del papel y se desplazaron las palabras en sus voces por el aire para ser míos, nuevas historias o ideas.
En este proceso he logrado distinguir una nueva forma de experimentar la lectura y una manera de comunicación diferente, quizás. Quisiera destacar algunos atributos de esta nueva vivencia.
Pasamos de la pareja libro-lector a un trío formado por un libro, un hablante del mismo y un oyente.
El o la que lee no es una correa transmisora, sino una persona que también interpreta el texto y que logramos percibir en silencio desde otras dimensiones: tonos de voz, gestos posturales, en general no sólo las palabras, sino también, los significados anclados en la comunicación no verbal.
Este tipo de lectura constituye no sólo una forma diferente de acceder a un libro o una manera de superar una carencia producto del ELA, es más bien una expresión concreta del apoyo al otro, que se transforma en un misil contra la soledad y la angustia
Otro atributo es la constitución de un acto de construcción grupal de significados. El que escucha tiene que apropiarse no sólo de lo que dice el autor o autores del texto, sino también, de lo que va sugerido por la lectura de la otra persona, una especie de doble banda de significados en que conviven tanto el autor, el o la que lee y el que escucha.
El siguiente aspecto a destacar, no se trata de una experiencia similar al audiolibro, por el contrario, hay una complicidad viva entre personas que hacen singular el regalo de la lectura de un libro, personas en que el cariño, la solidaridad y la empatía, son elementos constitutivos. Todo esto forma parte de los ejes centrales de una relación humana.
Esta práctica de lectura y comunicación puede entenderse también como una resistencia ante una emergente forma de cultura y de comunicación, signada por el incremento de la velocidad de los intercambios simbólicos. El tiempo lo fija los que participan en el acto de la lectura, no hay un elemento que marque un ritmo como una frecuencia mecánica, sino por el contrario el afecto y la comprensión del otro, son los elementos básicos que crean el ritmo.
Finalmente, este tipo de lectura constituye no sólo una forma diferente de acceder a un libro o una manera de superar una carencia producto del ELA, es más bien una expresión concreta del apoyo al otro, que se transforma en un misil contra la soledad y la angustia. Un acto de amor, simple, directo y útil, una invitación nueva al encuentro humano, aunque anteriormente las personas que participan no tengan hábitos de leer libros. Y no sólo hablamos de papel, sino de textos que existen en formato digital de fácil y gratuito acceso. Pueden constituir una dimensión nueva de la relación que se da entre un paciente y la red social de apoyo. No sólo se trata de acceder a historias o ideas, sino de meterse, zambullirse y construir una relación humana de afectos y alivio.
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Ma. Cristina Gallardo
Don Claudio buen día, el motivo a comentar es porque, creo que la Nueva Medicina Grrmanica(NMG), Las 5 leyes biológicas del doctor Hammer, le pueden ayudar con la causa de sus síntomas; hay videos explicativos de qué trata y del porque nos enfermamos, como también videos de una doctora española residente en Nicaragua, Ma. Teresa Ilari, que explica el cómo funciona y muchos más
Confío en que pronto leeré que se ha sanado
Hasta pronto
Jessica Espinosa
Don Claudio cuanta verdad en sus palabras , leer un libro es una experiencia única, mágica que nos transporta a un nuevo mundo inexplorado … y cómo usted bien dice los sentidos se agudizan … si bien es cierto existen nuevas plataformas audiovisuales qué tal vez nos faciliten la lectura no es la misma sensación , no hay nada como tocar una hoja mal trecha o abrir del empaque un libro nuevo …. solo quien gusta de leer puede y sabe experimentar dichas sensaciones…..