La forma de abordar ciertos temas por parte de un sector importante de la prensa impresa chilena es, por decir lo menos, sorprendente. Como ejemplo de ello, quisiera referirme a un tema que sin duda es de bajo interés general para este país, razón por la cual cabría esperar precisamente mayor objetividad: me refiero a la forma en que se han presentado los últimos acontecimientos sobre una eventual independencia de Cataluña respecto de España.
Para aquellos que desconozcan el contexto, podría resumirse así: desde hace aproximadamente 5 años, un conjunto de fuerzas políticas y sociales catalanas vienen reclamando crecientemente la posibilidad de celebrar un referéndum, oficial y vinculante, sobre una eventual secesión del resto de España. Ante la persistente negativa del Gobierno Español, los sectores independentistas consideraron que las elecciones regionales celebradas el pasado domingo 27 de septiembre, constituían un plebiscito de facto sobre la causa secesionista. En una elección con una altísima tasa de participación (el 77%), los partidarios del «sí» a la independencia obtuvieron la mayoría absoluta en el parlamento catalán (72 representantes de 135), gracias al apoyo del 48% de los votantes.Desconozco si este comportamiento responde a un caso de falta de objetividad y rigurosidad profesional, o si nos encontramos ante una actitud colonial por parte de la prensa impresa chilena, que se somete a los medios de la antigua metrópoli, precisamente cuando se trata de abordar la independencia de otro de sus territorios.
A fin de obtener una visión lo más imparcial posible de lo acontecido, en este como en cualquier otro caso, lo más recomendable suele ser consultar los medios no vinculados a ninguno de los sectores directamente implicados. De esta forma, la prensa internacional destacó la obtención de la mayoría parlamentaria por parte de los independentistas, quienes ya han empezado a implementar su programa político, cuyo propósito principal es concretar la secesión de España. Complementariamente, la mayoría de los diarios puntualizaron que el hecho de que los partidarios del «sí» no hubieran alcanzado la mayoría de los votos, deslegitimaba la opción de iniciar un proceso inmediato y unilateral de independencia.
Varios medios, sin embargo, se preocuparon por aclarar que el hecho de que los partidarios del «sí» no hubieran alcanzado la tan ansiada mayoría de los votos, no significaba que los partidarios del «no» ostentaran este logro. Esto se debe principalmente a que un sector no menor, correspondiente al 11% del total de los votantes, representa a quienes, ya desde antes de la celebración de los comicios regionales, vienen reclamando la realización de un referéndum vinculante, sin posicionarse en forma homogénea ni por el «sí» ni por el «no». Adicionalmente, tras la celebración de las elecciones, diversos actores cercanos al socialismo, sector tradicionalmente opuesto a la independencia, y que alcanzó el 13% de representación en los pasados comicios, están empezando a defender la necesidad de un cambio profundo, e incluso la conveniencia de celebrar el tan ansiado referéndum. De esta forma, los más acérrimos opositores a la independencia representan al 27% de los votantes, realidad que dista mucho de poder considerarse un rechazo mayoritario a la causa independentista.
Por todo ello, sorprende la perspectiva adoptada por algunos diarios chilenos, quienes se han hecho eco de las tesis de uno de los sectores en contienda: los opositores a la independencia. Prueba de ello es el artículo titulado “Cataluña dijo ‘no’ a los independentistas”, publicado por el decano de la prensa nacional el pasado miércoles 30 de septiembre; más preocupante parece aún que lo hagan en forma de editorial. Desconozco si este comportamiento responde a un caso de falta de objetividad y rigurosidad profesional, o si nos encontramos ante una actitud colonial por parte de la prensa impresa chilena, que se somete a los medios de la antigua metrópoli, precisamente cuando se trata de abordar la independencia de otro de sus territorios.
Finalmente, cabe preguntarse si se comportan así ante un tema que, como decía, parece de menor interés para este país, qué se puede esperar cuando abordan realidades más cercanas a sus propios intereses particulares y a los de la sociedad chilena en general.
Comentarios
02 de octubre
Excelente artículo. La interrogante final es la más preocupante, sin duda estamos en manos de oscuros intereses que, dado la escasa diversidad, tienen sumida en el prejuicio a la sociedad chilena.
+1
03 de octubre
El Editorial de Emol es de ripley.
Aparte anonimo.
La independencia de Catalunya ya es imparable.
+1
05 de octubre
Muy buen análisis. El cuadro general cada vez aparece más completo.
+1
08 de octubre
Hace un tiempo lo vengo comentando con mis cercanos. Y, me preocupa no solo la falta de independencia de todos los medios llámese TV, radio o prensa escrita. Sino a veces se ve que no tienen ética y se hacen cosas en nombre de que: «los ciudadanos tienen que saber la verdad». Y esto va más alla de lo legal o no. Defiendo fervientemente la libertad de expresión, pero algunos no realizan ningún filtro propio previo. Los politicos son condenados (y no los defiendo) por la prensa antes que lo sean por un juicio. Porque a veces al hacer una pregunta se busca sembrar una duda y por supuesto que se cosecha la duda, y eso VENDE. Pero quien juzga a la prensa. Después que se esparcen las plumas…..
+1
09 de octubre
La prensa escrita chilena es otra muestra del descalabro de nuestra sociedad. El poder económico terminó por aplastar a cualquiera que quisiera ejercer la profesión de periodista con ética y responsabilidad. En la actualidad, los diarios sirven para el crucigrama, sudoku y avisos económicos, incluso para contar errores ortográficos en una nota. La información objetiva y que permite construir una opinión hay que buscarla por otras vías.
+1