Si la escuela es nuestro segundo hogar, ciertamente no me sentiría tranquilo si mis hijos juegan con niños que deciden lanzar bombas molotov como expresión de sus derechos.
Frente a la urgente y necesaria iniciativa de la la Ministra Cubillos, la oposición, dentro de una lógica obstruccionista, demuestra nuevamente como está perdiendo el norte, impidiendo que el gobierno presente una ley que busca resguardar la integridad de quienes conviven dentro de los establecimientos educacionales públicos de nuestro país.
Hilando fino, siento que la Senadora y Profesora Yasna Provoste, le da tirria ver como el Presidente Piñera se atreve a crear una figura legal que mejora las condiciones de vida del Magisterio (especialmente del no colegiado), porque dentro de la mirada de la izquierda chilena ese nicho electoral lo han tenido cautivo por décadas y con esta acción el ejecutivo está dando una respuesta que a ellos no se les ocurrió.
Ahora bien, tengo claro que aparecerán en los medios de prensa arguyendo un espíritu y consciencia superior, hablando de principios en los cuales no creen y negando una dura realidad, mientras sus hijos viven dentro del resguardo de la educación privada, poco importa si al frenar esta ley, ponen en riesgo lo más sagrado, a los hijos de las familias que no pueden acceder a la educación particular subvencionada (Esa que quisieron hacer desaparecer).
Las cosas como son, la ley Aula Segura no buscaba expulsar a los alumnos desordenados, conversadores o aquellos que no cumplen con sus deberes académicos, para ello hay un reglamento interno en cada establecimiento, que combinado con los programas de integración escolar, orientación, inspectoría, Unidad Técnico Pedagógica y las duplas psicosociales de convivencia escolar puede favorecer los procesos de adaptación de aquellos estudiantes que requieren más atención, además, en todos los establecimientos educacionales del país se reconoce que hay una directa relación entre el grado de involucramiento de los padres y el desempeño académico de sus pupilos, tanto en términos conductuales como académicos; es más, los mismos profesores indican que aquellos apoderados que por exigencias laborales no pueden tener un rol más presente, haciendo uso de Whatsapp y los famosos grupos de chat de curso, se mantienen al tanto; por lo que pretender de que esta ley buscaba discriminar es una aberración interpretativa populista.Si la escuela es nuestro segundo hogar, ciertamente no me sentiría tranquilo si mis hijos juegan con niños que deciden lanzar bombas molotov como expresión de sus derechos.
Ahora bien, también es sabido que dentro de la estructura formal del sistema educativo nacional, muchos estudiantes no logran adaptarse, ya sea por sus niveles maduracionales, estilos de aprendizaje o directamente bajo las postulados de inteligencias múltiples; de ahí que se entienda tanto la proliferación del modelo montessori y el éxodo a la educación vespertina y dos por uno.
Aula Segura buscaba frenar las conductas disociales de estudiantes que bajo consignas revolucionarias y la influencia de visiones adultas contestatarias, propician acciones que ponen en riesgo a todos quienes conviven con ellos dentro un ambiente que por esencia tiene que ser seguro.
Me gustaría que los Senadores Quintana, Latorre y Provoste explicaran a la ciudadanía las siguientes interrogantes.
¿Cómo se explica que un púber prepare un cóctel de combustible para usarlo a mansalva cuando lo estime válido? ¿Cómo se explica al resto de los estudiantes que a ellos se les suspenda de inmediato si acumula atrasos mientras que a su compañero, al que lo grabaron golpeando a un profesor, carabinero o asistente de la educación, haya primero que investigarlo para justificar la sanción? ¿Cómo se le explicará a los hijos de eventuales docentes heridos en su trabajo que el sistema protege al agresor y no a a la víctima con vocación de servicio?
He leído diversos comentarios en redes sociales dónde se cuestiona el uso de los videos referentes a la agresión sufrida por un carabinero dentro de un establecimiento, recalcando que nadie en la centro derecha se indigna frente a los abusos en la Araucanía, buscando de una manera equilibrar la balanza y revalidar la autoimpuesta superioridad moral, sin pronunciarse claro sobre una cruda realidad que está frente a su narices, ¿Se puede tolerar la violencia sólo cuando nos conviene?.
Lamento que la comisión de educación esté encargándose de que el proyecto de ley no prospere y termine siendo una ley lejana de su virtud central, una que nació para proteger al sistema educativo público de niños y no adultos que han sido adoctrinados bajo la creencia de que su Libertad es ilimitada y no puede estar condicionada por el bienestar de otro que simplemente quiere estudiar.
Voy a terminar con una reflexión premonitoria, podría apostar que en el próximo concierto de Roger Waters se emitirá algún comentario ácido en contra del gobierno y ello exaltará a muchos idealistas que aplaudirán fervientemente las reflexiones del polémico cantautor inglés, todo claro sin detenerse a pensar que ninguno de los políticos en los que ellos creen, que probablemente vio The Wall, recuerda como se cuestiona la institucionalización que hace el Estado con los niños, esa misma máxima que cuando fueron gobierno no se atrevieron a cambiar.
Aula Insegura, la modificación impuesta por la Senadora Yasna Provoste para proteger y respetar al quienes no respetan, a expensas de quienes solo quieren estudiar en paz.
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