Ante la carta de la Gerente General de la SIP, Sra. Lily Ariztía, a modos de reacción sobre los cambios en el SIMCE, publicada en El Mercurio del 31 de Enero no es posible sino hacer algunos comentarios.
Primero, para contextualizar. A mí parecer, lo más importante de las líneas que escribe son “hablamos de calidad de la educación y vamos a tener que esperar que un niño tenga diez años para saber si sabe leer…..(sic)”.
La primera reflexión que me surge es, ¿Qué confianza tiene ella entonces en los profesores, que sólo a través de una prueba externa podemos saber lo que los niños han aprendido? ¿No son ellos los que evalúan día a día los progresos y las dificultades de los niños? ¿No es eso suficiente y lo primero? ¿Cómo lo hacen en los colegios de la SIP entonces? ¿Esperan el SIMCE para saber cómo van? ¿No se jactan siempre de sus excelentes procedimientos y buenos resultados? En el caso que estén seguros que todo para ellos va bien, entonces ¿La calidad corresponde medirla solo en los municipales? Y en ese entendido ¿Los profesores de las escuelas municipales son los malos?
Surgen muchas preguntas, a partir de esas pocas líneas de la carta, pero algo me parece muy claro, sus palabras son de una profunda desconfianza en los docentes y absolutamente ofensivas.
Como las de muchos otros «expertos» y «voceros de la defensa de la calidad de la educación» que no evitan o no pueden desconfiar de los docentes.
La segunda reflexión es que esto ocurre justo cuando la comunidad que trabaja en educación, investiga, propone e innova está plenamente de acuerdo y apoya, que pruebas como el SIMCE no logran dar cuenta de los reales aprendizajes de los niños; además concuerdan en que por culpa del SIMCE la implementación curricular en Chile se ha reducido al mínimo; que para entrenar alumnos para el SIMCE los que buscan exhibir resultados para promover el negocio han eliminado horas de arte, música, educación física; que en pos de buscar mejores resultados SIMCE se ha segregado; que competir por mejores resultados del SIMCE no es dar mejor educación; que los niños no pueden pasar su vida escolar dando pruebas, ella lo defiende; entonces cabe preguntarse ¿Qué busca? ¿Cuáles son los argumentos educativos que pone en discusión? Porque de educativos no tienen nada.
Los profesores no tenemos que esperar al SIMCE para saber si nuestros niños leen, ni ninguna otra prueba externa, es lo que hacemos y si tenemos directivos que así lo entienden, mucho mejor .
Tenemos, por fin, algo de qué alegrarnos: el trabajo de esta Comisión revisora del SIMCE. En primer lugar eliminar la prueba de segundo año, que era realmente una aberración y, por otro lado, por primera vez se está pensando en verificar (y creo que ése es un mejor término) los aprendizajes de otras áreas, porque el aprendizaje es mucho más que lectura y matemáticas.
Otra de las razones para celebrar, es que tal vez ahora por fin, estas pruebas se hagan solo de manera muestral, sin tanto aparataje y que se usen para lo que debe ser, tener información para tomar decisiones respecto de políticas educativas. Nunca debió ser ranking, ni clasificación, ni semáforos , ni nada semejante.
Y los profesores, sabemos perfectamente cuál es nuestra responsabilidad, para eso ponemos especial cuidado en el desarrollo de la lectura, especialmente en los primeros años, para que los niños y niñas lean y escriban para aprender, lean y escriban para ejercer sus derechos y lean y escriban para disfrutar con el placer de imaginar, crear, soñar y ser felices.
Los profesores no tenemos que esperar al SIMCE para saber si nuestros niños leen, ni ninguna otra prueba externa, es lo que hacemos y si tenemos directivos que así lo entienden, mucho mejor .
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Ingrid Boerr
Lo importante sera validar ese conocimiento profesional y el de las comunidades de profesores, eso pasara por reconocerles y tambien porque los profesores usen los espacios para expresarse profesionalmente.
Patricia guerrero
Excelente tu artículo . Yo he tenido la suerte conocer y formar profesores de aula de la sip y de otros colegios y ellos saben cuando sus alumnos no aprenden a leer. No es necesario el simce.