En Chile, y en general en América Latina, los pueblos indígenas experimentan una serie de desigualdades en múltiples dimensiones de desarrollo y, como ha mostrado consistentemente la serie de Informes sobre Pobreza y Desigualdad en América Latina, su presencia es mayoritaria en los territorios que al interior de los países de la región se encuentra en situación de desventaja.
Este escenario nos exige, como sociedad, generar acciones para revertir esta realidad. Un aspecto clave en este debate, es quitarnos la pesada carga histórica de pensar solamente en políticas que permitan superar la pobreza de las personas y familias indígenas, y pensar en políticas que promuevan el desarrollo de los territorios que habitan las comunidades indígenas. Esto requiere mover el foco tradicional de las políticas que abordan problemáticas de individuos, políticas “para pobres”, a poner el foco en las dinámicas territoriales que requieren ser transformadas para evitar la constante exclusión de estos grupos, políticas de “desarrollo del territorio”. Esto, al mismo tiempo, posibilitaría vincular los proyectos específicos implementados con grupos en situación de pobreza con estrategias y procesos de desarrollo territorial más amplias.
Asumir este desafío exige pertinencia y legitimidad de los propios proyectos de desarrollo, para lo cual es fundamental que sean acordes a las expectativas y cosmovisiones de nuestros pueblos indígenas.
Para avanzar en esta dirección se hace necesario, por un lado, debatir y proponer nuevos modos de gobernanza del desarrollo y, por otro, que el Estado se haga cargo de una serie de tareas pendientes en torno a su accionar. Lo primero, implica un proceso de construcción de las características del desarrollo deseado donde participen el conjunto de actores del territorio, a la vez que construir nuevos modelos de gobernanza que posibiliten articular esfuerzos en la dirección definida tanto de actores públicos como de privados y de la sociedad civil, donde las comunidades indígenas tengan un rol clave. Lo segundo, requiere repensar en cómo articulamos la oferta de políticas, programas e instrumentos públicos existentes, diseñamos nuevos y avanzamos en la pertinencia de los mismos, aspecto que necesariamente implica fortalecer la participación de las comunidades en el proceso de política. Sin duda, estos dos grandes desafíos implican revisar la institucionalidad pública existente y fortalecer la capacidad de articulación y coordinación de ministerios y servicios públicos, no solo en el nivel central sino también en el regional y particularmente en los gobiernos locales.
Un aspecto clave en este debate, es quitarnos la pesada carga histórica de pensar solamente en políticas que permitan superar la pobreza de las personas y familias indígenas, y pensar en políticas que promuevan el desarrollo de los territorios que habitan las comunidades indígenas.
Por todo lo anterior, es que en el día internacional de los pueblos indígenas nos parece necesario y oportuno relevar la perspectiva territorial en el debate nacional sobre el desarrollo indígena, para avanzar en propuestas que se hagan cargo de la complejidad del desafío que se enfrenta.
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Guerrillero digital
¡Qué se lo ganen!… ¿Lo merecen?
¿Pueden hacerlo ellos?
¿Tienen con qué?
¿Saben cómo?
¿Pueden hacerlo ustedes?
¿Se lo merecen ustedes?
¿Tienen con qué?
¿Saben cómo?
¿Lo quieren?
Pinche mi seudónimo y revise las propuestas. En ellas encontrará la manera de hacer realidad lo que ustedes exponen desde el municipio y con los ciudadanos, actuando sobre una base de discusiones locales abiertas, experimentadas y basadas en herramientas de aprendizaje, organización local y financiamiento de operaciones asociativas, incluido un mecanismo que baña con recursos estatales iguales a un millón de dólares a anuales a cada comuna del país, luego de obtenidos los logros básicos a los que llevaría la puesta en marcha de esas iniciativas.
Con esas herramientas, «ellos» deberán merecerse lo que ustedes quieren. Podrían ayudarles cercanamente. Tendrían recursos para llegar a ellos con algo mejor que buenas propuestas, pero sin herramientas específicas que harán una diferencia que otras políticas públicas no han hecho.
¿Tienen dinero para invertir?
Esas ideas se pueden escalar desde un modelo que invierta en ellas uno, o diez, o cien, o mil millones de dólares, dependiendo si quieren una citroneta o algo mejorcito…
…
¿Quieren arreglar el problema?
Tengo ideas que tal vez ustedes podrían materializar.
El asunto es si quieren, o más bien sólo lucran con lo que dicen, lo cual significa que no quieren y que no llegarán a querer nunca…