Chile, tanto por su historia particular como en su contexto latinoamericano, presenta importantes señales de un desarrollo desigual entre sus diversos territorios y regiones. El Producto Interno Bruto (PIB) regional muestra que la región Metropolitana concentra más del 40% del PIB, y los datos de la Casen 2020 indican que existe una variabilidad importante en los ingresos y que la pobreza por ingresos y multidimensional se concentra en las regiones del sur del país.
En Rimisp buscamos una Constitución donde se reconozca a los territorios en su dimensión de constructo social, considerando sus particularidades y necesidades específicas en la garantía de derechos, inversión pública, normativa y cuerpo legal que habilite pertinentemente el desarrollo territorial inclusivo.
Desde este enfoque de desarrollo territorial, formulamos una propuesta en base a cuatro dimensiones: Descentralización, Participación Ciudadana, Bienestar y patrimonio biocultural y Agricultura y alimentación sustentable que ponemos a disposición del proceso constituyente para abrir un diálogo que permita contar con una Constitución con enfoque territorial y políticas públicas coherentes que permitan disminuir las desigualdades territoriales que no sólo afectan la vida de los habitantes de un territorio rezagado, sino que limitan el bienestar de todos los habitantes de un país.
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