#Ciudadanía

Un museo ciudadano

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Fue en cuarto medio. En ese entonces no era algo usual en los colegios, y menos en el mío. El año anterior, algunos profesores se lo consultaron y la rectoría no había aceptado. Cambiaron la administración del colegio desde el conglomerado que lo maneja, irónicamente por mandato de un directorio en el cual estaba el ex ministro Varela. Ahí se dio luz verde, pues lo estimaron «necesario» para la formación ciudadana de nosotros.

Por prioridad, ya que nosotros salíamos pronto, nos tocó a nosotros ser los conejillos de indias en una visita que querían repetir cada año con los alumnos de tercero y cuarto medio. Una visita al Museo de la Memoria. Dio la casualidad que tocó justo para mi cumpleaños, 2 días antes del 11. El día en que cumplí 18, el día en que me volví ciudadano y, por tanto, responsable legal de los caminos que iba a tomar a futuro.

Nunca pensé que tras esa visita iba a cambiar tanto mi forma de ver la situación. En el colegio solo nos habían mostrado lo clásico, hubo un tiempo de polarización desde Alessandri Rodríguez, después asume Allende, la polarización se agrava, un golpe, Allende se suicida en la tarde, el país entra en toque de queda. La gente opositora era arrestada, algunos torturados, otros muertos, nada más. Todo en los libros era quirúrgicamente estipulado, como si les diera resquemor establecer abiertamente lo que fue el trasfondo. No se si seguirá siendo así. Posiblemente si, ya que los libros que mi hermana tiene, eran los mismos que yo tuve, los mismos que mi hermano de 30 tuvo, y el salió de cuarto habiendo sido un pingüino.

Cuando entré al museo de la Memoria me di cuenta que había algo más allá. Me di cuenta que los pormenores se tratan con mayor profundidad. La historia prácticamente se deja de trasfondo, para entender los puntos donde aquella información tiene su origen. Me di cuenta que no habla sino de los métodos utilizados en la represión, del actuar de las autoridades de la época para hacerles frente y evitar arrestos arbitrarios, donde hasta la Iglesia cooperó, donde incluso se recurrió a la justicia, amedrentada o del lado del régimen, la cual falló varias veces en contra de las familias afectadas, sin que hubiera razón especifica.

Hoy por hoy, los detractores del Museo, aducen como principal argumento de que no se refleja toda la historia previa, que es la que también debería importar. Que no se nos menciona que en la época de Allende hubo un descalabro económico que llevó a las masas a acelerar el proceso de polarización, de que en la dictadura las cosas mejoraron en la economía, y de que el sistema neoliberal nos mantiene bien y por tanto deberíamos rendir respeto también a los cooperadores de la dictadura.

Pero si uno recorre los 3 pisos, lo que uno va a observar no va a ser las políticas que tomó el gobierno allendista, ni tampoco la dictadura, ni mucho menos los gobiernos de la Concertación. El Museo de la Memoria no está pensado como un montaje ideológico. No está pensado para impactar a la persona a modo tal de que cambie su pensamiento para uno u otro lado. Por eso no contiene ninguna mención política a menos de que guarde relación con la represión. Y eso, es debido a que el museo solo refleja la represión existente durante esos tiempos.

Si han realizado una visita, se darán cuenta que el museo solo retrata, solo refleja la represión existente durante la dictadura, pues eso fue la demostración clara de lo que fue el autoritarismo y el daño que le hizo a nuestra ciudadanía.

Durante la época de polarización, en los gobiernos de Alessandri, Frei y Allende, hubo un vasto daño que se agravó durante los últimos años. Pero no había censura. Habían criticas, pero se permitía la libre expresión. Los documentos históricos muestran que los de Patria y Libertad, que los miristas, que los comunistas, hacían sus protestas sin mayores problemas. El manejo comunicacional fue por ambos lados, y nadie puso trabas a ello. Las expresiones electorales seguían existiendo normalmente, con ambos sectores haciendo barra a sus candidatos, y los grupos opositores eran capaces de ejercer presión.

El Museo de la Memoria está creado con el objetivo de hacer reflexionar sobre aquello, sobre nuestro poder ciudadano actual, tan simple que se ve, y de como fue aquella época en que lo perdimos.

Cuando llegó la Junta al poder, tras el golpe, se perdió toda capacidad de ejercer poder de ciudadanía. Llegó la censura, llegaron los arrestos por decir algo distinto, por expresar algo distinto a la voz oficial. Llegaron las muertes de personas que, en varios casos, no tenían nada que ver con el gobierno derrocado. Por eso solo se representa lo ocurrido en la dictadura. En esta época fue donde hubo un actuar injustificado, en donde se cometieron crímenes de lesa humanidad, en donde la represión ocurrió y donde los aparatos estatales funcionaron de esa manera, al punto de crearse nuevas entidades secretas abocadas al uso y ejercicio de la tortura y el asesinato.

El Museo de la Memoria está creado con el objetivo de hacer reflexionar sobre aquello, sobre nuestro poder ciudadano actual, tan simple que se ve, y de como fue aquella época en que lo perdimos. No está creado para llamar a las personas a un bando político, sino para que estas reflexionen, piensen, tengan en consideración en cuan grado han cooperado como ciudadanos en construir esta nueva nación, sin importar si son liberales, conservadores, comunistas, democratacristianos, etc.

Está creado para recordarnos que hubo una época de nuestra vida nacional en que muchos compatriotas buscaron las vías de expresarse libremente, tal como hoy lo hacemos sin miedo, y fueron reprimidos hasta morir o desaparecer. Está creado para recordarnos que hubo padres y madres que perdieron hijos por solo ser cercanos de una persona militante de la izquierda, hijos que tuvieron que ver la crudeza de la vida a una corta edad, a quienes les arrebataron la infancia. Está creado para recordarnos que lo que hoy tenemos y tratamos con tanta sencillez, en esos tiempos era algo que costaba la integridad física, y hasta la vida, no solo del que se expresaba, sino de todo su circulo. Está creado para hacernos valorar lo que hoy tenemos, para nunca más vivirlo, para nunca más olvidarlo, para nunca más perderlo.

Ese día, recibí un regalo muy valioso de parte de la vida, de parte de lo que visualice en el Museo. Recibí conciencia política. La conciencia que hoy me hace reflexionar sobre cada acción que uno toma para criticar o cooperar en esta sociedad en cuanto a lo político. La conciencia que hoy me hace escribir estas opiniones aquí, en esta página, pese a no estar de acuerdo en el pensamiento político con los que la manejan. La conciencia que me hace tener una conversación amena con mi familia sobre política, pese a que yo sea alguien cercano a la izquierda y ellos a la derecha. La conciencia que hoy me levanta para seguir construyendo una nación.

Se convocó a un acto de desagravio para esta semana. No voy a ir. No me corresponde ser quien haga esa acción. Dudo que a alguien de los que vaya les corresponda hacerlo. Solo le corresponde al ministro Rojas, quien fue el ofensor, dar disculpas e incluso, poner sobre la mesa su renuncia. Sin embargo, y tal como cada año, iré durante la semana previa al 11 al museo, a rendir mis respetos, a reflexionar sobre mi labor como ciudadano, a realizarme una autocrítica respectiva sobre mi actuar político.

Porque en tiempos donde el neonacionalismo está surgiendo, donde este país parece más conflictivo, es todavía mas importante hacer ello. Les invito a hacer lo mismo.

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1 Comentario

Blasco Ramírez

Buena reflexión. Lejos de criticar, Manena, Cecilia Pérez y otra gente de derecha, deberían hacer algo más productivo: crear su propio museo, escribir sus propios libros y hacer sus propias películas. Me pregunto si le temen a comparar «El pacto de Adriana» con alguna película hecha por su sector; o con el documental «El Mocito». Me pregunto, ¿Qué tiene para exhibir sus sector? ….