El arte, la historia, la filosofía, nos han mostrado que para que lo humano se configure, deben darse una serie de sacrificios. Esto para la constitución de este sujeto social o del modelo prototipo del sujeto. Una de esas características que se fueron constituyendo fue la racionalidad, así tenemos un sujeto que se conoce a sí mismo, que es capaz de utilizar el lenguaje, de socializar, de tomar una serie de decisiones racionales, de aceptar el contrato social, etc. Todo esto supone que existen una serie de sacrificios y de delimitaciones de “lo humano”. Lo humano se contrapone a lo irracional, entonces, “lo animal” o “lo estúpido” o “lo idiota” han sido figuras delimitadoras de lo humano. El humano para constituirse como un adulto, como alguien que está en socialización y ha crecido, tiene que eliminar cualquier comportamiento considerado “idiota” o “estúpido”, cualquier ajenidad con los protocolos sociales o culturales.
En este sentido, Theodor Adorno, ha hablado acerca de lo estúpido en el arte. Él señala que, en general, hay una concatenación entre los niños, los payasos y el arte, “el ser humano no ha tenido tanto éxito en la represión de sus semejanza con los animales como para no poder reconocerla de repente y verse inundado por la dicha. El lenguaje de los niños pequeños y de los animales parece el mismo” a lo que agrega, “la constelación animal, loco, payaso es una de las capas fundamentales del arte”. Nos encontramos, entonces, con una suerte de reivindicación de lo considerado “idiota” o “estúpido” pues Adorno intenta una reivindicación desde el lugar en que “lo idiota” es lo que sobrevive a una represión que tiene que ver con la racionalidad, con que todo medio vaya a un fin determinado, elementos que han terminado con la posibilidad de que exista juego o tontera, porque todo tiene que estar pensado en término de proyecto y de productividad.Cristo llamando a amarse los unos a los otros, actuando sin fines de lucro, poniendo la otra mejilla calzaba perfecto en el perfil del “idiota” en el sentido dostoievskano o adorniano
En este sentido, una de las figuras emblemáticas de la historia del arte, es “El Idiota” de Dostoievsky. Se trata de un príncipe que se llama Mishkin y que es como una figura del ingenuo o, de alguna manera, del santo que tiene una posición de nobleza, pero que con sus actitudes de bondad e ingenuidad es considerado idiota por la sociedad y que es una figura que actúa como catalizador y desnuda las hipocresías. Parece ser que la idea de Dostoievsky era jugar y plantear acerca de qué pasaría si Cristo apareciera en esa sociedad actual, que era la del siglo XIX. Cristo llamando a amarse los unos a los otros, actuando sin fines de lucro, poniendo la otra mejilla calzaba perfecto en el perfil del “idiota” en el sentido dostoievskano o adorniano. Su planteo era la ruptura social de cualquier contrato social que se alejara del amor al hombre, alejado de las convenciones modernas de la productividad y el éxito. Se trata de una novela fantástica, lo de Dostoievsky siempre son novelones y resisten perfecto el paso del tiempo.
Así resulta interesante acercarse, por estos días, a una aproximación de Cristo a través de la literatura, la reflexión y de esos espacios de intermediación que nos regalan autores trascendentales. Un verdadero regalo al margen de cualquier provecho o utilidad.
Comentarios
25 de enero
Tengo la sensación que Adorno se equivoca, probablemente concluye basado en el al arte de su tiempo, tal vez Paul Klee, Kandinsky, Chagall, pero el arte en otras épocas ha sido y debiera ser lo más alto de la producción de la mente humana, y ello implica alcanzar un nivel de conocimientos, comprensión, racionalización del contexto y síntesis muy sofisticadas, el artista de otras épocas era el más destacado intelectual, por ello, nunca fueron considerado idiotas, respecto a la figura del Cristo, eso es otro cuento.
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