«Sin embargo poéticamente, habita el hombre en esta tierra. « Hölderlin
La demolición del emblemático edificio de Química y Farmacia de la Universidad de Chile ha causado conmoción este fin de semana, no solo entre los amantes del patrimonio, sino también entre los ciudadanos que todavía confían en la palabra empeñada y en las autoridades encargadas de velar por el bien común en nuestras ciudades y comunidades.
“Entre gallos y medianoche” –como se ha dicho en los innumerables comentarios al respecto en las redes sociales– las retroexcavadoras entraron al recinto e hicieron lo suyo y, la verdad sea dicha, se demoraron menos de lo que canta un gallo en acabar con todo. Los vecinos de Ñuñoa conocemos bien esta experiencia: cada mañana, un nuevo cierre perimetral se alza en la casa vecina, y en la siguiente y la siguiente, señalando una nueva demolición. Barrios completos han desaparecido de este modo en nuestra comuna mientras que otros –o lo que queda de ellos–, sobreviven apenas, ahogados entre torres de veinte o treinta pisos.
Como si fuera un mal chiste, los vendedores de las minúsculas viviendas que se ofrecen en estos edificios, no tienen reparos en promocionarlas con la tentadora frase: Ven a disfrutar de la vida de barrio. La llegada de las líneas 6 y 3 del Metro ha acelerado la destrucción masiva de la comuna, aumentando la codicia de las empresas inmobiliarias que ven el suelo solo como un bien económico del que hay que procurar sacar la mejor tajada.La llegada de las líneas 6 y 3 del Metro ha acelerado la destrucción masiva de la comuna, aumentando la codicia de las empresas inmobiliarias que ven el suelo solo como un bien económico del que hay que procurar sacar la mejor tajada
Esta política de destrucción inescrupulosa, sin ninguna visión urbanística ni social, ha sido propiciada y amparada por la propia Municipalidad desde la administración anterior, lo que no solo ha destruido el patrimonio arquitectónico de la comuna, sino que ha ido desintegrando paulatinamente el entramado social de los distintos barrios que la componen. El gran distintivo de la comuna de Ñuñoa, una comuna de clase media por esencia, en la que convivían en armonía personas diversas en relaciones de mutua colaboración, ha ido desapareciendo.
Uno de los sectores más presionados en la actualidad por el asedio de las empresas inmobiliarias es el Barrio Suárez Mujica, polígono ubicado precisamente entre las nuevas líneas de Metro antes mencionadas. Afortunadamente, los vecinos de este sector habíamos venido trabajando desde hacía ya más de cinco años, organizadamente, en la búsqueda de alternativas de protección, por lo que su llegada no nos pilló desprevenidos.
Un trabajo voluntario y no exento de dificultades, por cierto, pero que el 24 de enero de 2018 se materializó en un gran logro: el Consejo de Monumentos Nacionales aprobó por unanimidad el expediente técnico para que el Barrio Suárez Mujica sea declarado Monumento Nacional en la categoría de Zona Típica. Pero, ¿qué ha sucedido desde entonces? Pues, que el decreto de declaratoria, que había sido firmado por la ministra de Educación del gobierno saliente –último paso antes de la declaratoria oficial–, fue retirado de la Contraloría de la República por la nueva administración y, luego de varios meses en que hemos recurrido a todas las instancias para lograr que las autoridades se manifiesten al respecto, el decreto continúa en el escritorio de la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés, esperando por su firma, sin que haya ninguna razón, ni técnica ni legal, que explique su retraso. Entretanto, se sigue avanzando en la demolición de inmuebles de alto valor patrimonial y se siguen aprobando proyectos inmobiliarios que amenazan a futuro nuestro barrio.
Mientras no se oficialice la declaratoria que descansa en el escritorio de la ministra, los vecinos no contamos con ninguna herramienta legal para impedir la destrucción de nuestro barrio. Si el hogar es el cobijo del ser humano, un barrio amable lo amplía y proyecta. El barrio son las personas que lo habitan, su historia y su memoria; es el espacio vivido y compartido, el que construimos entre todos y también el que imaginamos y proyectamos al futuro. Este es el Barrio Suárez Mujica, el cual se ha levantado, valerosamente, contra un Goliat mil cabezas que tiene tanto poder que hasta puede detener la mano de una ministra el tiempo que estima necesario. Nosotros, mientras tanto, seguimos trabajando por una mejor ciudad, cuidando este espacio de naturaleza generosa y belleza arquitectónica para todos los santiaguinos.
Comentarios
18 de octubre
Solo para precisar un punto: Los contribuyentes de todo Chile han gastado cientos de millones de dólares para hacer no una, sino dos líneas de metro en ese sector. Y la propuesta de ustedes, vecinos de esa zona, es que nadie más pueda ir a vivir en ese barrio, apoderándose ustedes de toda dicha plusvalía???
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18 de octubre
Hola, tod@s son bienvenid@s en el #BarrioSuárezMujicaZonaTípica, el objetivo es que quienes lleguen al Barrio puedan integrarse, disfrutar de su historia y belleza, de su cultura, de una verdadera vida de barrio, por eso es importante que sea preservado y protegido.
19 de octubre
En respuesta a Juan Pedro:
Primero, nadie ha gastado plata para hacer lineas de Metro en ESE sector. La inversión del Metro no responde a las necesidades ni demandas de los vecinos del Barrio Suárez Mujica. La inversión del Metro responde a las necesidades de toda la ciudad y sobre todo a la necesidad de conectar los lugares mas alejados y periféricos con el centro o entre ellos. Por otra parte el Barrio Suárez Mujica se comenzó a forjar hace aprox. 100 años y por ende en la actualidad, y debido al crecimiento mismo de la ciudad, quedó ubicado en un lugar que hoy se considera «central» (lo que suele pasar en muchos Barrio Patrimoniales). Por eso pasan las lineas de metro cercanas, no porque hayan invertido en el barrio.
Segundo, Aquí nadie quiere prohibir que más gente pueda disfrutar de nuestro barrio, al contrario, la idea de protegerlo es precisamente que más gente pueda vivir en el futuro de un Barrio con sus características, e incluso el ser zona típica un valor agregado para los habitantes de los edificios cercanos, edificios que precisamente existen debido a la destrucción de barrios aledaños. Por eso también es necesario protegerlo, para mantener la esencia de la comuna y la historia de la ciudad que hoy está sumamente depredada por el negocio inmobiliario. Por otra parte ser declarado Zona Típica no prohibe la densificación del sector, sino que regula que de hacerlo sea acorde al tipo de arquitectura, urbanismo y tipo de vida del barrio. Saludos!
19 de octubre
Estimado Juan Pedro: una Zona Típica no prohíbe la construcción de nuevas edificaciones, sino que regula la forma que estos nuevos edificios tendrán gracias a un documento legal que se denomina «Lineamientos de intervención». Estos lineamientos, desarrollados por el Consejo de Monumentos Nacionales, en trabajo conjunto con el Municipio y los vecinos del barrio, establecerán los criterios de construcción y diseño para ampliaciones y nuevas edificaciones. En este sentido, no hay forma de que el proyecto de Zona Típica capture la plusvalía para un grupo en particular, sino que solamente se regula lo que hoy en día se encuentra sin normativa. Es alcanzar estándares internacionales den cuanto a la conservación del patrimonio, lo mínimo en un país civilizado y moderno.
19 de octubre
Este Goliat de mil cabezas del que hablan ha logrado sin duda retrazar la inminente declaratoria final (firma de ministra Consuelo Valdés, visto de Contraloría y publicación en Diario Oficial) del Barrio Suárez Mujica. Todo esto mientras la Municipalidad de Ñuñoa hace de lo suyo entregando a inmobiliairias perminos de demolición para que estas destruyan el Barrio Suárez Mujica e inflijan el mayor daño posible a esta comunidad organida.
Pero no nos engañemos y no dejemos que un árbol no deje ver el bosque. La declaratoria del Barrio Suárez Mujica como Zona Típica se trata de mucho más de lo que pueda ocurrir con este barrio patrimonial: acá se juega un tema clave de la sociedad que se resume en la pregunta ¿Qué pesa más: la opinión de los habitantes de un barrio que quieren que los dejen tranquilos sumada a la voz de las comunidades organizadas que están por conservar su patrimonio, o la voz del dinero de las inmobiliarias y su supuesto «desarrollo» (para ellos) que mueve los hilos a nivel de ministerios y contraloría coadyuvada por la Municipalidad de Ñuñoa?
Además ¿Qué culpa tienen los vecinos del barrio patrimonial de que les hayan puesto la línea del metro cerca? ¿Acaso les preguntaron si querían metro? ¿Acaso se les preguntó a estos vecinos, que vivían tranquilos sin molestar a nadie en sus casas, si querían ser expulsados por las inmobiliarias para torres de arrendatarios de departamentos minúsculos valorados por los destructores de barrios a precios irrisorios ?
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20 de octubre
La verdad lo que importa aquí es que los vecinos queremos cuidar nuestro barrio. Que alguien no sé de donde se moleste por un motivo x, nos da lo mismo, nosotros vivimos en Ñunoa.
+2
23 de octubre
¿QUIENES SON LOS MAS ASIDUOS LOBYSTAS A LA ESPERA EN LOS PASILLOS DEL CONGRESO EN VALPO ?????
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