Nos encontramos nuevamente frente a un fin de semana noticioso, pero esta vez con aires de esperanza en la fuerza de las comunidades y la participación ciudadana. En efecto, junto con festejar la abrumadora mayoría de vecinos de La Reina, Providencia y Las Condes que, con un 72,5% de los votos, privilegió la recuperación de las áreas verdes y el acceso democrático al Parque Intercomunal, tenemos la satisfacción de comunicar que, con fecha 17 de octubre de 2018, el decreto N° 35, que declara al Barrio Suárez Mujica como Zona Típica, ingresó finalmente a la División Jurídica de la Contraloría de Valparaíso.
Esta acción, tan largamente esperada por los vecinos del barrio, nos acerca a la declaratoria oficial y, con ello, a los nuevos desafíos en pos de seguir construyendo comunidad a través de la participación y el compromiso de los propios vecinos en las decisiones que involucran los espacios que habitan.
La participación ciudadana ya es un hecho en el país, por mucho que algunas autoridades se nieguen a asumirlo como una nueva realidad en nuestro devenir democrático. Ya lo mencionaba el sábado pasado Pía Montealegre en su columna en VD de El Mercurio, a propósito de la participación de las comunidades en los proyectos que las involucran: “el aprendizaje es simbiótico: la política aprende a leer las necesidades del espacio usando los ojos ciudadanos, y las comunidades aprenden a pensar su entorno con un sentido colectivo, que apunta a objetivos comunes”.
Como ejemplo de este movimiento ciudadano que llegó para quedarse, el proyecto de Zona Típica para el Barrio Suárez Mujica surgió de la inquietud de sus propios vecinos los que, frente a la devastación que ya afectaba a otros sectores de la comuna, se organizaron y buscaron una forma de proteger su entorno, su historia, su memoria y su cultura. Cada uno aportó, con voluntad y generosidad, sus conocimientos, sus capacidades y su tiempo para lograr concretar este proyecto. El trabajo realizado hasta el momento ha permitido, entre otras cosas, que los habitantes del barrio se reconozcan como protagonistas de las decisiones que competen al espacio que habitan, y, tal como menciona Montealegre, ha servido para repensar el propio entorno con un sentido colectivo que apuesta por el bien común.
En este punto, resulta necesario destacar que la declaratoria del Barrio Suárez Mujica como Zona Típica no significa el congelamiento ad aeternum de un sector de la ciudad, sino, por el contrario, busca la proyección de un desarrollo planificado y sustentable, que contemple las necesidades de densificación en armonía con las necesidades de sus habitantes y los valores patrimoniales por los que el barrio ha sido protegido. Esta visión nos acerca, como comunidad, a los estándares internacionales en relación con la conservación patrimonial, tan necesaria tanto para el mantenimiento de la cohesión social a través de la memoria común como para la formación de las generaciones futuras.
La participación ciudadana ya es un hecho en el país, por mucho que algunas autoridades se nieguen a asumirlo como una nueva realidad en nuestro devenir democrático
En términos prácticos, la inminente declaratoria significa que el barrio contará con una normativa de edificación estudiada y acorde al patrimonio arquitectónico, urbano y paisajístico que este sector posee. La declaratoria de Zona Típica, además, nos abre las puertas, como comunidad organizada, a la participación en diversos fondos destinados al patrimonio que está legalmente reconocido como tal, los cuales se pueden utilizar para el mejoramiento de espacios comunes, la restauración de inmuebles, entre otros aspectos relevantes para la conservación del barrio. Así, aunando el trabajo vecinal colectivo, la iniciativa privada y las posibilidades gubernamentales de financiamiento, es posible reducir el esfuerzo personal y particular de cada propietario para la mantención sus viviendas y pensar en trabajos conjuntos que mejoren la calidad de vida de los vecinos y de la población flotante del barrio.
Una vez que la declaratoria sea publicada en el Diario Oficial, el siguiente desafío para la comunidad es el trabajo en los “Lineamientos de intervención”, documento legal que regulará el diseño y forma de las intervenciones y nuevas edificaciones en el sector. Estos lineamientos deben ser elaborados por el Consejo de Monumentos Nacionales, en conjunto con la Municipalidad y los vecinos del Barrio Suárez Mujica. Del interés y la participación de toda la comunidad dependerá que estos lineamientos reflejen los valores que los propios habitantes del barrio deseamos preservar y destacar.
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