La responsabilidad compartida entre ciudadanía y estado no existe, los chilenos estamos divididos, frustrados y usando recursos básicos aún cuando vemos que el nuevo país merece nuestro máximo esfuerzo en construir una herencia de la cual nuestros hijos sientan orgullo y la cuiden porque la quieren y sienten nuestro compromiso con su futuro.
En nuestra sociedad actual se destruye, roba, abandona o simplemente abusa sin que exista quien se pare de frente a hacernos las preguntas que nos den una respuesta a la crisis a la que estamos sometidos a diario: nuestra salud colapsa por falta de profesionales especializados, farmacias coludidas, tiempos de atención del sistema público de meses y hasta años, por su parte la educación no entrega las mínimas herramientas para que nuestros hijos puedan acceder a las posibilidades de mejora en su vida. Los profesores son mal pagados y los colegios se conforman con obtener resultados basados en pruebas sesgadas y llenas de vacíos, no se alientan los talentos y menos se impulsan las aptitudes y finalmente se educa a nuestros niños para no pensar sino para obedecer. En el mundo laboral somos una fábrica de viejos pobres al retornar nuestras pensiones solo un 34,5% de nuestro sueldo, trabajamos 45 hrs. de las cuales son productivas solo 25, las empresas impiden la formación de sindicatos y generan ganancias increíbles que no son repartidas apropiadamente con los trabajadores.
Si nos preguntamos: ¿Cuando nos dejamos de comunicar?, ¿Cuándo nos dejamos de querer? ¿Cuándo terminó el que nos pudiéramos mirar a la cara enfrentado ideas sin violencia? ¿Cuándo comenzamos a votar por el menos malo? ¿Cuándo nos dejó de dar vergüenza la desigualdad y se impuso la injusticia inmisericorde?¿Cuándo el odio fue más fuerte que el Amor? ¿Desde cuándo el dinero y el trabajo es más importante que la familia? ¿Desde cuándo nos olvidamos de agradecer un día más de vida?¿Cuando nos sentamos a disfrutar nuestros éxitos y asumir los fracasos? ¿Cuándo nuestra vida dejó de valer tal cual la vivimos? para finalmente preguntarnos ¿Por qué nos sucedió?, ¿Cómo llegamos a esto? ¿Qué hemos hecho por cambiar? tendremos respuesta a parte de nuestro futuro.
Tenemos que generar una sociedad donde los ciudadanos en conjunto con el estado construyan, repartan, acompañen y aporten al futuro nuevo país que nuestras familias merecen y del cual estemos orgullosos de haber apoyado con voluntad y compromiso desde el centro, desde la libertad, desde lo social, desde la ciudadanía y desde regiones.
¡Viva Chile!
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