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El conservadurismo en Chile. Cuando el remedio es peor que la enfermedad

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Durante los últimos años hemos sido testigos de cómo en nuestro país, las posturas conservadoras se han radicalizado y crecido en popularidad. Así, hay quienes actualmente defienden la idea de derogar el aborto en tres causales; otros tantos cuestionan la teoría de género o promueven discursos de odio contra la comunidad LGBTIQ+ y no faltan quienes se manifiestan a favor de aumentar la represión en las calles como lo reveló la Encuesta Criteria en la que, poniéndolos a escoger, un 68% prefería la seguridad a la libertad.

Al parecer el reordenamiento estructural y los discursos de quienes pedían profundos cambios sociales durante el estallido, generaron un repliegue generalizado, un miedo atávico a la posibilidad de vivir en un modelo distinto. Y los sectores de la derecha aprovechando el temor a lo desconocido, tildaron el pasado proceso constituyente de “proyecto refundacional” a la par que difundieron caricaturas de lo que supuestamente llegaría a transformarse nuestro país; las imágenes de las protestas, y los rayados de las calles, fueron usados para recrear un verdadero apocalipsis zombie, una película distópica gringa, pero a la chilena. Haciéndose valer de noticias falsas y de oscuras estrategias de propaganda, lograron instalar, en el inconsciente colectivo, una imagen oscura y caótica de ese “otro Chile posible”, lo que terminó generando pavor en la población y con ello, la urgente necesidad de volver a la comodidad de lo conocido.

Ante la más mínima posibilidad de que eso “otro” se transformara en nuestra nueva forma de vida, se exacerbaron las ideas sobre el orden y la mano dura.

En este nuevo contexto, comenzaron a relativizarse ciertos acuerdos tácitos de nuestra sociedad. Aunque a estas alturas, parecía que tod@s estábamos de acuerdo en que Pinochet era el peor tirano de la historia, lentamente han aparecido quienes, sin pudores, defienden su “gestión” y con ello, los horrores cometidos bajo su mandato, generando así una revictimización de los y las familiares de detenidos desaparesidos y de tod@s quienes vivieron la crudeza de la dictadura.

Sin embargo, pocos se han sentado a pensar verdaderamente qué implica el orden que reclaman; cuál sería el escenario posible, que nos tocaría vivir, si en nuestra sociedad primara esa “mano dura”.

Seguir ese sentido de la brújula, no es más que un enorme retroceso cultural; la negación de lo distinto y la disminución de los derechos de las mujeres y la comunidad LGTBIQ+ traerán consigo mayor desigualdad, perdiendo todo lo avanzado en esta materia

Hagamos una pausa para preguntarnos: ¿qué implicancias reales tiene para nuestro país que se derogue el aborto en tres causales?, ¿qué provocaría la restricción de los derechos de las minorías?, ¿qué consecuencias tendrá para Chile el entregar más atribuciones a carabineros?

Sin duda alguna, existe una sola respuesta a todas esas preguntas. Seguir ese sentido de la brújula, no es más que un enorme retroceso cultural; la negación de lo distinto y la disminución de los derechos de las mujeres y la comunidad LGTBIQ+ traerán consigo mayor desigualdad, perdiendo todo lo avanzado en esta materia y haciendo crecer las brechas sociales; entregar más atribuciones a una policía que no está preparada para ostentar tales facultades, se convertirá en caldo cultivo para la violencia y un peligro para la vida de muchos y muchas.

Ojo con lo que se pide; las demandas sociales del estallido aún no tienen respuesta y debemos continuar bregando para encauzar dichas demandas mediante el diálogo y la organización social. Entregar la solución a las manos de quienes históricamente han respondido con la luma y la metralla, nunca será la respuesta. Solo una mayor participación ciudadana, podrá robustecer nuestra democracia. El otro camino amenaza nuestras libertades y la real posibilidad de transformarnos en una sociedad que algún día pueda alcanzar de verdad, mayor equidad y justicia social.

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1 Comentario

abechtold

abechtold

Cuando se cree que el progreso es avanzar en un rumbo, y el resto piensa que avanzar es ir en otro rumbo….¿es eso raro? Por ejemplo en el caso LGTB, ¿no pueden haber diferencias entre respetar una orientación sexual, versus promover y exacerbar «representaciones» publicas de drag queens y demases?
También, cuando se exacerban declaraciones, del tipo «parecía que tod@s estábamos de acuerdo en que Pinochet era el peor tirano de la historia»….¿cuando ha existido ese «acuerdo»?…podríamos estar de acuerdo con elementos como que fue una dictadura (falta de contrapesos republicanos), pero ¿el peor tirano?…¿donde quedan los Stalins, Maos, etc?….al declarar eso , lo que se hace es quebrar cualquier «de acuerdo», por intentar llevar todo a un extremo.
El mundo conservador es muy importante, por cuanto muestra que las sociedades cambian de a poco, ajustando piezas para dar consistencia, en forma mas solida, pero no porque un grupo quiera cambiar todo porque se le ocurrió.