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A un año de la guerra: la tensión se vuelve propuesta

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En el contexto socio-histórico de los 366 días que cumplen las hostilidades, que han situado la crisis decidida por acontecimientos conflictivos y de diplomacia, como dos fuerzas que sitúan la guerra de Ucrania y Rusia, en el sentir popular, de que «no tenemos miedo» y en el personal, en que nos deseamos seguir realizando, sin coherción de ningún tipo, que amenace nuestros ecosistemas culturales, sociales, económicos, políticos y medioambientales, como planeta; el pueblo global ha delimitado el lugar del micro y macro ejercicio de poder, como cuestión pacifista.

Entretanto, la Región de Chobuko en Japón alcanza nuestra solidaridad, cuando la vocación de conocer los efectos en su zona de Hiroshima, devastada por la bomba nuclear de 6 de agosto de 1945, en donde el sufrimiento se hizo presente, en mayor medida que en el 2011 en que el desastre natural del tsunami de Fukushima, alcanzo una planta de energía atómica. El Océano Pacífico se una en dignidad y apoyo, desde la creación de tratados de libre comercio, que abunden en decisiones de los Estados Nacionales, las condiciones en que se comercia entre las nacionalidades que pueden generar condiciones para el globalismo del sur, aún si no alcanza a ser de América Latina y El Caribe, una comunidad económica aún, nuestros pactos bilaterales y multilaterales, que devienen conversaciones concluyentes con Oceanía, requieren no estar supeditados en las políticas de los Países, para negociar con Asia Pacífico y demás Gobiernos del Continente Americano.

Chile, por esos motivos, puede poner atención como sociedad, al proceso manufacturero, de diversificación productiva y reconversión laboral, en un camino no-neoextractivista y no-neoliberalizante, de exportar el valor agregado del mineral del salar de esta vez: el Litio, como cuestión de gobernanza pública. Nuestra bolsa de comercio si bien produce utilidades a los inversionistas, es sensible a la Moneda Común, a un impuesto Tobbin o a una tributación de un punto porcentual a los activos en el sector servicios, y a la participación en la fábrica global, de la Industria Local; no obstante, hay que seguir adelante en las cuestiones de hacer de la investigación, innovación y desarrollo I+I+D, asunto del sector público, el privado y la sociedad civil, en el cambio de paradigma científico y de sentido común, en torno a las mediciones de impacto sociocultural, medioambiental y de seguridad laboral, en aspectos tales como la existencia de radioactividad: actividad del radón medida por los densímetros o contadores geiger; tarea que no puede estar exenta del Instituto Nacional de Derechos Humanos INDH, la Asociación Chilena de Seguridad ACHS y la Comisión Chilena de Energía Nuclear CCHEN.

Así es como los polos de desarrollo post marxistas y post facistas de la tierra, tienen contraparte, en una visión en la política de vida, radicalización o vivencia radical de nuestras condiciones materiales de existencia, en un entusiasmo libertario popular, que nos hace confiar en el desarrollo de nuestras desiguales prácticas de consumo y en la necesidad del sector informal de las solidaridades económicas, como cuestión de acceso a la felicidad como derecho ejercido.

Es así como la seguridad social, las seguridades de empleo y emprendimiento, requieren la práctica de la inclusión, integración, interculturalidad y transculturalidad; por ello, el proceso constituyente puede perder nuestra atención, como cuestión de espectáculo en los medios de comunicación social, a menos que tengamos una vigilancia social de participación ciudadana en las universidades, lugar que se crea para estos motivos: los propósitos de nuestra cultura revoltina; en razón de tener una tercera oportunidad, en la demanda al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, por parte de las organizaciones sociales, sin embargo, estar la idea en ratificar, ante el avance de las indicaciones y votaciones de los Consejeros Constituyentes desde nuestras elecciones de mayo de este 2023, para el texto que deviene de nuestros ideales, en la pre-redacción y uso de la voz de los designados por el Congreso Nacional.

La necesidad de un fondo de reparto escalonado, que distribuya mayor calidad de pensiones, para las proyecciones de dinero adquirido, por la población en edad de trabajar y de modo retroactivo a los pensionados, jubilados y montepiadas, de los de distintos sistemas, devenir de un programa público de mayor propensión a nivelar hacia arriba -con las cajas de reparto solidario de las fuerzas armadas y de orden Capredeca y Dipreca-, la característica de equidad social y de género, en prestaciones de previsión social, a los 60 y a los 70 años de edad, para hombres y mujeres, desde un sector privado que puede tener cotizaciones individuales voluntarias de disponibilidad del uso y fruto de los trabajadores, y en el del sector público, en donde el aporte tripartito tenga más apoyo cada vez del herario y administración del fisco, lo cual nos haga contribuyentes en un programa solidario y universal, de carácter público, que genere en el sistema mixto, una posibilidad de liquidez para las personas de edad mayor; que forme parte del itinerario de Naciones Unidas, de lograr una “sociedad para todas las edades”, tanto como los logros de una Agenda 2030, para nativos e inmigrantes.

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2 Comentarios

Bernardo O´keeff

Don Waldo, Roma no se hizo en un dia su : visión en la política de vida, radicalización o vivencia radical de nuestras condiciones materiales de existencia, en un entusiasmo libertario popular, que nos hace confiar en el desarrollo de nuestras desiguales prácticas de consumo y en la necesidad del sector informal de las solidaridades económicas, como cuestión de acceso a la felicidad como derecho ejercido, no es posible en chimbarongo y si en Quinta de Tilcoco en la Región de O’Higgins. Voila la paradox

Waldo Arrriagada Peñailillo

Estimado Don Bernardo, me parece que lo más paradojal de un deseo que tuvo una niña que conocí en ciertas fechas como pariente, que versaba: «que todos ganemos lo mismo»; sigue siendo una noble intención, nada más posible en algunos comunitarismos extra-estaduales; coincido con Ud. en que en la realidad sistémica que vivimos, existen polos de desarrollo: premodernos, modernos y tardomodernos. Más aún los diversos propósitos del malestar de la cultura, expresados en el estallido social, tienen una segunda oportunidad de abordarse, desde más de una perspectiva; si bien es perfectible en democratización, con las elecciones de mayo del presente 2023, alcanza a ser una nueva progresión; que puede ser aludida con la medición en la fecha de los ODS objetivos del milenio del 2030, en la que las consignas de la revuelta social se manifestarán, posiblemente con menos conflictividad que durante este período, en las localidades que expresan su visibilización, en la tierra chilena; aun así, no alcanzan a estar en un porcentaje aceptable de cumplimiento de sus indicadores. Tal vez pasarán 10 años más, desde ese 2030, para que esta propuesta para el País, desde la Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe CEPAL, tengan satisfacción en mayores niveles de Desarrollo Independiente y Asociado, desde el lugar situado como centro de las disquisiciones éticas, sobre el poder: el ser humano