Debo confesar que, cuando terminó el gobierno de Sebastián Piñera, pensé, en mi fuero íntimo, que sería muy difícil que Chile tuviera un gobierno peor que ese. La falta de liderazgo, el ensimismamiento endogámico, débiles y erráticas políticas públicas, falta de sintonía con la gente, abrieron en el país raudales de males que, ahora, impactan gravemente en la sociedad, en su economía y relacionalidad.
Pero, superada la instalación del Gobierno de Gabriel Boric, veo con preocupación -pleno de incertidumbre- el futuro de Chile. Todos los indicadores muestran que estamos frente a un gobierno todavía peor, sigue el vacío de liderazgo, estamos ante un equipo de gobierno inexperto y atolondrado, carente de unidad estratégica y de gestión, preñado de mediocridad en el hacer.El quiebre en las confianzas políticas es alarmante, entre la ciudadanía y la política; entre gobierno y oposición; al interior del gobierno; al interior de la oposición
Mala cosa para Chile. El quiebre en las confianzas políticas es alarmante, entre la ciudadanía y la política; entre gobierno y oposición; al interior del gobierno; al interior de la oposición; con una pléyade de movimientos ciudadanos y seudo-partidos ciudadanos, que terminaran fragmentando aún más nuestra democracia y debilitando la necesaria unidad de doctrina y de gestión que se requiere, para enfrentar los duros desafíos que se presentan.
El poder político cada día tiene menos de poder y más de farándula. No importan las acciones sino que la cuñas y apariciones en los medios. Es el imperio del individualismo, del egoísmo materialista, el destierro del bien común, reemplazado por el bien individual, se imponen los intereses de grupos.
Los partidos políticos sufren de una grave corrupción ideológica, responden más a la banalidad, el desdén, la mediocridad y una cultura ególatra. Los principios y los valores son cosas añejas. Los valores han mutado en precios, todo está mercantilizado, incluso la política y el servicio público.
Se impone sin contrapeso el nihilismo, negación de toda creencia o todo principio moral, religioso, político o social. Sincrónicamente se instala la secularización, debilitamiento de los signos, valores o comportamientos que se consideran propios de la cultura. El hedonismo reina implicando una ética que entiende el bien identificado con el placer sensorial e inmediato. La subjetividad de la persona es “la presa” del depredador actual, el cebo es el consumismo. A la crisis social, ética, política y económica, se adiciona el peligro de la narco cultura con sus miserables consecuencias, ya entronizada y consolidada en la sociedad chilena, con secuela de violencia negada por la sociedad.
Comentarios
23 de noviembre
Un griego llamado Poblibio describió el ciclo de los regimenes políticos. Ahi se habla de una versión circular, donde vuelve al mismo punto despues de un tiempo. En este caso, estaríamos pasando por la Oclocracia, que termina en….una monarquía. ¿Cual sería la versión monarquica de un país como Chile?…esa es la duda. Seguramente una persona popular, un prohombre (o promujer..) que resuma lo mejor de la sociedad; O…..una serie de instituciones que nos permita reedificar la sociedad sobre estas. Quizas, si somos hábiles, se podría lograr. Pero el problema es como acabar con el momento actual, que hecho ¿traumático? lo logrará.
Saludos
+1
25 de noviembre
Arturo, muchas gracias por su amable comentario.
Tengo la impresión que, la polarización que vive el país, nos llevara a procesos pendulares. De extremo a extremo. La cosa con este gobierno va mal, reina la mediocridad. Hay quienes se soban las manos con ansiedad, intentando llevar agua a su molino. El monarca que refieres, vendrá muy probablemente de derecha radical. Será un populista o surgirá un candidato promovido y con apoyo de la narcocultura. Espero que la ciudadanía reflexione sobre la importancia de su voto y ayudemos todos a enderezar este esperpento. No queda mucho para entrar a un camino cuyo retorno será complejo y doloroso.
0
25 de noviembre
Don Carlos
A mi me baja mas la duda de cual será el hecho, que presumo traumático, que hará darse cuenta (o se obligará a hacerlo, lamentablemente) que el camino de la degradación se debe acabar; en suma, un factor ordenador y aglutinante. En algunos países eso fue una guerra con un vecino (a veces provocada con ese mismo fin), otras veces una lucha intestina que terminan con un hecho de sangre repudiable; pero, algunas veces, es por la asunción al poder de un estadista que realmente ordena el tema de forma aceptable para una mayoría. Y hay una mejor versión: una secuencia de empoderamiento de instituciones que enrielan fuerzas. Hay historias de ese tipo en algunas crisis económicas que han sucedido, pero pocos ejemplos en el caso de crisis políticas porque en la historia se ha apelado a la fuerza en forma positiva (que sería encarnado en un monarca) que arregla el tema.
Entonces la duda es si la democracia puede salir de este embrollo. Y, si, existe una vertiente: insistir en la libertad como eje y en la convivencia sin obligar, exonerando las tendencias totalitarias (azules y rojas) que hablan de una «cohesion social» basada en una idea central, en una magica fuerza unitaria que nos interpretará a todos. De esa forma, bajando el poder de unos para obligar al resto, y concentrandose en que las personas pueden y deben sostenerse en sus propios pies, se produce la real sinergia entre ciudadanos, sin dependencias ni clientelismos que nos llevan a la decadencia.
Saludos
25 de noviembre
Estimado Arturo: En relación a su duda sobre cuál será el hecho, traumático, que hará darse cuenta a los chilenos de la degradación y despertará la consciencia para asumir la urgencia de poner fin a este proceso. Le expreso que, en mi opinión, ese proceso ya está completamente desplegado, es el Narcotráfico, la narcocultura y sus terribles secuelas. Está desatada la delincuencia, la violencia, el terrorismo, la corrupción, la migración no tiene control, la frontera es burlada diariamente frente a los Carabineros, la policía internacional, aduanas, incluso con la presencia del propio ejercito, sin que nadie haga nada. Los asesinatos son «pan de cada día». Muchos en completa impunidad!! Nuestras autoridades actúan como pusilánimes a nivel nacional, regional y local. En el país, grandes bandas de delincuentes operan en el norte y sur, rompiendo la ley cotidianamente. Como en tierra de nadie. En Santiago es muy evidente que el narcotráfico está cómodo con sus vecinos. Todo se «NORMALIZA» diariamente. Mientras tanto las víctimas y los que mueren están en otros barrios. Pero, más temprano que tarde, llegará la violencia al entorno de quienes banalizan estos hechos, alcanzará a sus familias. Cuando eso pase y será pronto, ya será muy tarde!! Los países del entorno, tienen muchos ejemplos de lo que aquí mencionamos. Si no se para la anómia del Estado, si no mejoramos esta miserable política y la mediocre gestión de los políticos, la prospectiva será muy mala.
0
07 de diciembre
«si no mejoramos esta miserable política y la mediocre gestión de los políticos»
¿Y cómo hacemos o propones hacer eso?
¿Le pedimos consejo a los argentinos o a los venezolanos, tal vez?
¿Le pedimos ayuda al usuario Amnistía Internacional Chile para que defienda nuestros derechos a vivir en una patria justa y buena para todos, sin exclusiones?
¿Le escribimos una carta a nuestro flamante Presidente explicándole «que las cosas están mal» y que esperamos que su mente deslumbrante, adelantada al tranco de marcha «de su pueblo», con su moral superior a las generaciones políticas pasadas, plantee una solución?
¿Le escribimos una carta a los honorables integrantes y a las honorablas integrantas del Honorable Congreso Nacional para solicitarles que dejen de arruinar el país con el virus de la presidencialitis, que puede ser capaz de hacer llegar a un grupo de ignorantes infatuados al Gobierno, capaces de sentar las bases para arruinar el país en solo unos meses?
¿Le pedimos a la mafia política que deje de llevar aguas turbias a sus molinos corruptos?
¿Abrimos una cuenta de ahorro en el BancoEstado para financiar bonos de ayuda a los delincuentes, que con tanto esmero capturan las fuerzas policiales solo para que los jueces los dejen en libertad al otro día o los manden a reposar en arresto domiciliario, para que dejen de hacer lo malo que hacen?
¿Estallamos civilmente con barricadas, quemas de neumáticos, saqueos y destrucción de bienes públicos y privados?
¿Cómo lo hacemos?
0