Si no somos capaces de pactar no seremos capaces de gobernar. Es así de simple. Lo contrario es minimizar el arte de gobernar a una utopía en donde nadie cede por mantener una postura, inamovible, como estatua, lejana y sin disposición.
Pacto viene del latín pactum, que significa acuerdo, alianza, trato o compromiso cuyas partes aceptan respetar. Chile es un escenario donde la única forma de acceder al poder político en el ejecutivo es pactando acuerdos de gobernabilidad.
Si no hay capacidad para llegar a acuerdos, la historia se encargará de ubicar en un titular central el error cometido.
Es tiempo de pactar, más que los apoyos mutuos en una segunda vuelta presidencial, se trata de una declaración de ética y de principios frente a la ciudadanía. Una nueva manera de relacionarse en todos las dimensiones. En tiempos de convulsión, los liderazgos cobran mayor realce, con una mirada horizontal en la forma de construir una sociedad demandante de soluciones prácticas. Lo cotidiano, es en síntesis, el foco que debe nutrir la colaboración entre fuerzas políticas. Todos tienen un rol estratégico, sin embargo los egos de conducción absoluta es el tumor que en ocasiones no deja avanzar a entendimientos básicos.
El compromiso mayor al que se debe apostar para gobernar, dice relación con la llave para profundizar caminos sin individualismo. Lo colectivo, es decir, el sentido de equipo debe primar por sobre los proyectos personales. Si no hay capacidad para llegar a acuerdos, la historia se encargará de ubicar en un titular central el error cometido.
Comentarios
08 de agosto
No se preocupe. Si de algo son capaces los políticos es de pactar. Todos lo saben. Son una vergüenza ante el país pactando acuerdos, cuoteos y reparticiones varias, pero, a eso se dedican.
Pactan para hacerse más fuertes, de manera que el equipo del lado oscuro de la fuerza no sea quien ĺlegue al poder. Pactan para que en este período sea el equipo tricolor el que haga las reparticiones sabias de cargos públicos y «asignaciones éticas» de recursos a proyectos tricolores inteligentes e indiscutibles.
Pactan para acomodar huevos y ovarios en lugares cómodos, visibles a las cámaras, aunque sea con suelditos reguleques, nada más.
Pactan para que sus lágrimas de cocodrilos enjuaguen con su cristalina inherencia la suciedad que dejan alimentándose del sistema. Lloran lágrimas éticas lamentando lo que sufre el pueblo, mientras pisotean el derecho de la gente a una autodeterminación política propia, donde cuenten también las ideas y no sólo los pactos, acuerdos o alianzas.
De todas formas, al pueblo siempre se lo joden, no importando quien sea Gobierno, así es que no hace tanta diferencia si algún pacto se cae, o un acuerdo se rompe, o una alianza se termina… Casi da lo mismo quien gobierne si trae su mochila llena de pactos y cuoteos que cumplir…
En ese camino puede que algunas cosas funcionen mejor que otras pero, la constante permanece. Al pueblo se le pasa un lápiz y se le pregunta, ética y democráticamente, quién desea que se lo siga jodiendo…
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