Cuando observamos cifras ilustrativas de la gravedad del problema de salud mental de los chilenos, no dejamos de sorprendernos al comprobar empíricamente nuestra sospechas sobre los desbordes del modelo socio-económico. Según los informes de la OCDE -referente en la institucionalidad económica y empresarial de Chile- en nuestro país un 80% de la población padece trastornos neuro-psiquiátricos sin diagnóstico ni tratamiento, representando el 23% de carga de enfermedades, razón que explica que el uso de antidepresivos se haya cuadruplicado; a nivel global Chile muestra un record macabro del cual la autoridad se desentiende groseramente, somos el país con la segunda mayor tasa de suicidio y está creciendo, cada año 1500 defunciones son autoinflingidas y el 90% de los suicidas padecen de alguna enfermedad siquiátrica. La Organización Mundial de la Salud (OMS-2017) en su informe “Depresión y otros Desórdenes Mentales Comunes”, coincide con el informe de la OCDE y advierte que más de 1 millón de chilenos sufre de ansiedad, y cerca de 850 mil padecen depresión.
El desdén se expresa como una forma de desprecio sutil, mimetizado, disimulado, fruto del ensimismamiento del ser humano y su culto al dinero. Se trata de un enfoque ideológico (con expresión política) que promueve individualidad, egocentrismo, egoísmo, que denota la ansiedad de estatus en las personas, la ruptura del sentido de comunidad, un vértigo social que limita la conciencia de las personas, que baja la espiritualidad y autoestima. Este fenómeno es lo que he definido como el Síndrome del Desdén, tiene su causa basal en una visión político-filosófica claramente materialista, minimalista de la dignidad y trascendencia humana, que promueve el individualismo, una visión muy debilitada de los bienes públicos, que desprecia el concepto de comunidad, exacerba la segmentación y la competencia en la sociedad.
Esa compulsión materialista ha tornado en una grave crisis ética y valórica, en la que se rinde culto al dinero por sobre todas las cosas, por cierto sobre la salud de las personas, las que son tratadas según el dinero que tienen, con muchas dimensiones del ser humano que se cosifican y terminan transándose como productos de mercado, una concepción extrema de neoliberalismo que se traduce en sociedad de mercado.
Resulta evidente que la salud mental se deteriora en Chile por razones endógenas a su modelo de desarollo, según los datos del CEP, el 59% de las personas cree que el sistema de gobierno funciona regularmente, a lo que agregamos la convicción que los bienes públicos son de mala calidad, referimos los servicios de salud, educación, a lo que se agrega la grave inestabilidad laboral y malas condiciones remuneracionales, un sistema de jubilaciones perverso y mal gestionado, todo lo cual los expertos las asocian con el estrés, depresión, cáncer y suicidio. El individualismo endógeno del modelo y consecuentemente de la sociedad toda, induce a pensar que la responsabilidad de todo lo que ocurre es personal o individual, esto se ve reforzado por el esmerado esfuerzo televisivo por idiotizar a sus audiencias con la banalidad de su programación: matinales, estelares, noticiarios, realitys, TV basura. Refiero el concepto idiotizar en el más estricto sentido semántico heredado del griego «idiotes» aquellos que no se interesan por los temas de la polis (política), por los asunto cívicos propios de la democracia, que no desarrollan su pensamiento crítico y valoran que los medios de comunicación le entreguen todo el contenido predigerido o ya procesado.
En este contexto de individualismo autogenerativo: individual, social y comunicacional, el sistema no cuestiona el modelo socio-económico sino al individuo, que se autoculpa de lo que le ocurre aún cuando la causa sea estructural o endógena al sistema, en este proceso se debilita su autoestima, afectando su estado inmunológico, la condición depresiva se agudiza, el individuo pierde su capacidad de reacción, se acortan sus redes sociales, se aísla en sinergias negativas. Noam Chomsky, caracteriza este proceso como un «Reforzar la auto-culpabilidad”, se esconde la raíz de los problemas sociales, el individuo (hombre o mujer) cree que es culpable de su propia desgracia, ya sea por capacidad, compromiso o esfuerzo. Las víctimas de violencia no reaccionan ni denuncian los abusos incubando un sentimiento conformista y de culpa preguntándose ¿Qué abré hecho mal?, con la consecuente inhibición a la acción propia de la depresión.
El ser humano es individual pero también social; es racional y emocional; tiene una dimensión física pero también espiritual. El síndrome del desdén surge cuando se exacerba lo primero y se minimaliza lo segundo, es un trastorno mental, que en este caso por su extensión social se constituye en la epidemia de nuestro tiempo, se observa en las relaciones personales e interpersonales (sociales), alcanza también a las relaciones con las cosas, los valores, la ética, los sentimientos, las emociones, incluso la vida de las personas cuando constatamos la violencia comunicacional y física entre nuestros niños y adolescentes, que no son sino sólo el reflejo de la violencia de los adultos en su entorno.
Un tema asociado a este proceso es la invisibilidad de algunos problemas de alto impacto social, que quedan ocultos detrás de otros temas que adquieren más resonancia, que tienen más gestión en las redes sociales, vocerías mas activas o comprometidas, mejor prensa o grupos de interés de mayor potencia. Cuando se produce esta sincronía esas temáticas adquieren cobertura mediática, notoriedad y sentido de urgencia en la agenda pública, aun cuando esto invisibiliza otros asuntos tan o mas urgentes e importantes. La visibilidad de un tema es lo que determina si entra o no en la agenda pública, lo que puede ocurrir desde arriba hacia abajo cuando se trata de grupos de poder que ejercen su lobby o tráfico de influencias vinculados al poder político, económico, espiritual, etc, o de abajo hacia arriba, cuando los que promueven un tema de su interés están en la sociedad civil o grupos de poder sectoriales, en ambos casos (top-down o bottom up) se produce la visibilización de un asunto, pero, también se genera lo que se denomina procastinar[1] (del latín procrastinare: pro, adelante, y crastinus, referente al futuro), refiere a la acción de postergación o posposición. Se postergan los temas más importantes y urgentes, actividades o situaciones que deben atenderse con inmediatez, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes, o de mayor simpatia en las audiencias, al menos las más bulliciosas, son más cómodas o funcionales a los poderosos grupos de interés .
Es de culto el manejo o manipulación emocional de los medios, pero nunca se preguntan por las causas que indujeron a esa persona a tomar esa dramática decisión, su contexto sico-económico-social
El Estado chileno se desentiende de la realidad que estamos caracterizando, como si esto fuera un problema de las personas, un asunto de cada individuo. De hecho la salud mental en el sistema público es el servicio de más alta indignidad: un presupuesto prácticamente inexistente; las políticas públicas marginales; consecuentemente no se conocen sus programas ni campañas de prevención; la infraestructura para la salud mental es de toda indignidad al observar esos centros en todo el país; no se aprecia consciencia del problema aunque, en realidad, todo indica que se trata de otro desborde ideológico economicista del sistema. No hay ayuda psiquiátrica disponible en el sistema público para tratar los trastornos que el propio sistema genera en las personas, solo se la encuentra en el sistema privado siempre que se tenga el dinero para pagar en forma particular la consulta y tratamiento.
Esta cosificación del ser humano llega a tal extremo que el propio Ministerio de Salud intenta limitar el número de licencias médicas a cada facultativo, según un promedio nacional, sin distinción de especialidad ni ningún criterio objetivo, disposición abusiva al punto que la Corte Suprema admitió a trámite un recurso de protección interpuesto por Marcela Rodriguez, destacada siquiatra del sistema público de Concepción, por estimar dicha medida es arbitraria e ilegal, a lo cual le agregaría al estilo Bombo Fica (sopechosa la …….) que presenta claros visos de corrupción y concomitancia con órganos privados de administración de salud.
La visión minimalista del ser humano también se observa en la manipulación comunicacional, la gestión de las emociones en la comunidad, por ejemplo, frente a los suicidios. Es habitual la información de los suicidios como el caso de los adultos mayores que hacen por las indignas condiciones en que llevan su vida de seudo-júbilo; o los que ocurren en lugares públicos emblemáticos, como un llamado de atención a la comunidad nacional, en algunas estaciones del metro, ciertos lugares propios de cada ciudad, en Santiago son icónicos los suicidas del Costanera Center, que se lanzan al vacío desde el 5º piso de ese centro comercial. Es de culto el manejo o manipulación emocional de los medios, pero nunca se preguntan por las causas que indujeron a esa persona a tomar esa dramática decisión, su contexto sico-económico-social. Lo que ocurre en la salud pública chilena, en el sistema de pensiones, ayuda a acrecentar y agravar los problemas de salud mental, existen programas educativos, preventivos o de toma de consciencia de estos problemas sociales.
El modelo de desarrollo chileno requiere correcciones, poner en equilibrio el rol de los bienes públicos y los privados; el rol del Estado y el mercado; las normas de mercado con las normas éticas; donde la competencia debe reconocer espacios de colaboración; lo individual debe dar espacio a lo comunitario; con una mejor distribución de los frutos del desarrollo. No matemos la gallina de los huevos de oro, un buen sistema que debiera tornar a los principios orientadores de la economía social de mercado, se ha transformado en un brutal sistema de economía de mercado que, a juzgar por la deriva que toma el sistema va hacia una sociedad de mercado, donde todo se transa sin Dios ni ley, donde la adoración al dinero a terminado con las instituciones mal olientes y corruptas. Si no corregimos a tiempo, promoviendo un nuevo pacto social, luego de la etapa del desdén seremos testigos de un caos relacional, en la política ya se visualiza, lo mismo en la iglesia y las instituciones militares y públicas.
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Carlos Cantero
Ignacio, buena tu pregunta. No estoy en condiciones de contestar con entera certeza, Como indico en el texto es una referencia de sendos informes de la OCDE que está con su link directo al informe y de la OMS-2017. Si quieres profundizar en busca de información sobre la metodología debes revisar en detalle ambos estudios. En todo caso, las cifras son super claras y muy decidoras, ese porcentaje está referido al total de la población del país. Cuéntanos como te va en tu investigación de la metodología!
reinaldo
En mi caso estuve a punto de ser despedido de mi trabajo; si eso ocurría ya tenia la soga en mi poder, e incluso había ubicado el árbol.
Carlos Cantero
Reinaldo, gracias por tu testimonio. Hay muchas personas con dificultades en el manejo de sus emociones. Te sugiero pedir apoyo profesional, conversar del tema con las personas de de tu familia en las que tengas más confianza. Cuídate, en manejo del estrés, la frustración y las emociones se aprende, hay técnicas para eso. Te mando mi abrazo fraternal y mis mejores deseos para ti. Espero que aquellos que tengan más experiencia en estos temas te den su opinión y apoyo.
Diego Ortolani
Tremendo, nada nuevo pero muy bien expuesto. Y eso que no quiere matar la supuesta » gallina de los huevos de oro», «la economía social de mercado». Hay cosas que hemos aprendido dolorosamente por la experiencia familiar: por ej., que Chile tiene los índices más altos de consumo de marihuana, cocaína y otras drogas en adolescentes y jóvenes, que tiene las tasas más altas de enfermedades mentales en América, tanto en esa población como en adultos. Etcétera.
Siendo una pandemia global, por la prevalencia del neoliberalismo a nivel mundial (la OMS dice que en 2050 las enfermedades mentales serán la primera causa de muerte), en Chile las cifras están muy por encima de los promedios globales. En adolescentes y jóvenes mujeres, 40 % de incidencia de depresión y/o trastornos de ansiedad, en adolescentes y jóvenes varones, 33%. Los promedio mundiales son 33 y 25, respectivamente
Y en lugar de ir para bien, va para peor, porque todas las causas estructurales se agravan: precarización laboral, bajos salarios, desigualdad, endeudamiento, miseria jubilatoria, degradación del sistema educativo, mediático, institucional, etc. Hay contratendencias, como las que instalan los movimientos sociales, de crítica y acción colectiva, pero sin cambios sociales y políticos profundos, no compensan
Carlos Cantero
Diego: El modelo como se aplica en Chile es extremadamente radical. Lo social ha sido eliminado, transformándose en Economía de Mercado. Intentar eliminarlo será un parto de los montes. Por urgencia social y criterio práctico, parece razonable promover un acuerdo para recuperar su enfoque social. Para constituir una «Economía Social de Mercado» con todo lo que ello implica en materia de rol del Estado y las garantías para la dignidad humana. Un sistema o modelo que sin complejos gire hacia políticas de equidad, urgentes y eficientes, particularmente en salud, educación y tercera edad, principales víctimas del sistema.
Javi-Al
Muy buen artículo, bien tratado, para pensar y reflexionar, el problema de la salud mental lo vemos a diario, vivimos sumido en él y nadie quiere darse cuenta. Quisiera agregar tres puntos a este escenario, en mi opinión, algo tiene que ver en todo esto la política habitacional, durante decenas de años hemos construido contexto urbanos enfermos, tóxicos, y seguimos en lo mismo. Un segundo punto es el clientelismo político, hay políticos que ya van a cumplir tres décadas en funciones públicas y no piensan abandonar el barco, es más, están preparando a sus hijos, eso gracias a su capacidad de mantener encantada (dominada) a una clientela, clientela que espera algo que nunca llegará, pero ellos no lo saben, con ese background es bastante difícil que algo cambie en realidad, y quizás un tercer punto es la caída estrepitosa de la influencia religiosa en las personas, ello porque las religiones están en cuestionamientos profundos, el pensamiento de ciertos intelectuales (franceses y alemanes) a puesto en evidencia el sinsentido de la vida y con ello, han dejado abierta la puerta al suicidio colectivo, pienso que si hemos llegado hasta aquí, es porque al menos sospechamos que hay algo más arriba que nosotros mismos, si no lo pensamos así, el medioambiente con nosotros incluidos se vuelve muy confuso, vacío.
Carlos Cantero
Estimado javier, muchas gracias por valorar este texto. Nuestra idea es promover el pensamiento crítico, es decir, la reflexión y la ideas que permite construir sociedad, formar consciencia, fortalecer la convivencia cívica. El tema de la salud mental maltratada en nuestro país, es solo uno más de los temas en que se denigran los bienes públicos, allí cabe como tu mismo dices la política habitacional y agregamos la salud, la educación, el sistema previsional que denigra la vida de nuestros viejos. El clientelismo político y la demagogia son instrumentos para seguir manipulando incautos, mantenner privilegios, seguir en las redes del poder y las influencia, además de excelentes remuneraciones. Tu tercer punto, referido a la caída de la influencia religiosa, solo te contesto ¡En buena hora, ya era tiempo!! Los grupos de poder sin control terminan corruptos y como hemos comprobado en la religión pasó lo mismo. Tu cuarto punto hacia referencia a las idea, pensamientos y los filósofos e intelectuales, estos juegan un rol insustituible en la sociedad, allí esta la respuesta a nuestra crisis. Lo que ha ocurrido es el triunfo avasallante del MATERIALISMO, que arrasa desde la izquierda a la derecha, todos rendidos a la nueva deidad que adoran EL DINERO. Corrompen el sistema, prostituyen sus instituciones, venden su alma por un sobre sueldo, asignación, pituto, raspado de olla, etc etc. Eso es lo que debemos combatir, el MATERIALISMO que cruza toda la sociedad, sin distingos.
Carlos Cantero
Javier, interesante su reflexión y gracias por valorar el texto. Estoy de acuerdo con su punto, efectivamente creo que hemos construido contextos urbanos tóxicos, sin dimensión humana, solo impulsados por los intereses económicos de algunos influyentes. Sobre el tema de la demagogia y oportunismo político, en gran medida se combate con este tipo de espacios donde se promueve el pensamiento crítico, la reflexión de ideas, más allá del consumismo. El tema de la influencia religiosa debe ser abordado desde la reflexión ética, más que desde los dogmas que en esa instancia se transmiten. Las grandes ideas asociadas aa la libertad, la igualdad de oportunidades, la neutralidad del Estado en materia de religión, la libertad de consciencia y de credo, etc. Los intelectuales hacen su pega, promueven ideas y reflexiones, motivan el pensamiento, caracterizan la época en que viven. Los problemas que vive la actual sociedad derivan precisamente de un tema filosófico, cual es el triunfo del materialismo, que viene acompañado del imperio del hedonismo, la debilidad en los valores y el vuelco hacia el placer inmediatista. Ese materialismo hace creer a las personas que la felicidad está en lo que se tiene y no en lo que es, o se siente. La realización y la felicidad muchos la buscan fuera del ser, en las cosas por tener, sin comprender que está dentro de cada uno de nosotros. Gracias por tu comentario y el diálogo que enriquece.
Blasco Ramírez
Interesante el artìculo. Estaba pensando que hoy salió en LUN un artìculo diciendo que Chile es el país en el nº 26 del ranking de la felicidad. Pero cada cual sabe a quién le cree. Sería interesante si alguien -con buenas credenciales acadèmicas- escribiera un artículo sobre las terapias y las relaciones de los pacientes con sus terapeutas. Carmen Gloria Quintana en una radio hace tiempo dijo que muchos terapeutas tenían una débil formaciòn y carecían de las habilidades necesarias, Yo creo que algo de eso debe haber; al fìn y al cabo he pasado por varios psicólogos y siempre he dejado de ir a sus consultas porque en algún momento perdí la fe en ellos y sus técnicas.
José de la Maza
Carlos Cantero, el informe que citas es valioso y creo que acusa hechos que, lamentablemente, están ocurriendo en nuestra Sociedad chilena. Pero no me parece que tus juicios acerca de que la causa de nuestra alta tasa de suicidios sea el modelo socioeconómico vigente, tenga contenido alguno. ¿Porqué? Porque es una obviedad: en una Sociedad cualquiera, lo que ocurre en ella es producto de ella misma. Su organización social, económica, su historia, su armado constitucional, sus partidos políticos (incluyendo el tuyo, sea cual sea) son los causantes directos de nuestros problemas. No lo que ocurre en Checoslovaquia, ¿verdad?
Si tuviéramos otro entramado político-filosófico, ese sería el causante de todo. Pero, ¿Careceríamos del Síndrome del Desdén?. Si por acaso propones un sistema sociopolítico y filosófico socialista como alternativa, te recuerdo que no ha habido ninguno que haya sido exitoso, que carezca de suicidios, de neurosis, de angustias. Podremos coincidir en que en algunos las personas son asesinadas antes de suicidarse, mueren de hambre, o tienen que emigrar a otros países para poder tener que darle de comer sus hijos. No gastan recursos en estudios sobre el suicidio, la neurosis o el desdén, porque no hay recursos. Y si hicieran un estudio, te aseguro que no nos enteraríamos. No sé si has oído hablar de Venezuela o Korea?. Haz un esfuerzo y propone algo concreto, viable y realista que nos sane del Síndrome del Desdén, pero no por vía del hambre ni de la prisión.
Carlos Cantero
Estimado José: A propósito de la obviedad sobre lo que ocurre en nuestra sociedad, señalas en tu errática crítica: «lo que ocurre en ella es producto de ella misma». Obvio!! A no ser que piense que es cuestión de la Divina Providencia¿¡¿¡ Obvio que aquello depende del modelo de desarrollo!! que articula lo socio-económico, la organización social, cultural, económica, su estructura política, incluso la espiritual, etc etc Sobre su segunda interrogante ¿Si tuviéramos otro entramado político-filosófico, ese sería el causante de todo? Obvio que sí!! El modelo determina los énfasis, las primacías: Hoy se impone un paradigma extremadamente materialista; individualista; orientado al consumismo; la especulación financiera; que da primacía al mercado, en desmedro del Estado; que enfatiza bienes privados y desprecia los públicos; eso da cuenta de la pésima salud pública, mala educación y jubilaciones indignas. En el modelo está la causa basal que transformó a Chile (sus instituciones) en una cloaca ética. Le aclaro que está peleando con fantasmas, está muy confundido. ¡¡Nunca he promovido un sistema socialista!! No ha leído mis textos. ¡¡Es exactamente al revés!!. Creo, promuevo y reclamo por una «Economía SOCIAL de Mercado». Critico que esa idea original se haya transformado en una brutal «Economía de Mercado», a la que le robaron lo social! Si no paramos esta tendencia pronto tendremos una «Sociedad de Mercado» con todo lo que implica. Informese mejor.
Carlos Cantero
Blasco Ramírez: Gracias por sus comentarios. Me parece interesante su reflexión o interrogante. De hecho también leí el artículo que indicaba a Chile como el país en el nº 26 del ranking de la felicidad. ¿Debe ser por eso que todos los informes serios del mundo, la OCDE y Organización Mundial de la Salud, de Naciones Unidas, nos señalan entre los tres países con más suicidios en todo el mundo. En el segmento de edad entre 15 y 29 años las cifras son aún más alarmantes. Pero, la élite no parece interesada. No le conviene al negocio. Es más rentable decir que los chilenos son muy felices!! Sobre la segunda parte de tu comentario: Es evidente que Chile no tiene un sistema de salud pública que pueda atender aquello. ¡¡No atiende las operaciones y atenciones más básicas!! sus listas de espera son una vergüenza y los plazos para atender representan la muerte para miles de usuarios. Son asesinados por nuestro sistema de salud indigno por ineficiente. Pensar en una política de Salud mental en el ámbito público, por ahora es utópico.
Sobre las terapias y las relaciones de los pacientes con sus terapeutas??? Son relaciones de mercado. La persona se atiende con profesionales si tiene dinero, o la cobertura pertinente, aunque nada garantiza que siempre habrá la ética necesaria. Muy elocuente e interesante tu propio testimonio!!
abechtold
Siempre las cosas se presentan de una forma y se arma una discusión en base a como se quiere mostrar. En este caso el autor parte de una premisa falsa: ¿de donde saca que Chile tiene una alta tasa de suicidio? («somos el país con la SEGUNDA mayor tasa de suicidio»)..
Busque por todos lados y no es asi
https://data.oecd.org/healthstat/suicide-rates.htm
http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=479125
Lo unico que tiende a calzar es la frase «..La Ocde indica que es el segundo de los países miembros, después de Corea, donde más ha AUMENTADO la tasa de suicidios, que hoy llega a 10,6 por cada 100 mil habitantes». Obviamente siempre depende de la base de comparación…si se parte de abajo, crecer mucho es facil.
Entonces, si se arma un articulo en base a algo no cierto, obviamente vamos a cualquier lado.
Pero tratando de seguir el hilo al dramatismo presentado, la pregunta es ¿hasta donde le atribuimos una responsabilidad general a todos los problemas de las personas?
Siempre aparecen promotores de un supuesto paraíso terrenal que sucedería si «el Estado» (alias todos) se preocupara de todos y cada uno de los problemas de las personas. Para cada problema, una ley. Y , por lo pronto, un organismo estatal que estará adelante de todos los temas, con gente que sabrá que hacer en cualquier caso, anticipándose a todo. Pues eso es FALSO, y es en parte el porque se produce la decepción de muchos y la depresión.
Si dejamos de creer en el viejo pascuero, podremos avanzar.
Ignacio
Qué buen análisis!
Excelente que se animen a redactar sobre este tema y lo que genera este sistema macabro.
Sólo dos preguntas :¿Cómo es posible determinar ese tremendo 80% de enfermedades neuro-siquiatricas no diagnosticadas siendo que (en teoría) no deberían estar registradas por su misma naturaleza de no diagnóstico? ¿En cuánta cantidad de gente se traduce ese 80%?
Gracias míster 🙂