¡Alegría! Así se definían gran parte de los chilenos después del fallo donde la Corte Internacional de Justicia de La Haya decidiera que no había obligación de negociar con Bolivia, lo anterior acompañado de intensas muestras de patriotismo y felicidad, sin embargo, no puedo dejar de preguntarme ¿Que es lo que realmente nos pone felices? ¿Es que protegimos nuestra soberanía o será solo porque tenemos algo más para enrostrarle a nuestros vecinos?
Permítanme poner en duda este patriotismo estéril que nos aflora de vez en vez ¿Dónde estaban esos patriotas mientras perdíamos el litio, el mar y gran parte de nuestros recursos naturales? Es mucho más cómodo celebrar que Bolivia pierde la posibilidad de llegar con soberanía al Pacífico, que criticar la concesión a SQM la expropiación del litio, la concesión a gran escala de los recursos pesqueros a beneficio de pequeños grupos económicos y, más allá de la caricatura, no podemos olvidar que nuestros servicios básicos, nuestras carreteras e incluso los servicios educacionales son controlados por empresas multinacionales de capitales extranjeros, una vez más déjenme preguntar ¿Donde estábamos chilenos mientras nuestros recursos naturales se van al extranjero? ¿Donde estábamos los chilenos cuando a nuestras ciudades y playas se les denominó «Zonas de sacrificio»?¿Donde estaban esos patriotas mientras perdíamos el litio, el mar y gran parte de nuestros recursos naturales?
Que se entienda que de ninguna forma quiero decir que estoy de acuerdo con la posición de Bolivia, lo que trato de explicar es que hoy acá se celebra que seguimos siendo soberanos y mi duda sigue siendo ¿Soberanos de que?
Espero que este patriotismo e interés por el país puedan prolongarse para poder proteger los recursos naturales, a nuestros pueblos originarios, a nuestros pueblos que mueren intoxicados bajo la contaminación industrial, a nuestra gente que sufre por el aumento progresivo de la cesantía… Espero que ahí este todo ese patriotismo pueda prolongarse en un sentido positivo para apoyar a nuestra gente y dejar esos nacionalismos que nada aportan en conseguir un entendimiento.
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