Durante los últimos días, gran polémica han causado los dimes y diretes que derivan del refichaje de los padrones electorales de los partidos políticos.
Para entender esto debemos preguntarnos y cuestionarnos que rol cumplen en nuestra democracia los partidos políticos, en el sentido utópico son agrupaciones de personas que con un mismo fin se reúnen para buscar e impulsar un interés ideológico común, en la actualidad con el descrédito ocasionado por la falsificación de firmas en 2013, el financiamiento irregular, el lobby de las empresas a los parlamentarios, el trafico de influencias por altas autoridades de gobierno han conseguido que hoy la clase política sea un segmento al que nadie quiere pertenecer.
Por lo anterior, es que cuando se comenzó a hablar del «refichaje» de 17.500 personas por cada uno de los 33 partidos políticos de nuestro país muchos pensaron que el año que tenían para realizarlo sería suficiente, al poco andar se dieron cuenta que otra cosa en con guitarra. Tenían todo a su favor, un plazo de más de 365 días, estructuras a nivel nacional, una cuota muy baja en comparación a los más de 100.000 adherentes que decían tener algunas colectividades en sus registros, inscripción automática, hoy en día cualquier ciudadano sirve para inscribirse en un partido hasta hace algunos años -antes de la ley de inscripción automática- solo ciudadanos inscritos en el padrón podían firmar para pertenecer a un partido político lo que hacía la tarea aún más compleja. Sin embargo toda esta ayuda no ha sido suficiente, es por ello que el SERVEL ha acomodado sus reglamentos, para permitir la mayor cantidad de facilidades, pese a esto, las dudas de cuantos partidos sobrevivirán sigue rondando en el aire.
Pero, ¿que ocurre? Resulta vergonzoso ver a los partidos desesperados ejerciendo presión ante el servicio electoral, es imposible no compararlo con las tradicionales «pichangas de barrio» donde el niño con menos talento pero que es dueño de la pelota pone las reglas del juego y las va cambiando a medida que ve que no le es posible compensar su mal resultado, así están hoy partidos con amplia adhesión parlamentaria y con municipios importantes que no han alcanzado a cumplir una cuota que es mínima. Eso es fruto de años de decepciones a nuestra clase política, enterarnos cada vez de más y más irregularidades, se sabía que en algún momento les pasaría la cuenta pero nadie pensaba que sería tan pronto, irónicamente y sin darse cuenta fueron los mismos que impulsaron la ley quienes hoy están más complicados tratando de buscar formas para vulnerarla.
Este escenario es imposible no compararlo con las tradicionales "pichangas de barrio" donde el niño con menos talento pero que es dueño de la pelota pone las reglas del juego y las va cambiando a medida que ve que no le es posible compensar su mal resultado
La reflexión que me gustaría dejar planteada es si es que vale la pena tener estos partidos deslegitimados en nuestra democracia o es mejor dejarlos morir solos en su juego para dar paso al curso natural de la vida donde nuevos liderazgos asuman las riendas del país. Solo nos queda esperar hasta abril para poder saber que tan fragil es nuestra democracia y el poder.
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Cristopher
Me sumo totalmente a tus palabras, a donde haya que firmar por este partido me sumo completamente, un abrazo y gracias por leer la columna!
Juan molina
No entiendo por que no menciona que el día 17 de febrero Carola Canelo (abogada) interpuso un recurso de protección en tribunales y además realizó una manifestación durante la presentación del recurso. No entiendo como todos estos «medios del pueblo» no hacen mención o replican la información que Carola Canelo a puesto en redes sociales.
Cristopher Sáez
Hola Juan, lamentablemente cuando la profesora Canelo presentó el recurso la columna ya había sido enviada para la edición, pero espero escribir otra analizando en profundidad la acción, esperemos que tenga buenos frutos! Un abrazo y gracias por leer la columna
Esperanza
Me parece muy atinado este análisis político y yo lo complemento con un refrán «No hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague». Hace pocos instantes escuché en un foro político la exorbitante cantidad de dinero que podría gastar un candidato a la presidencia de la república, alrededor de 5600 MILLONES de pesos, a mí como ciudadana común y corriente, me parece un escándalo.
Nosotros como integrantes del «Quinto Poder» Deberíamos unirnos y formar un gran partido político denominado «INCLUSIVOS POR EL BIEN COMÚN » , con personas con firmes valores de honestidad y solidaridad, pues aunque algunos pesimistas lo duden, nuestro país se ha distinguido intencionalmente por dar muestras de ello, estableciendo reglas claras y muy transparentes, en donde por ejemplo, cada miembro esté dispuesto a declarar anualmente su patrimonio. Tengo la convicción de que es posible y me baso en el gran ejemplo que dio al mundo el ex presidente don JOSE MUJICA, quien demostró que la utopía puede convertirse en realidad.