Algo quiso que la primera historia ganadora de un Oscar chileno nos hable (y le hable a todo el mundo) sobre una dictadura cruel. Algo quiso decirnos la Historia (esa con mayúscula) a todos los chilenos.
Ojalá que los que ayer fueron Concertación y hoy Nueva Mayoría reciban esto como mensajes directos y urgentes.
Estos días fue el humor ácido, punzante e inteligente de cuatro comediantes en Viña del Mar y para todo Chile, quienes les hablaron directo. Y esta vez, el mensaje vino también del arte, pero de más lejos y con cobertura mundial.
Algo les está diciendo que se vean completa “La Batalla de Chile” y con lo que les pase en la guata en ese instante, hagan las leyes, gobiernen y se comporten pública y privadamente.
Porque por más que a veces como que nos olvidemos y hasta queramos hacer como que acá no ha pasado nada, la Historia vuelve y nos zamarrea, como diciéndonos “Avíspate, ahueona’o”.
Algo quiere que nunca nos olvidemos que la UDI y RN (y Amplitud y como se llamen esos descolgados y “olvidadizos” admiradores del General) nos gobernaron esos días, que se hicieron los giles y quizás hasta ayudaron a exiliar, a sacar gente de las casas en la noche a la fuerza, a torturar, a matar.
Esta vez fue el cine el que nos recordó que en ese circo nunca más queremos vivir.
Y, pucha, como decía Ruminot en Viña, me carga eso de que la derecha y la izquierda (centro izquierda o izquierda renovada) sean lo mismo. Espero que con cosas como éstas atinen, se pongan las pilas y nos hagan sentir la diferencia, porque vienen elecciones y yo quiero votar.
Uno de los premios más importantes en el mundo de la cultura y el arte para Chile está directamente ligado con la Escuela de Animación Digital de una institución de educación superior.
Me gusta que el arte se vincule a lo político y si es arte popular, que le habla a todo Chile y no sólo a un grupito, no más, ¡cuánto mejor!
En cuanto a la factura del trabajo, no podemos dejar de destacar que tampoco debe ser coincidencia que este primer Oscar no fue para la Mejor Película Extranjera, donde pueden premiar la historia lastimera y con poco presupuesto de un pequeño país que sufrió y que los gringos ven de lejos, donde puedes competir con otros países tan pobres como el tuyo. No, acá se premió pura calidad, puro guión, pura imagen, porque claramente en tecnología en Animación Digital y presupuesto Pixar nos vuela la raja. Aquí se compitió, directamente con los gringos, con los dueños de la parafernalia. Fue como eliminar a Uruguay y ganarle a Argentina la final de la Copa América.
Y, por último, otro punto a destacar es sobre el lugar donde nace este cortometraje, que es en el Estudio Audiovisual Punkrobot, de profesores (y donde también trabajan alumnos egresados) de una de las universidades privadas más criticadas del mercado, incluso no acreditada: Las Américas. De hecho, el trabajo es patrocinado por la UDLA.
Es decir, uno de los premios más importantes en el mundo de la cultura y el arte para Chile está directamente ligado con la Escuela de Animación Digital de una institución de educación superior.
Esta es la carrera profesional de Animación Digital, como también han nacido carreras de Videojuegos, Ilustración y Fotografía, que las podemos incluir dentro de lo que hoy conocemos como Economía Creativa, donde justamente entidades de educación privada apuestan por mercados emergentes, muchas veces, incluso, ante la sorna del medio.
En fin, todo esto, lo político y lo creativo, nos llama y nos dice, irremediablemente, que podemos hacerla.
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