La invito a trabajar juntos con miles de padres y familiares, pero por la inclusión. Lo más importante es dejar de preocuparse y empezar a ocuparse de sus hijos. ¡Qué sacamos con dar una lucha por sacar un compuesto, si no ofrecemos nada mas! En Chile hay niños sin diagnóstico, víctimas de bullying, con padres endeudados por intervenciones, con niños abusados, niños abandonados en hogares, colegios con sistemas de integración que lucran con la subvención. Por ellos también hay que dar la pelea, no solo por los de Plaza Italia hacia arriba.
Sra. Carmen Gloria Chaigneau
Directora de la Corporación Bioautismo
Le escribo esta carta con una profunda pena, aunque la molestia y la rabia afloran en algunos momentos en los que pienso cómo el trabajo, tanto mío como de muchos grupos de padres con los cuales comparto experiencias a diario, se está yendo a la basura, por la cantidad de información errónea, equivoca y dañina producida por la campaña que vuestra Corporación lleva hace algunos años.
Mi nombre es Rodrigo Parra. Tengo un hijo con autismo de 6 años, de nombre Arturo, un símbolo de nuestro proyecto de vida. Junto a mi esposa hace 3 años, al no encontrar información al momento del diagnóstico de nuestro hijo, decidimos formar una agrupación de padres, que funciona muy bien en nuestra ciudad, Chillán. Desde su fundación, nuestra agrupación se ha dedicado a difundir, informar, concientizar, apoyar y contener de la mejor forma posible, a todas las familias con algún integrante dentro del espectro autista. Ha sido un trabajo hermoso y a veces cansador, sobre todo al encontrarse con padres cerrados que ven el autismo como una enfermedad, pero que no le quepa duda que lo volvería a hacer mil veces más. Si logra averiguar se dará cuenta que la situación es la misma en casi todas la ciudades de Chile. «Nos hemos roto el lomo» informando a la comunidad, educándola sobre inclusión, y sobre todo lo relacionado con el TEA (Trastornos del espectro autista). Nuestros muros de Facebook, Twitter, blogs, y páginas de Internet, hablan todos los días de inclusión y de cómo podemos en conjunto construir una mejor sociedad para nuestros hijos y los niños que vendrán.
Luego de sus últimas apariciones en televisión, donde muestra una actitud totalmente autoritaria, apocalíptica y conspirativa en torno a las vacunas y sus compuestos que “provocan autismo”, lo único que ha logrado es provocar un miedo colectivo en las personas que no son cercanas al mundo del autismo. Y un miedo más grande aún en aquellas familias que sus hijos están en esta condición, a seguir viviendo en la sombra de una sociedad que ve a nuestros hijos como bichos raros. Esto provocará -y ya está pasando- que las personas vean a los niños con autismo como portadores de un mal contagioso gracias a sus términos “enfermedad”, “epidemia” y “contaminados”. Esto en la práctica significa que todo nuestro trabajo de inclusión social, educacional y de salud hacia las personas con TEA está siendo en vano, gracias a su visión, últimamente casi farandulesca, de los trastornos del espectro del autismo.
Entre ayer y hoy ya son seis personas que me han dicho: “Rodrigo, ¿viste las noticias? ¿Verdad que tu hijo le dio autismo cuando lo vacunaron?”. ¿Se imagina si ya es difícil explicar que es el autismo, cómo explicarle a alguien el tema del timerosal?
Por eso estoy molesto. No voy a entrar en el debate sobre las vacunas porque yo tengo mi opinión personal. Además, a mi hijo le faltan varias vacunas (entre ellas la trivírica, la que usted dice es la gatillante para el autismo), es alérgico al huevo y tiene autismo severo, es decir, está claro el timerosal no es el responsable.
Entiendo su lucha personal en buscar cómo y porqué le pasó a a su hijo, pero también hay temas que son de mayor relevancia. El más importante, la creación de políticas públicas para personas con autismo, que velen por entregarles mejor calidad de vida a cientos niños jóvenes y adultos, que les permitan tener acceso a través del sistema público de salud a fonoaudiólogos, terapeutas ocupacionales, psiquiatras, etc. Todo esto para que desaparezcan toda esta tropa de gente que se hacen ricos con intervenciones sin base científica, cobrando tremendas sumas de dinero por tratamientos, horas medicas, suplementos importados, perros de asistencia, recetas mágicas etc., o también que cobran por charlas o seminarios donde padres creen encontrar respuestas y se van con más dudas.
¿Sabía usted que el autismo no es una condición ABC1? También hay autismo en campamentos y en familias en riesgo social, y cuando prenden la televisión y ven este circo que ha armado en los medios, sienten terror de no saber cómo ayudar a sus hijos. Asisten al sistema público donde no reciben respuestas. Dentro de los pocos recursos que logran tener, buscan información en Internet, encontrando el sitio de bioautismo, y se les cae el mundo porque en su sección de biodieta hablan de la cantidad de suplementos de hay que traer desde Estados Unidos. Y su valor comercial.
Señora Carmen Gloria, la invito a trabajar juntos con miles de padres y familiares, pero por la inclusión. Lo más importante es dejar de preocuparse y empezar a ocuparse de sus hijos. ¡Qué sacamos con dar una lucha por sacar un compuesto, si no ofrecemos nada mas! En Chile hay niños sin diagnóstico, víctimas de bullying, con padres endeudados por intervenciones, con niños abusados, niños abandonados en hogares, colegios con sistemas de integración que lucran con la subvención. Por ellos también hay que dar la pelea, no solo por los de Plaza Italia hacia arriba.
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