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Ventanas. Una decisión valiente y verdaderamente histórica

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La semana pasada el presidente Gabriel Boric ha tomado la decisión valiente –con el apoyo y fundamentos directos de dos de sus ministras (Medio Ambiente y Minería), y seguramente con muchos más en el gabinete–, de dar una potente señal que puede significar el comienzo de una etapa de historia, un nuevo tiempo para la cultura del siglo XXI, en que se privilegie, en buena medida, la Naturaleza y el medioambiente –y la salud y calidad de vida básicas de las comunidades vecinas a los enclaves industriales–, a las puras metas y números del crecimiento económico.

Lo que es hoy Codelco Ventanas, y la fundición de cobre, fue diseñada y construida a fines de la década de los años 50 del siglo pasado, cuando las cuestiones ambientales no existían políticamente. No solamente en lo económico e industrial, ella representó un símbolo cultural eminente de las mentalidades desarrollistas y de unas visiones de la historia entonces dominantes. En su inauguración se destacaba, como dato altamente significativo, que tenía la chimenea más alta de América Latina.

Fue así parte de la realización de un proyecto de país que reflejaba las fuerzas de un bloque social e histórico, para decirlo a la manera de Gramsci. La decisión de cierre de Boric abre la posibilidad de concreción de un nuevo proyecto de país al modo de las concepciones de la existencia humana en el nuevo siglo –cuestión que no debería sorprender demasiado porque había sido sugerida en un programa de gobierno con la voluntad de cumplimiento.

Del mismo modo, relacionado con esta decisión podemos señalar hacia la conformación posible de otro bloque de fuerzas y movimientos, con otras mentalidades, valores, paradigmas y finalidades históricas. Las reacciones sociales inmediatas, a la vista y más por venir, completamente comprensibles por lo que se juega en la coyuntura, no deberían limitarnos en la apreciación de la calidad del símbolo que se instala así en la política y agenda nacional. En su entorno y en lo próximo, con seguridad, se van a dar algunos de los debates más trascendentes –y no sólo contingentes– de los meses y años avenir.

Para mí un momento ideológico y programático fundamental que se comienza decididamente a cumplir es el de la ecuación de una consciencia ambiental del siglo XXI y el desarrollo.

En cuanto las reacciones de todo orden ante la decisión –comenzando por la de los trabajadores del cobre de la corporación estatal más grande de Chile–, creo que es relevante constatar que el hecho político nuclear ya está cumplido. El anuncio mismo ya está en la opinión pública, en las organizaciones, los liderazgos sociales y con las personas. Dos líneas estratégicas parecen abrirse. Primero la necesidad de no confrontar a la gente de Codelco, lo que incluye directamente a los trabajadores y suma sus directivas de gestión institucionales. Creo que no solamente hay que mostrar que no se trata de amenazas a sus intereses y condiciones de vida, a su lugar de privilegio en las estructuras del empleo, sino también de la necesidad imperiosa de asumir los nuevos desafíos históricos: ellos perciben con toda nitidez las transformaciones en tantos órdenes de la existencia que ocurren día a día. Cobre y empresa hay para rato, y, por ejemplo, las nuevas tecnologías suponen siempre adecuaciones humanas. Sin menospreciar tampoco sus capacidades de cultura práctica, se les debería comunicar las enormes contribuciones valóricas que pueden hacer en el nuevo ciclo.

La decisión de cierre de Boric abre la posibilidad de concreción de un nuevo proyecto de país al modo de las concepciones de la existencia humana en el nuevo siglo

La segunda línea se refiere a la voluntad de conformación de un nuevo bloque histórico de fuerzas y poblaciones. Ante nosotros se abre la convocatoria al ancho mundo de los intereses humanos actuales con la Naturaleza y su protección. Ella pasa de constituir una finalidad meramente ideológica a la de necesidad epocal –respondiendo a cuestiones tan decisivas como lo es el calentamiento planetario.

Las poblaciones de comunidades y ciudades a lo largo de Chile, empezando por las de las llamadas zonas de sacrificio, y que al menos en los últimos 10 años han liderado movimientos ciudadanos de reivindicación de una nueva consciencia de lo que significa el bienestar o el buen vivir, deben resultar convocadas a sumarse para el cumplimiento de estas nuevas políticas públicas. Desde Arica y Tocopilla, y Freirina, hasta Puerto Aysén y Punta Arenas, pasando por Coronel, por la región Metropolitana, todas ellas pueden sentirse participes de una decisión que refleja lo que han buscado tanto tiempo.

En fin, la misma dinámica de los acontecimientos en los próximos tiempos, probablemente se incline cada vez más en el sentido que aquí hemos querido subrayar. Por todo el planeta se perciben nuevos horizontes, sus conflictos y sus fórmulas de convivencia.

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1 Comentario

abechtold

abechtold

Es conocido en el ambiente minero que esta decisión estaba tomada desde el 2019. Pero como era una ley que emitió Piñera, el gobierno actual no quiso aprobarlo tal cual y se adelantó con una declaración mas fuerte..todo para que no sea el anterior. Eso muestra que cuando los gobiernos se quieren apropiar de temas que son mas de largo plazo, se hacen mal o con ruidos innecesarios. Esta era una decisión de CODELCO, no del gobierno de turno. Pero tanto Piñera como Boric querían aparecer en la foto como los adalides del medio ambiente, por lo que finalmente se politiza. Lamentable