Hace unos días, nos enteramos por los medios, de la muerte de un menor que quedó abandonado en el vehículo y falleció en la puerta de un jardín infantil. En este caso, no funcionó el lema: Nadie quedará abandonado. Borja fue dejado atrás, en su silla, cinturón abrochado y ventanas cerradas.
Nuevamente, el tema de las condiciones de los jardines infantiles se encuentra bajo el ojo de los medios comunicacionales.
En Chile, existen muchos jardines infantiles. Los establecimientos públicos pertenecen a JUNJI e INTEGRA o tienen delegada su administración. También existen los privados, que NO necesariamente han sido empadronados por la JUNJI. Ese empadronamiento es para garantizar a las familias usuarias de Jardines Infantiles particulares, la existencia de las condiciones necesarias para la atención a los niños y niñas, mediante la certificación del cumplimiento de normativas legales y requerimientos técnicos que rigen el funcionamiento de los Jardines Infantiles.
Durante los gobiernos de Concertación, se crearon más jardines públicos y en los últimos cuatro, más salas cuna, con objeto de que las madres de menores vulnerables y/o escasos recursos, pudieran optar a trabajos rentables.
Sin embargo, hace unos meses, la nueva directora nacional de la JUNJI esbozó una queja/opinión, que indicaba que las madres se iban a beber con sus amigas y no a trabajar. Si es el caso, ¡cuanto más necesario se hacen los Jardines! No para facilitar el “recreo” a las madres, sino para atender a estos menores que claramente son vulnerables.
Ante esto, yo habría pensado que el presupuesto del 2011, se vería más abultado en cuanto a la educación preescolar. Enorme ha sido mi sorpresa, y pena, al ver que no lo es.
La educación prebásica es una carencia, para una gran cantidad de menores en este país. No los dejemos atrás… No abandonemos a nuestro futuro.
——————————————
Foto: Carolina Jerez / Licencia CC
Comentarios