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Las primarias como ejercicio de aprendizaje político

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Chile habló.  No, Chile no habló na’, que los votantes fueron la mitad de los que participaron en la última elección.  Y menos incluso, considerando que concurrió sólo un 20 % del padrón total.

La derecha eligió a Boric. Nos libramos del comunismo.

Si el pueblo no salió a las calles es porque el pueblo nada ganó.  En la elección de Bachelet el pueblo sí salió, pero igual dicho gobierno les defraudó.

La gran perdedora es Yasna Provoste.  La gran ganadora es Yasna Provoste. El gran vencedor es José Antonio Kast.  Kast está arrinconado.

Que emerja Artés, que emerja Sharp, que la Lista del Pueblo tiene espacio para llevar candidato/a.

Todo esto y mucho más he escuchado desde la tarde de ayer, tras los cómputos de las primarias legales de Chile Vamos con Mario Desbordes, Sebastián Sichel, Joaquín Lavín e Ignacio Briones; y de Apruebo Dignidad con Daniel Jadue y Gabriel Boric.

Los resultados ya son conocidos y no es objeto de esta columna entrar a discutirlos.  Sichel y Boric lograron en las urnas su legítimo y legal derecho a representar a las coaliciones de las que forman parte.  Sus contendores y partidos socios así lo entendieron y lo han expresado, llamando a la unidad electoral y programática.

Pero eso es lo que dicen las cúpulas y militantes, de quienes sí es esperable honren sus compromisos políticos.  Sin embargo, muchos de los votos de quienes quedaron en el camino vienen de independientes con derecho a determinar si se cuadran o no con los acuerdos pactados por las dirigencias y candidaturas.

La libertad, ese valor tan caro, involucra también la autónoma decisión de votar o no por alguien que represente mi visión de sociedad y las formas en que espero se avance hacia esta aspiración política.   Y las diferencias políticas entre adversarios, contendores y pares, se procesan políticamente.  No moralmente.

Porque todos están en su derecho a tener sus propias ideas y opciones, pero en lo que no entra esto es a tener las propias cifras.  O lo que es parecido, a mirar la realidad desde una perspectiva que más que responder a un análisis ecuánime de ésta se basa en lo que voluntaristamente cada uno quiere ver.  Esto no sólo es incorrecto sino que impide corregir para seguir avanzando.

Sí, la campaña de la derecha y ciertos sectores conservadores en contra de Jadue por su militancia comunista fue real.  Y es probable que efectivamente personas se movilizaran con esa premisa, pero tal no necesariamente puede ser la explicación de los 20 puntos de diferencia entre uno y otro candidato de Apruebo Dignidad.   Algo dice la votación del opulento distrito 11, pero no explica que Boric ganara en 42 de las 52 comunas de la Región Metropolitana, ni en 27 de los 28 distritos del país.

La libertad, ese valor tan caro, involucra también la autónoma decisión de votar o no por alguien que represente mi visión de sociedad y las formas en que espero se avance hacia esta aspiración política.  

Esta no es una defensa del diputado ni del resultado del domingo, es simplemente problematizar las interpretaciones con forceps que se lanzan como justificación responsabilizando al mundo de allá afuera porque éste no fue el final feliz por el que luchamos.  Justificaciones que se encaraman, muchas veces, en el púlpito moral de sentirse poseedor de la verdad, y todo el resto un pueblo inconsciente, ignorante, manipulable o que simplemente vota según su conveniencia.

En mi historia laboral he postulado a múltiples trabajos y proyectos.  Y las veces en que no he logrado mis objetivos, la primera explicación no ha sido el complot.  A veces, simplemente considero que quizás la otra propuesta hizo más sentido, no me expliqué bien, los otros postulantes tenían mayores y/o mejores capacidades.  Sin caer en la monserga individualista del “querer es poder” que no reconoce los contextos ni considerar las candidaturas políticas postulaciones laborales, sí creo que el autoanálisis y reconocer qué debemos mejorar es parte del trabajo.

Pero claro está que no todo está zanjado.  Si a alguien no le gustó el resultado de las primarias y por redes sociales reclama que, aunque votó, los dos definidos anoche no le representan, aún tiene opciones.

En el portal del Servicio Electoral es posible patrocinar otro/as candidato/as a Presidente/a que buscan firmas para ir como independientes. Hoy ya hay 20 opciones, y se están levantando Jorge Sharp (con una declaración pública donde da a entender dicha alternativa) y Eduardo Artés, quien ya anoche lanzó su precandidatura.  En el caso de este último habría que firmar y hacerse militante del partido Unión Patriótica, ya que no puede ir como independiente.

Ya lo he dicho, por lo pronto mi voto a Presidente será para Apruebo Dignidad.  Pero aún así creo que es bueno que exista información (real, no fake news o anhelos de la guata que se disfrazan de análisis) para que cada uno/a tome su decisión a conciencia.

Hoy legítima y políticamente y a la luz de las candidaturas este fin de semanas definidas, hay espacio todavía para una postulación que represente a los sectores que hoy no se sienten parte de lo que emergió de las recientes primarias.  Esto porque es difícil que todo se defina el primera vuelta, siendo ésta una gran primaria para avanzar en mayores confluencias programáticas entre quienes hemos luchado tanto tiempo por la transformación: una sociedad que habite su lugar en armonía con la naturaleza, incorpore más ciudadanía en la toma de decisiones, y garantice derechos y acceso a bienes comunes.

Esto, siempre que se mantengan las candidaturas ya definidas.  Porque este análisis puede varias dependiendo que lo que ocurra de aquí al 23 de agosto, plazo límite para la inscripción.

Eso es parte aún de la discusión. Que educar y educarnos cívicamente es también el trabajo que hoy se requiere de nosotros, la ciudadanía.

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