¡Qué duda cabe! la delincuencia y el narcotráfico son reales, y al parecer están haciendo y deshaciendo a su antojo en nuestro país, esto a pesar de las acciones del gobierno y las policías.
[texto_destacado]A esto se suma la exacerbación que hacen los medios de comunicación sobre la violencia, al entregar brutalidad reiterativa, insalubre, hacia los televidentes y que potencia al doble la realidad delictiva. Y por qué es dañina; porque los medios están creando un sentido ausente, es decir, de pasividad y complacencia de las autoridades frente al crimen organizado, situación que no es tal.
En estos términos, quienes hablan en los medios de comunicación sobre los hechos delictuales son las víctimas y las autoridades policiales, ¡y qué bien que lo hagan! porque son ellos quienes se ven directamente amenazados por la muerte inminente, pero en esos comentarios televisivo, no está la palabra de las autoridades públicas, de esta forma, los medios conforman el sentido de ausencia de los responsables políticos frente al tema de la delincuencia.
Y desde ese punto de vista, entonces quienes también instalan el veneno en la vida privada y pública de la gente, y del pueblo en general, son los medios de comunicación, porque en sus mensajes, (tratamiento de la información), más allá de la labor de poner al corriente, denota en sus mensajes un descontrol y falta de acierto por parte del gobierno en el combate contra el crimen organizado, y no destacan que hay sectores políticos, oposición, que no le importa participar de la urgencia país.
Así, se ha observado que en los últimos meses los medios de comunicación han proclamado con fuerza, y perversa eficiencia, todos los males que los hombres hacen a sus semejantes a través de la delincuencia. Quien ha destacado es esa eficacia también es TVN, sí, el mismo, ¡el canal público! ya que se ha sumado, sin pudor, al contagio que cargan otros medios de comunicación con la denominada “Agenda Setting”, es decir, la que pretende establecer los criterios y asuntos que poseen, supuestamente, interés para la gente, y dentro de esos intereses estarían programas de alta violencia, incluidos los hechos noticiosos de grave connotación de crueldad, y sin filtros.
Este tipo de formato, más allá de actuar y tener una alta efectividad para el mercado, produce un sentido de ausencia, de orfandad, de incertidumbre en el televidente, además de provocar daños mentales a la gente sin precedentes, (basta mirar los índices de victimización), que de paso terminan elevando y glorificando la supuesta legitimidad y moral de los delincuentes, con la reproducción medial que les permite reafirmarse ante sus pares. Sólo observar cómo los canales de televisión reproducen los videos que los mismos delincuentes suben en sus redes virtuales.
En otras palabras, el mundo político opositor, al igual que los medios de comunicación, también han caído en el flagelo de la delincuencia, porque han politizado el crimen organizado, es decir, éste ha sido beneficiario, no rehén, de las disputas políticas, mientras la población pierde su certidumbre frente al flagelo.
Las disputas y la negación política, como lo ha hecho la oposición al gobierno de Gabriel Boric, han puesto en marcha los mecanismos de la amenaza en medio de la vida cotidiana de la gente, es decir, han colocado y sembrado la incertidumbre, y los medios de comunicación, lamentablemente, se suman a ese coro, y vuelven a repetir viejas pautas de congelamiento social.
Ese congelamiento social plasmados en los medios de comunicación, no está explicando las causas, los por qué de la delincuencia, sólo alude a los hechos, y cada día nos quedamos en lo mismo, no hay expresiones significativas y aclaratorias del fenómeno delictual en los medios, a pesar de que sean hechos dramáticos, no hay enunciados saludables desde el punto de vista de la comunicación pública sobre un tema tan nefasto.
Hay que tener en cuenta que las acciones del gobierno, y el rescate de la decisión política, es muy breve, y hay que hacerlo rápido, antes que llegue la oposición y destruya el accionar encaminado, porque en este tema de la delincuencia, la unidad síquica de los habitantes del país está en vilo, por tanto, el gobierno debe instalar su mito, su origen, su hacer, su impronta frente al tema, antes que el terror, incluso, inmovilice las palabras.
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Emiliano Bistotto
Quiero agradecer, la columna de opinión, por su lucidez, objetividad , en un acontecimiento que es universal y que nos afecta duramente del cual se aprovechan otros y hacen una orquestación impresionante, que al final los que pierden son las personas, los mas sencillos los afectados, las victimas y los demas ganan bonos porque se aprovechan los inflan lo exacerban…y .eso es muy malo.
Gonzalo Chávez
Una columna acertada y que evidencia la absoluta irresponsabilidad de la elite chilena que a través de sus medios de comunicación (incluida TVN por cierto), coopera y coadyuva en la campaña por el fracaso de un Gobierno que no les pertenece. Explotar la inseguridad sin tocar el fondo y las causas de la delincuencia (incluso seleccionando esa delincuencia brutal, pero sin tocar un ápice la delincuencia ruin de cuello y corbata y la derivada de la corrupción empresarial-partidista), es parte de su campaña de exorcizar el fantasma de una sociedad modelada de acuerdo a la propuesta convencional recién en septiembre rechazada por el manejo de los medios, la desinformación y el chantaje.
abechtold
Cierto, los medios de comunicación se nutren del escándalo y amplifican el efecto en la población. Basta ver lo que pasó el 18 de Octubre, donde se plegaron sin mas al tema, justificando la violencia, metiendo en cuanta entrevista en la calle hubiera, a personas que con muchas incoherencias daban apoyo al estallido delictual, etc. En suma, los medios de comunicación no ponen paños fríos y mesura a las situaciones, sino que las exacerban. Pero la duda es ¿es su rol? ¿hay un rol definido para los medios?
En todo caso el tema del crimen es, probablemente, el tema que SI cambie Chile como no lo pudo hacer la nueva Constitución. Deberá emerger un poder que pueda combatirlo de verdad, que si no es una democracia potente, saltará un dictador populista que prometerá lucha frontal y puede convertirse en idolo de masas…pero a costa de la libertad.