Esta palabra recorre las asambleas, los concejos, los pasillos y los diálogos políticos que ocurren en la inmensa mayoría de los espacios políticos ciudadanos, pero sobre todo en los partidos que conformaban la otrora Nueva Mayoría. Con mayor fuerza debo reconocer que en torno a este concepto el debate es aún mayor en la Democracia Cristiana y en el Partido por la Democracia. En el caso del Partido Socialista, prácticamente no existe salvo por la presencia mediática de algunos ilustres, íconos y columnistas que militan en el partido del ex presidente Salvador Allende y la otrora Presidenta Michelle Bachelet. A su vez, no se aprecia este mismo debate ideológico en el Partido Radical y, por razones obvias, tampoco en el Partido Comunista.
El concepto mencionado constituiría para algunos dirigentes y militantes de los partidos ya señalados una de las razones por las cuales perdimos el gobierno, Guiller fue derrotado, la DC y el PPD obtuvieron resultados precarios. Quienes argumentan en ese sentido sostienen, en el caso de la Democracia Cristiana, que la “izquierdizacion” desperfiló el centro político y en consecuencia perdieron su vínculo, su identidad y su domicilio político con las capas medias y su referencia ideológica. En el caso del PPD algunos de sus dirigentes sostienen que el giro hacia la izquierda de ese partido es una de las razones de su actual deterioro electoral. Incluso analistas, columnistas y dirigentes de la derecha comparten esa misma tesis.
Pero veamos en que consistió la tan mentada “izquierdización”. En primer lugar, la desaparición de la Concertación como alianza y su reemplazo por la Nueva Mayoría que incorporó a dicha alianza al Movimiento Amplio Social, la Izquierda Ciudadana y el elemento decisorio en su ampliación a la izquierda, el Partido Comunista. En segundo lugar, algunos conceptos que al fragor del debate sobre la reforma educacional y sobre la reforma tributaria, se utilizaron en los medios de comunicación como la famosa “retroexcavadora” en el primer caso y los “poderosos de siempre” en el segundo tema. En tercer lugar, se asocia a la “izquierdización” a las principales reformas del Gobierno de Bachelet. Me refiero a la reforma educacional, particularmente a la Ley de Inclusión y Gratuidad en la educación superior, la reforma laboral y la reforma tributaria. De todos los elementos anteriores nació y se difundió el concepto central del título de esta columna.
Desde mi punto de vista tal concepto (la izquierdización) para reflejar las realidades mencionadas en el párrafo anterior, no tienen validez, las reformas del Gobierno de la ex Presidenta Bachelet lo que hicieron en estricto rigor es colocarnos cercanos al nivel en que estos tres temas en los países más desarrollados que son nuestro referente de políticas públicas, políticas de estado están plenamente vigente. Estoy pensando en la OCDE y particularmente en los países con menor desigualdad de Latinoamérica como Uruguay o El Salvador y también de Europa Occidental y los nórdicos. Sostener que “izquierdizarse” es levantar la política de educación gratuita, de calidad y sin fines de lucro, a mi juicio, es una equivocación considerando los niveles de civilizatorios de dicha política pública.
Sostener que “izquierdizarse” es que el derecho a huelga sea efectivo, al no tener reemplazo e intentar que la negociación colectiva tenga la titularidad sindical así como que la extensión de los derechos logrados, sean extendidos al resto de los trabajadores no sindicalizados por un común acuerdo entre el sindicato y el empleador, es otra equivocación. Sostener que la reforma tributaria, en particular el aumento de la carga con respecto al producto y la progresividad en la obtención de dichos recursos, expresa “Izquierdización”, es otra gran equivocación.
Las reformas del Gobierno de la ex Presidenta Bachelet lo que hicieron en estricto rigor es colocarnos cercanos al nivel en que estos tres temas en los países más desarrollados que son nuestro referente de políticas públicas.
Lo que el Gobierno de Bachelet y la ex Nueva Mayoría realizó a través de estas reformas fue sencillamente correr el cerco desde un país en lo económico y social transformando un paradigma del neoliberalismo y de la sociedad y cultura de mercado hacia un país más libre, más justo y mas inclusivo como lo son los países mas desarrolladlos de Latinoamérica y el mundo.
No quisiera pensar que el uso de este concepto esconda el interés de algunos y particularmente del conservadurismo y la derecha de confundir estos avances civilizatorios con un retroceso en la situación económica y social del país.
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