Historia
Se está reflotando el anticomunismo y es bueno hacer brevemente algo de historia. La definición de izquierda y derecha nace el 5/mayo/1789 cuando el rey Luis XVI de Francia convoca una asamblea general extraordinaria de los Estados Generales. En dicha asamblea los defensores de las clases conservadoras y privilegiados (1er. y 2do. Estado) se sentaron a la derecha y a la izquierda los defensores del pueblo (3er. Estado). Es decir, ser de izquierda y derecha fue determinado por el lado del pasillo en que se sentaron. Pero, nos sirve para entender las diferencias que marcarán a perpetuidad ambas tendencias políticas.
Sobre el anticomunismo, este surge en 1917 a partir del triunfo de los bolcheviques en Rusia con el liderazgo de Lenin. La victoria comunista fue vista como amenaza por muchos países y sectores políticos. Luego, en la década de 1920 y 1930, los partidos fascistas y sus líderes, como Adolf Hitler (Alemania), Benito Mussolini (Italia) y Francisco Franco (España), utilizaron el miedo al comunismo como herramienta para justificar la represión.Si bien las investigaciones son consistentes, hablan más de probabilidades y no de certezas, esto significa que entre los seres humanos existe una gran variabilidad individual, es decir, entre el blanco y el negro tenemos una amplia gama de grises
Terminada la II Guerra Mundial (1945) comienza la Guerra Fría y en febrero de 1950 Joseph McCarthy, senador republicano de Wisconsin, presenta una lista de 205 presuntos comunistas que trabajaban para el Departamento de Estado. Este acto da comienzo a la época del Macartismo, cuando el senador encabeza una verdadera inquisición y caza de brujas contra todo sospechoso o simpatizar del comunismo. El Macartismo reflejó la histeria anticomunista generalizada y es el mayor caso de vigilancia masiva en la historia estadounidense del siglo XX.
En Chile, durante el gobierno de González Videla a pesar de que, lo ayudaron a lograr el poder, da un giro hacia la derecha y comienza la persecución pública de los comunistas cuando dicta, en 1948, la «Ley de defensa permanente de la democracia«, mejor conocida como «Ley maldita«.
Luego, en los años 1960s. con la Revolución Cubana se agudizaron los miedos que influyen en la política chilena.
El gobierno de Salvador Allende y la Unidad Popular (1970-1973) padeció de una fuerte oposición política, con la importante ayuda de Estados Unidos, que estimularon el imaginario anticomunista que condujo al golpe de estado (11/septiembre/1973). La dictadura de Pinochet convirtió el anticomunismo en ideología de Estado, sumándose al resto de dictaduras del continente: Videla (Argentina), Stroessner (Paraguay), Banzer (Bolivia).
En el contexto general el anticomunismo tiene mucho de religión y refleja la eterna y universal lucha entre el bien y el mal. La derecha, al representar a los sectores conservadores y religiosos, sería el bien y el comunismo representaría el mal y la manifestación del demonio.
No puedo dejar de decir que el comunismo a pesar de declararse ateo tiene elementos religiosos, como un libro sagrado (manifiesto comunista) y el culto a los muertos, ejemplo, mantener en ataúdes de cristal, los cadáveres de sus líderes más emblemáticos, como Lenin, Mao, Ho Chi Minh y Kim II Sung, dictadores que en vida fueron adorados como dioses.
Actualmente los sectores políticos, especialmente de la derecha conservadora y/o de ideología neoliberal son quienes utilizan el anticomunismo como herramienta para atacar a los diversos movimientos sociales, medioambientales y gobiernos de izquierda, afirmando que todo intento de cambio estructural lleva al desastre moral y a la ruina económica.
Desde la neurociencia
La Neurociencia Política o Neuropolítica abren una ventana para comprender las diferencias y decir que la predisposición para ser de derecha (conservador) o de izquierda (liberal) estaría determinado por el “cableado” de los respectivos cerebros, que procesarían los hechos de maneras distintas, por ejemplo, frente a cambios sociales el conservador, de fuerte influencia religiosa, los considera un peligro para la sociedad, por ello, en su momento se opusieron férreamente al divorcio, adopción homoparental, matrimonio entre personas del mismo sexo y aborto. En cambio, los liberales de izquierda, los ven como un desafío y una mejora.
El profesor de psicología Rob Willer en una entrevista en el sitio web del proyecto We Are Not Divided y coautor de un estudio desde la psicología social sobre el tema, opina: «Los liberales en los Estados Unidos tienden a respaldar los valores morales de cuidado y protección de las personas ante los peligros, además de la igualdad y la justicia, más que los conservadores. (…) Los conservadores valoran la lealtad al grupo y el patriotismo, además del respeto por las autoridades -legítimas- y respeto por las tradiciones. También valoran la pureza, la santidad moral y religiosa más que los liberales «.
En términos generales, se dice que los conservadores desean:
- Seguridad
- Predictibilidad y
- Autoridad
mientras que los liberales se sienten más cómodos con:
- La novedad
- Los matices
- La complejidad
Conclusión
Antes de opinar sobre lo escrito haga el esfuerzo de abandonar los prejuicios que llevan a ser muy rápidos en desautorizar otros puntos de vista sin primero reflexionar, investigar e informarse sobre dichos puntos de vista.
Quizás, la clave para llegar a algún acuerdo que nos beneficie a todos es dejar de intentar convencernos unos a otros, mejor es darse el trabajo de entender que existen cosmovisiones y valores diferentes. Reflexionar sobre los propios sesgos de manera objetiva y entender que estar en extremos opuestos del espectro político no nos hace necesariamente antagonistas. En otras palabras, aprender a ponerse en los zapatos del otro.
Entender que es mejor trabajar juntos y que frente a cambios innovadores que impulse la izquierda primero deben ser consensuados y aterrizados por la conservadora derecha. Demasiados cambios son malos y demasiado inmovilismo también es malo.
Cuando se efectúa alguna crítica, que esta sea constructiva y sustentada en argumentos racionales y evidencias empíricas, y no en el miedo o la desconfianza irracional casi paranoica hacia el comunismo o izquierda en general.
Entender que estar “predispuestos” significa que nuestro cerebro es un órgano que tiene la plasticidad suficiente para cambiar de opinión, cuando las evidencias y los hechos así lo aconsejan. Si bien las investigaciones son consistentes, hablan más de probabilidades y no de certezas, esto significa que entre los seres humanos existe una gran variabilidad individual, es decir, entre el blanco y el negro tenemos una amplia gama de grises.
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