De alguna manera, la carrera presidencial ya ha comenzado. Al menos en lo que a la realización de primarias se refiere. Las disputas al interior de la derecha tenderán a agudizarse, pero también en la Concertación y en la izquierda, habrá problemas. Quizás no en cuestiones programáticas, sino en divisiones o percepciones diferentes, frente a la realidad política, las urgencias del momento y los intereses partidarios, que a veces conspiran contra las causas mayores en cuanto a la aglutinación de fuerzas y significados profundos de los proyectos.
En este contexto, resultan valiosas las percepciones de Ximena Rincón, en una entrevista de TVN. Quiere representar una visión más generosa dentro de la Democracia Cristiana y menos dogmática. No tiene reparos a una alianza electoral con el Partido Comunista. Tiene una posición distinta a las tradicionales de su partido en los temas valóricos. No rechaza la idea de matrimonio para las diversidades sexuales y los reconoce como una ampliación de los derechos humanos fundamentales. Critica el doble estándar de la mayoría de los políticos chilenos o de su partido, frente a Cuba.
No se acepta la proximidad con el régimen de La Habana, pero no hay mayor escrúpulo en las relaciones con China. Se acepta y se trata con los comunistas para que puedan ser alcaldes o concejales; pero no se les acepta y se teme que puedan tener cargos en el Gobierno Nacional. Esto es una especie de doble estándar para manejar una cuestión de derechos fundamentales.
Importante definición la que se plantea. En muchos aspectos, retoma posiciones que quedaron en el pasado de la Democracia Cristiana: la vía no capitalista de desarrollo, que fue la propuesta de Radomiro Tomic, en las elecciones de 1970, en continuidad con los significativos avances de Eduardo Frei Montalva, con la Reforma Agraria y la chilenización del Cobre.
La fuente originaria del pensamiento DC, sin duda está en la doctrina social de la iglesia y en el pensamiento de otros autores del siglo XX. Si se asumiera efectivamente la doctrina social, la DC estaría en posiciones mucho más de avanzada, que en lo que ahora parecen estar algunos de sus miembros.
La propiedad del Estado, de los bienes de producción básicos, de los cuales depende el futuro y el desarrollo de un país, no puede estar manejado, según esta doctrina, por manos privadas y menos por privados no nacionales. No vamos a citar documentos, porque son de sobra conocidos. Así también, los hay respecto del rol del Estado, de la libertad de conciencia, de la justicia social, de los derechos humanos y de tantos otros elementos claves para el desarrollo de la persona y de la sociedad. Sin duda, estas propuestas están mucho más a la “izquierda”, de la actual democracia cristiana; o al menos, de los sectores que mantienen la mayor influencia sobre ese partido.
¿Por qué se pudo construir transición a la democracia, con mucho de los partidarios de la dictadura militar, que incluso, hasta el día de hoy están presente en partidos desde los cuales se defienden supuestamente la democracia y no se puede dar un paso histórico, de dimensiones insospechadas, para instalar un nuevo proyecto democrático con muchas de las víctimas de la represión, como son casi todos los componentes de la izquierda?
Me hace recordar la reflexión de un sacerdote español, que para muchos sectores que han dominado al interior de la Iglesia, en diversas etapas históricas y también para el mundo civil que los ha apoyado, el obstáculo real que han tenido es la propia figura de Jesús. Es decir de las exigencias evangélicas que en lo humano, encarna en el valor del prójimo y en la necesidad de respetarlo en todas sus dimensiones y libertades.
Toda la reflexión anterior está inscrita en entender el sentido de las coaliciones políticas. De qué manera, desde diversas posiciones, vamos encaminados en una misma dirección. De qué manera se construye democráticamente, es decir, desde la diversidad ideológica, política, social, cultural y otras, un nuevo proyecto de democracia, liberadora de todas las ataduras que dejó la dictadura militar y la herencia del sistema político y económico, con el cual se rearmó un proyecto seudo – democrático. Esto es el sentido de la reflexión, que se traduce en una pregunta fundamental: ¿por qué se pudo construir transición a la democracia, con mucho de los partidarios de la dictadura militar, que incluso, hasta el día de hoy están presente en partidos desde los cuales se defienden supuestamente la democracia y no se puede dar un paso histórico, de dimensiones insospechadas, para instalar un nuevo proyecto democrático con muchas de las víctimas de la represión, como son casi todos los componentes de la izquierda? Se pudo construir con los que apoyaron a la dictadura, pero no se puede avanzar con los que sufrieron la dictadura.
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maria santibañez
Mientras se continué con el odio creyéndose dueños de la verdad absoluta dueños de la democratiza pensando solo en ellos todo continuara igual se olvida esta democracia la construimos todos quienes no arrancamos quienes vivimos los tiempos de la dictadura quienes no golpeamos ninguna puerta solicitando pensiones reparaciones reconocimientos onerosos gran orgullo lo que tenemos es gracias a nuestro esfuerzo trabajo ahora los pre candidatos ofrecen instalados olvidan sus falsas promesas la DC claro ejemplo