El marco global
Al momento de escribir estas opiniones existe un panorama presidencial incierto con candidatos en silencio ambiental, pues de ninguno de ellos sabemos realmente cuál es su programa y menos aún qué piensan con respecto al medio ambiente. El único que entendía el tema se retiró por falta de apoyo de un grupo por pobres razones políticas. Es, entonces, quizás, la oportunidad de entregar algunos conceptos que podrían contribuir a la calidad de los programas que se presenten a los ciudadanos para ser elegidos. Un programa del medio ambiente no puede reducirse a acciones inconexas en que no se sabe cómo estas se interrelacionan y de qué manera consiguen proteger al medio ambiente, especialmente con el telón de fondo de un cambio climático que no muestra señales de retorno, situación en que, al parecer, se podría presumir que los candidatos desconocen su gravedad.
«La opción es por lo tanto por la conservación de la naturaleza, como tema central. Algunos economistas distorsionan este planteamiento llevando el concepto a homologarlo con la idea del crecimiento económico, sin igualdad y menos medio ambiente.»
El tema de la protección del medio ambiente puede entenderse, para los efectos de esta reflexión, como el de la conservación de la naturaleza, de la biodiversidad y de la protección de los ecosistemas. La visión económica a través de la cual se espera lograr este objetivo es a través del desarrollo sustentable. Se entiende al hombre como parte integrante del medio ambiente lo que difiere tanto de una visión ecocentrista, como antropocéntrica. Las partes son esenciales para entender el todo. Por lo tanto, se trata de un enfoque holístico e integral en que poco a poco se va entendiendo e integrando. La encíclica papal del Papa Francisco, “Laudato sí”, recoje un enfoque que estaba presente en Río 92, más aspectos espirituales universales, con lo que incluye todos los factores que hoy sabemos que están en juego. Lo mismo ocurre con la visión de nuestros ancestros mapuches quienes poseen la visión del hombre inserto en la naturaleza y como parte integrante de la biodiversidad. Nuestro gran poeta, Eleicura Chihuailaf en su «Recado confidencial a los chilenos», explicandonos el concepto de su pueblo: Itrofil Mogen, nos señala que «Para nuestras comunidades este concepto es al mismo tiempo la biodiversidad y la biósfera, sin limitarse solo a consideraciones de orden natural. Así, el concepto es también el medio ambiente comprendido en sus dimensiones físicas, sociales y culturales, ya que nosotros los mapuches nos consideramos parte integrante de toda la naturaleza. Eso nos insta a establecer y adoptar estrategias de desarrollo sustentable, comunitario y participativo»
El concepto del desarrollo sustentable cumple 40 años desde su formulación pública:
Esta definición es más o menos la que se emplea en todos los ámbitos del quehacer ambiental, agregando que se trata de preservar una adecuada relación entre los aspectos económicos (crecimiento), sociales (igualdad) y ecológicos. La conferencia de Río en 1992 ratificó este concepto y también aparece en nuestra Ley sobre el medio ambiente 19.300 de 1994. en su Título I artículo 2 letra g) señala: “Desarrollo Sustentable: el proceso de mejoramiento sostenido y equitativo de la calidad de vida de las personas, fundado en medidas apropiadas de conservación y protección del medio ambiente, de manera de no comprometer las expectativas de las generaciones futuras”
La opción es por lo tanto por la conservación de la naturaleza, como tema central. Algunos economistas distorsionan este planteamiento llevando el concepto a homologarlo con la idea del crecimiento económico, sin igualdad y menos medio ambiente. Detrás de este planteamiento está la idea de que se requiere un enfoque integral en el que se entiende que el hombre pertenece a una cadena trófica en el cual su existencia depende de las otras especies y recursos naturales del planeta. Cuidar la biodiversidad es la esencia del enfoque conservacionista que hoy se asume en el mundo. La cosmovisión de los pueblos originarios, los planteamientos y experiencias de naturalistas como Darwing, Fitz Roy, Humbolt, Philipi. Gay, Albert, y recientemente ambientalistas como Tompkins y tantos otros que desde casi doscientos años observaron Chile con interés y curiosidad por su rica diversidad y abundancia de especies endémicas junto a una importante presencia y diversidad de pueblos originarios, refuerzan la idea de que Chile tiene en la naturaleza su principal riqueza. En efecto, eso no sólo es válido para los recursos naturales no renovables como la minería, sino también para su agricultura, pesca y recursos forestales. La naturaleza posee importante información genética que continúa permitiendo grandes avances en la salud, y hoy, por su belleza como fuente importante de ingresos a través del incipiente ecoturismo para los sectores más modestos del país. Por cierto, esos potenciales se han ido perdiendo con la introducción indiscriminada de especies exóticas que depreden y ponen en riesgo nuestros propios recursos y nos pone más frágiles frente a los riesgos que presenta el cambio climático para el país.
En la próxima columna completaremos el marco global.
Comentarios