La CASEN 2017 dejo entrever desde el campo a la ciudad un bajo auto consumo de productos agropecuarios producidos o recolectados por el hogar[1].
A nivel nacional sólo el 2,18% (n=388.517) de la población auto consume productos agrícolas. Del total de individuos que auto consume, un 70,55% vive en zonas rurales y sólo el 29.45% vive en zonas urbanas. Así mismo de la población rural un 12,14% realizan estas prácticas, mientras que apenas en la población urbana un 0,74% las realiza.
A nivel regional se destaca lo siguiente:
- Donde se declara un mayor auto consumo de productos agrícolas respecto al tamaño de su población son la X (8,85%; n=78.137), la IX (8,73%; n=87.324), la XVI (6,38%; n=29.411), la VII (4,82%; n=50.466), XI (4,37%; n=4.600), XIV (4,20%; n=15.581), y VIII (2,81%; n=45.619). Para todas las otras el nivel de población regional que declara auto consumo es menor al 1,2%.
- La distribución de los que declaran auto consumo se concentran principalmente en las regiones IX (22,48%), X (20,11%), VII (12,99%), VIII (11,74%), RM (8,59%), y XVI (7,57%).
- Por otro lado el auto consumo de productos agrícolas en zonas urbanas se distribuye principalmente en la RM (24,44%), la VIII (14,48%), la V (13,43%), la IX (12,40%), la X (10,35%), la XVI (7,34%), y la VII (6,03%)[2].
En este contexto el panorama no es muy alentador para los pequeños productores agrícolas de distintos agro productos naturales y de tradición casera, debido a que es el auto consumo uno de los principales indicadores o hábitos vida sustentable – nutricional y ambiental -, y de mayor relación al consumo de agro productos naturales que comúnmente se enmarcan bajo el alero de una alimentación consciente y/o sin culpa.
Ante este escenario, consideramos que es necesario estimular la demanda de agro productos de pequeños productores agrícolas – y que les permita elevar el nivel y calidad de vida – conciliando objetivos de salud pública y disminución de la pobreza mediante el consumo de alimentos y productos menos procesados, de mayor valor agregado sin sellos, y relacionados a un mayor valor agregado libre de sellos. Estas últimas son características que según la evidencia nacional van en alza y consideradas más atractivas para consumidores de mayor ingreso[3].Son las mujeres rurales y sus formas de vida las que no pueden seguir esperando, y en donde las esperanzas de mayor inclusión social y productiva están puestas en las políticas de fomento y activación rural que permitan un mayor desarrollo rural desde el campo a la ciudad
Así una dinamización del sector rural es necesaria, no tan sólo para una mayor salud nutricional y desarrollo rural, sino que también para un mejor nivel de vida y oportunidades de ingreso económico del hogar.
Las estadísticas CASEN 2017 también indican que los hombres y mujeres con trabajo que viven en áreas rurales sólo un 67% tiene empleo permanente, un 23% tiene empleo temporal, y un 7,8% tiene empleo ocasional. Además de lo anterior, sólo el 32,72% de las mujeres jefas de hogar o pareja del jefe de hogar declaran un tipo de relación de trabajo o negocio, siendo un 65.17% el que se declara inactivas (n=413.857).
En consideración de lo anterior, se observa que son las mujeres en una categoría de trabajo del tipo inactiva las que sufren mayor pobreza por ingreso. Esto es sin dudas se considera una forma encubierta del desempleo ante escenarios de menor oportunidad en la venta producto (véase abajo Tabla). Como ICA AGRO consideramos que es la comercialización de productos tradicionales-caseros los que otorgan una mayor inclusión social y productiva a las mujeres rurales jefas de hogar, y su grupo familiar, debido a prácticas y procesos de conservación familiar, y en donde se hoy necesitan distintas acciones que permitan alianzas del tipo público y privado.
Para ello es necesario estrechar los lazos de la asociatividad y el cooperativismo, siendo las redes generadas una variable significativa para mejorar el ingreso económico y nivel de vida del hogar. Como hecho se observa mediante la misma CASEN 2017 que el 34,96% de las mujeres rurales de jefas de hogar o pareja del jefe de hogar están en situación de pobreza multidimensional considerando las redes. De estas el 68,06% están inactivas.
Como antecedentes se observa que a lo largo del país son la IX región (19,84%), X región (14,08%), y la VII región (13,62%) las que tienen un mayor tamaño de mujeres rurales en situación de pobreza multidimensional.
Finalmente son las mujeres rurales y sus formas de vida las que no pueden seguir esperando, y en donde las esperanzas de mayor inclusión social y productiva están puestas en las políticas de fomento y activación rural que permitan un mayor desarrollo rural desde el campo a la ciudad.
[1] Pregunta yac2.
[2] El porcentaje restante, es el resto del país.
[3] Véase columna opinión 1 del perfil del autor.
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