En Chile se observan hechos claros: existe un problema en salud relacionado al consumo alimentario junto a una falta de dinamismo en el sector agrícola.
En relación a la salud la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017 visualizó altos niveles de sobrepeso (38,6%), obesidad (31,2%), y población mórbida (3,2%). Además se observa un bajo consumo de alimentos altos en nutrientes protectores y en fibra, obteniéndose una mala evaluación nutricional por sobrepeso y obesidad en las mujeres, y en aquellos con menos años de estudio cursado. Ante ello son los adolescentes y los adultos jóvenes los con peor alimentación (Encuesta Nacional de Consumo Alimentario 2010 – 2011 y ENS 2016-17).
En el desarrollo de nuevos productos la X Encuesta Innovación (ENEI, 2018) destacó que el sector agrícola presenta un des aceleramiento continuo en su capacidad productiva y empresarial, siendo el segundo menos innovador del país con un 9,5%. También se destacó un bajo dinamismo en la innovación de productos y marketing con un 5,8% y 7,3% respectivamente. Además esta misma fuente observa que es la incertidumbre respecto a la demanda por nuevos bienes o servicios uno de los mayores obstáculos a la innovación.Hoy el escenario económico, social y ambiental de la industria agro-alimentaria está fuertemente relacionado a lograr un mayor acceso económico a los mercados de alto valor mediante una producción libre de sellos y conservantes/preservantes
En este contexto es interesante analizar las dos últimas rondas de la Encuesta de Presupuesto Familiares (EPF), la cual es levantada cada 5 años por el INE (ver abajo: Análisis EPF VIII (2016-2017) vs EPF VII (2011-2012): División 1 – Alimentos). En esta fuente es posible vislumbrar una caída en el tamaño del gasto en productos considerados poco saludables, tales como: aceites y grasas comestibles, azúcar y sus derivados, bebidas azucaradas o altamente energéticas, carne de cerdo, embutidos y procesados de carne, y galletas. No obstante también caen productos considerados saludables, tales como: hortalizas, leche, frutas, y pescados. Por otro lado los productos o alimentos considerados saludables en alza son: cereales de colación, bebidas no alcohólicas (té, café, infusiones), carne de otras aves, carne otros animales, alimentos y bebidas no alcohólicas, y huevos.
Entonces, ¿Cuál es el problema u oportunidad para los agro productos junto a una mejor salud alimentaria de la población más vulnerable?
Se observa un doble problema: el económico y el social. Este se caracteriza porque comúnmente en los hogares de pequeños productores agrícolas (PPA) se observan prácticas de conservación y aditivos basadas en azúcar y/o sal, las cuáles según resultados de las rondas EPF están a la baja. Como factores determinantes se pueden considerar el bajo costo y el uso común en la mesa rural a la hora de comer. A su vez junto al desconocimiento en que otras técnicas – sin aditivos o conservantes – son posibles, se suma el costo económico de experimentar nuevas técnicas productivas y alimentarias que muchas veces son inciertas en el nivel de ventas logrado.
Ante esto la oportunidad de progreso técnico, económico y social para PPA viene de la mano de los productos agro alimentarios con nuevas técnicas y tecnologías emergentes. Pero también fomentar las técnicas tradicionales-caseras sin azúcar.
El desafío de los distintos actores públicos y privados en estimular efectivamente un mayor empleo de los recursos humanos y naturales rurales a la hora de comer es necesario para otorgar dinamismo y aceleramiento en agro-negocios basados en las prácticas tradicionales-caseras.
Hoy el escenario económico, social y ambiental de la industria agro-alimentaria está fuertemente relacionado a lograr un mayor acceso económico a los mercados de alto valor mediante una producción libre de sellos y conservantes/preservantes, en conjunto al arraigo de herramientas modernas en marketing directo, gestión y planificación financiera y comercial, y el uso de tecnologías de información que le entreguen una mayor dinamismo económico e innovador al sector.
De esta manera se abre una oportunidad mediante la incorporación de nuevas tecnologías y prácticas emergentes, siendo un ejemplo los aditivos sustitutos del azúcar y que logren el mismo sabor los que podrían ser inclusivos a los métodos tradicionales de elaboración, producción y comercialización de conservas caseras de fruta fresca permitiendo una mayor inclusión productiva y empresarial en la industria alimentaria.
Finalmente para resolver el problema o ver la oportunidad los resultados estarán relacionados a la acción de los distintos actores desde el campo a la ciudad, y en donde para cambiar el paradigma agro alimentario las soluciones deben ser inclusivas económica y socialmente para los PPA del tipo de producto tradicional-casero, actuando así sobre sus determinantes sociales y productivos del hogar para una mayor seguridad económica, alimentaria y nutricional.
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