En una muy interesante y creo que precursora columna, los investigadores Cristóbal Villalobos y Trinidad Moreno proponen dejar atrás el modelo de subsidio a la demanda, que ha creado las condiciones para que el sistema educativo se transforme en un mercado y la educación se gestione como si fuera exclusivamente un bien de consumo. En una columna anterior, esbocé una idea similar, pero con alcances distintos. Coincido en una metodología general de traspaso de la subvención por asistencia a la provisión, con algunas precisiones que surgen de las diferencias de alcance mencionadas.
En primer lugar, el enfoque sólo en la educación pública parece insuficiente, ya que no asegura un cambio sistémico en la educación chilena. El cambio del modelo financiero en todo el sistema debe permitir a todos los actores cualquiera sea su dependencia, insertarse en un nuevo paradigma de gestión del servicio educativo, de derecho social garantizado.
En segundo lugar, urge resolver la crónica carencia de diseños que incluyan todos los elementos requeridos para asegurar su eficacia y la adhesión en el largo plazo, (BID, 2006). El diseño de un sistema de financiamiento asociado a la provisión permitiría que los incentivos se enfoquen eficazmente a la mejora del aula, la innovación, la inclusión e integración social de los establecimientos educativos financiados con recursos públicos, elevando sus resultados en plazos razonables. Las mismas exigencias para todos los actores asegurarían similares resultados para todos los estudiantes.
Consecuencia de lo anterior, el actual marco organizacional parece muy insuficiente. El monitoreo permanente de los costos reales, los ajustes para crear, modificar o eliminar programas o políticas educativas, la operación de los flujos financieros y de caja para todos los prestadores hacen necesaria una entidad con un rol similar al que juega Fonasa en el seguro de salud, que se haga cargo de la gestión financiera del sector.
En tercer lugar, la metodología de cálculo propuesta para el corto plazo, que considera ponderar mayormente la matrícula histórica sobre la presente, perjudica a la educación particular subvencionada, cualquiera sea su tipo de alumnado. Un modelo similar pero basado en la vulnerabilidad de la matrícula, más que en la dependencia del establecimiento parece más conveniente como instrumento de equidad.
El cambio del modelo financiero en todo el sistema debe permitir a todos los actores cualquiera sea su dependencia, insertarse en un nuevo paradigma de gestión del servicio educativo, de derecho social garantizado.
Estos cambios en la gestión del sistema, deben ir acompañados de otros en ámbitos como la gestión local, formación inicial, carrera y remuneración docente y currículum, necesarios para alcanzar mejoras sustantivas y sostenibles en la educación chilena.
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canriquez
Estimado, ni los autores de la columna comentada ni yo hablamos del copago. El tema es cómo asignar las subvenciones más eficazmente. Y sobre cómo eliminar el copago, pero a la vez mejorando la calidad, por supuesto hay un tema más complejo, creo que el de este comentario.
jose-luis-silva
No me parece tan claro que no hable del copago si el artículo se titula como salir del voucher y ud. mismo me replica su frase «terminar el copago pero mejorando la calidad». parece estar demasiado enredado ¿no? Es como decir: veamos como quitamos estos pulmones para mejorar la calidad de la respiración.
Esta gente que le da tanta vuelta y enreda las cosas siempre son hipócritas.
Si Ud. esta tan convencido de una alternativa que dé mejor calidad a los alumnos que están en el actual sistema de copago, simplemente presentela como como tal para que los papás decidamos, verá que si realmente es como ud. dice el copago se termina solito compadre, no se necesita la ayuda de ningun hipócrita para eso.
Saludos
canriquez
Es que son dos cosas distintas. Ud. se refiere al copago, (en Chile se llama «financiamiento compartido») que es el pago directo de la familia- El artículo se refiere al «voucher», (en Chile «subvención por asistencia) que es un pago del Estado por cuenta de la familia.
jose-luis-silva
Otro mas. Oiga entienda que los papás queremos educar lo mejor posible a nuestros hijos simplemente para que a ellos les vaya bien en el futuro, nada más. A mi como a la mayoría no nos alcanza plata para un particular y hay otros que ni siquiera les alcanza para uno de copago pero lo único que quieren es salir de la pésima educación de los municipales o como se llame ahora a los gratuitos.
Para los apoderados de los subvencionados el disccursito de terminar con el lucro para mejorar la calidad era una pomá impecable, yo diría irresistible: ¡dejas de pagar y recibe mejor educación! Pero resulta vemos que se apuran en eliminar el copago, o sea su cassete este del lucro, pero eso implica de una forma u otra cambiar obligadamente a nuestros hijos a los colegios de peor calidad, mientras vemos que los que nos hacen esto ni siquiera tocan los colegios de más lucro donde educan a sus hijos.. Sabe amigo ponga estos discursitos en alguna parte del cuerpo donde no llegue el sol.
Saludos