Raimundo: ¿Qué te pasa?
Pablo: -Nada, no me pasa nada.
La cato había goleado 5-0 a Cobreloa y mi ídolo había marcado dos golazos.
Yo estaba en el vestuario del local en San Carlos de Apoquindo. Como ya era habitual para mí estar en ese lugar, no me ocupé de autógrafos ni saludos al plantel sino sólo de estar literalmente pegado a Raimundo Tupper, el veloz puntero de cara linda, de personalidad extremadamente tímida y sensible que intentaba sacarme algunas palabras.
Yo tenía 12 años y la UC era mi vida, San Carlos mi templo de felicidad.
Años más tarde en uno de mis tantos ataques de egocentrismo, me pregunté qué hubiese pensado Raimundo si aquella tarde en el vestuario yo no le mentía; ¿hubiese cambiado algo?
Raimundo: ¿Qué te pasa?
Pablo: Me pasa de todo. No puedo creer como jugamos y que acallaste a esa tribuna de cuicos gritones. Perdón que apenas te hable, es que no puedo creer estar al lado tuyo, con todos estos periodistas alabándote y los abrazos de los compañeros. Este año al fin seremos campeones, te van a llamar a la selección, el próximo año ganamos la Libertadores, vamos a Tokio. Déjame abrazarte Raimundo, te quiero y admiro como a mi hermano mayor. Gracias por tanto. Te quiero, en serio weón.
Pero no, no le dije nada. Cinco años más tarde Raimundo pensó que el mundo no valía más la pena, porque su pena era enorme, insostenible, agobiante. Ni su religión católica, ni las canciones de Silvio, ni mi mirada de admiración pudieron curarlo.
La moraleja, para que no les pase como a mí, es que se debe exteriorizar el amor. No importa el lugar, la respuesta del otro, ni el posible ridículo. Ahí donde haya amor, debe ser expresado.
Me quedo con su mano acariciando mi cabeza. Me quedo también con las palabras que no le dije. Con el amor que por timidez, no pude expresarle.
La moraleja, para que no les pase como a mí, es que se debe exteriorizar el amor. No importa el lugar, la respuesta del otro, ni el posible ridículo. Ahí donde haya amor, debe ser expresado.
Hoy 20 de Julio de 2015, a 20 años de su muerte, tal vez este comentario le parezca agradable a mucha gente, sin embargo es un comentario inútil, porque pase lo que pase, jamás llegará a su destinatario; Raimundo Tupper Lyon.
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ROLANDO MÉNDEZ BRIERES
UNA GRAN VERDAD. EL AMOR DEBE SER EXPRESADO, MANIFESTADO, ES COMO LA MONEDA DE DOS CARAS, UNA EL AMOR Y LA OTRA LA EXTERIORIZACIÓN, TODOS LOS SERES HUMANOS HOMBRES Y MUJERES QUE DUDA CABE
abraham
Hay tantas cosas que dejamos de hacer y que después nos pesan…
alex vergara
Tengo 61 años , cruzado toda la vida.. y si te entiendo,,,mas alla que sea por el mumo,,,una de las cosas que los años me han reafirmado es que las cosas hay que hacerlas cuando las sientas,,lo demás, no sirve….., ser siempre honesto, sincero y franco. y nunca avergonzarte de tus acciones si las hecho honestamente ,,,,,la vida a la larga te lo enseña…..
Olivia Cofré Villalobos
Con este comentario demuestras que «los hombres también lloran» y es lindo..
la pregunta del millón..»eres consecuente con tu moraleja?…