“Historia” fue una palabra que los antiguos griegos usaban (ciertos filólogos dicen), para decir un relato del movimiento de las cosas. Entonces, más bien la physis. Historia decía historia natural -expresión algo biunívoca para el hoy
En cambio, los tiempos moderno-europeos variaron la palabra para decir…., algo casi contrario: un relato de devenir humano. Para nosotros, modernos, decir historia equivale a pensar acontecimientos de transformaciones humanas, sociales. Temporalidad y humanidad.
La historia del sol –convertida por el poeta en relato de filosofía-poesía-fotografía de sol-, transita, cada vez más, en una región entre Cultura y Naturaleza. La historia es, primero, la del libro “Estudio del sol”: que fue escrito tal año, que la editó la editorial tal, y que ha andado ya los caminos del Norte y del Sur de este país. Y que este fin de semana estuvo en una playita -más bien ahora hay que decir: cerca de la capital de este Reyno…
Ese domingo fue sol. No qué decir de su evidencia. Y estaba el escritor temprano la mañana caminando cerca de unas rocas muy a la orilla del agua. Y sucedió….historia. Pues, sol llegando a unas palabras y sol abriendo todo el paisaje natural y mental de ese tiempo. Tiempo de sol pues, que quedó así documentado:
NIÑO DE SOL
Ayer era nublado. Hoy sin nubes
Es que hubo noche. La sin sol
Ante el mar, entre una y otra ola leve
Podría simplemente morir
Veo casi mis carnes desligándose de los huesos
y eso es todo
El “es” planeando el océano casi suave
Ser-para-la-muerte escribió uno grande
en su oficina de la Selva Negra
Sin penas con los ojos entreabiertos
Planeando casi su Europa existencial
En este pedazo de roca al
límite de la marea por
el borde austral del planeta
a un hijo del sol. Inti arriba.
Y también un Parménides como rostro uno de sol
A quien estaba solitario al inicio
La playa se le ha llenado de gentes
El Heráclito del siempre dos lo rodea
A estos magníficos la muerte ni los rozaba
Su figura era inmortal quizá en el nacimiento
Un bote con dos pescadores hay en este horizonte
Mientras la marea subiendo me
ha obligado a separarme de esa roca
Voy. Me levanto con un toque de ombligo
Abro ambos brazos haciendo mi horizonte
Me mojo las manos con placer animal
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Fernando Víveros Collyer
¿Es posible desear la muerte de puro contento y pleno
del dìa y de las noches?
Como quien dice : ahora sì se puede morir…
Pero, entre nosotros contemporàneos del s XXI, la mera
palabra «muerte» y un «estar ante la propia muerte» suenan
depresivos.
El salmòn es una criatura del agua que remonta los rìos
en contra de las corrientes. Lo pasa bien y lo pasa mal en
este intento de llegar al inicio y al fin de los dìas…
Ni ahora ni mañana : simplemente llegarà, y es como si ya
las puertas se hubieran abierto para ella.
«No llegarà antes de haber cumplido cierta tarea. Antes que
sucedan los dìas necesarios»– Pero han habido otros…, cuyos
nombres y su fama suceden siglo tras siglo, mientras haya
la historia que han «fundado».
Podemos remitir tambièn al poema «Venus en el pudridero»,
(1967), del gran y silencioso Eduardo Anguita: «¿Escuchais
madurar los duraznos a la hora del estío, a la venida del sol..».