Nosotros nacemos y nos hablan. Recogemos como una esponja palabras que forman nuestra visión de la realidad.
Cuando comenzamos a expresarnos decimos las palabras que nos trasmitieron por años de monólogo en la familia y en las escuelas. Nunca pudimos dar una opinión propia. Todo viene impuesto en una educación que nos limita y nos impone una conducta de encierro mental.
No tenemos un lenguaje propio ni particular. Asumimos la idea que dominamos una lengua, pero es la lengua quien nos domina a nosotros. Este lenguaje es condicionado por el entorno socio-político, el inconsciente, los valores espirituales, pero en algún momento tenemos que ser responsables de nosotros mismos.
Algún día tendremos que expresar palabras propias. Alguna vez, en nuestra historia particular, deberemos decir una palabra que nos pertenezca a nosotros y esa será nuestra libertad.
La vida que la gran mayoría lleva puede parecer injusta, pero también es mansa, ya que nos dejamos transportar por la marea de la dinámica social. Las personas se levantan de su cama y siguen una cantidad de tradiciones sociales impuestas por la parafernalia de lo que es aceptado como “bueno” y “sociable”.
Encienden el televisor y el celular para llenarse la cabeza de realidades que no son verdaderas. Cuentos de fantasía que venden falsas esperanzas. Se conectan al Internet y tratan de desahogar sus experiencias vivenciales con personas que pocas veces les interesa su vida existencial.
Algún día tendremos que expresar palabras propias. Alguna vez, en nuestra historia particular, deberemos decir una palabra que nos pertenezca a nosotros y esa será nuestra libertad
Después de una jornada común se dicen: “Pasó un día más de mi vida”. Pero el problema esencial es que no pasó. No pasó nada en su vida en realidad. Solo la adornó con pizcas de ansiolíticos sociales. Ahora, en algunas ocasiones puede detenerse y pensar: “Que vida más apestosa llevo”, “no puedo seguir viviendo así”, “que porquería la que veo en la televisión” o “me paso inventando una realidad falsa en Facebook”. En ese momento, que las personas expresan su queja existencial y afirman que ya no pueden seguir mintiendo y soportando su falsa vida, se liberan de las ataduras que los aplastan.
Aunque se debe tener el pleno conocimiento que después de liberarse de lo impuesto, las personas estarán solas. Una soledad real llena de miedo y discriminación hacia las nuevas posturas sobre lo que nos rodea. Al dejar de pertenecer a la masa, se convierte en un paria social. Lo que se exprese de una forma crítica siempre será sujeto de marginación y mofa.
El declararse libre no será de agrado de las masas, pues la sociedad actual no quiere personas que destapen la escoria que desgasta la visión crítica de los hombres. A esta sociedad moderna, no le gusta el olor a la libertad individual y solamente está interesada en formar esclavos y monstruos que puedan pasar por personas civilizadas. Las misma personas civilizadas que se comen una a otras por un puñado de poder.
Cuando un ser humano supera la guerra que le impondrá el mismo ente social al cual se opone, podrá morir siendo responsable de sus propios actos y elevar para la eternidad las alas de su propia libertad.
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Zarko Pinkas
Puede pensarse en el mito o alegoría de la caverna de Platón. Aunque al reflexionar más profundo , capaz uno mismo busca evadir la realidad. He visto lugares en Centroamérica y también en Santiago tan profundamente destruidos por la pobreza que el único enlace con oasis irreales es por redes sociales. La gente quiere salir de ahí y la única ventana es por un celular. Evadir la realidad siempre ha sido parte de la conducta humana al vivir en los límites o fronteras de la marginalidad.
Javi-Al
Me quedo con estas palabras …“Pasó un día más de mi vida”. Pero el problema esencial es que no pasó. No pasó nada en su vida en realidad. Muy bien.
Zarko Pinkas
Es bueno escribir de las vivencias propias. Eso te da la oportunidad de compartir realidades y no fantasías. Vivimos en un entorno global que te puede llevar a una profunda crisis existencial. Bien por aquellos viven en una realidad de espejismo al fin de cuenta .
Ivan Saldivar Rodriguez
Excelente palabras que muestran la realidad que hoy se vive en este Chile, donde se habla de que estamos hiperconectados, pero una conexión virtual, donde una gran mayoría NO ve lo que realmente pasa en el mundo, y creen todo lo que se le entrega por los medios masivos de comunicación o redes sociales inundadas de basura y desinformación.