¿Cuánto ganan las Isapres?

Recientemente los medios de comunicación han informado que las utilidades alcanzadas por las Isapres en los primeros 6 meses del año en curso ascienden a 50.000 millones de pesos.

A muchos chilenos nos resulta difícil dimensionar las cifras cuando escapan con mucho del rango de valores que manejamos con mayor frecuencia, por ejemplo el monto de nuestro sueldo, el valor del automóvil que compramos hace 4 años, o incluso el valor de la casa que llevamos 7 años pagando y de la cual faltan todavía 13 años más por pagar para que en definitiva sea propia.

En el intento de comprender, buscamos expresar estas enormes sumas de dinero en alguna unidad que tenga más sentido para nosotros.

Por ejemplo, si suponemos un arancel promedio de 2,5 millones de pesos, entonces las utilidades obtenidas por las Isapres alcanzarían para pagar la educación superior de 20.000 estudiantes universitarios chilenos durante un año.

En esa gigantesca fiesta nacional de la solidaridad y del marketing que es la Teletón, se recaudaron en 2012 unos 25.000 millones de pesos, es decir, aproximadamente la mitad de lo que ganaron las Isapres entre enero y junio.

En fin, el presupuesto anual de educación 2014 de la Corporación Municipal de Iquique, para atender 13.000 estudiantes en la comuna, es sólo una tercera parte de lo que han ganado las Isapres en 6 meses.

Esta última comparación tiene sentido, si consideramos que la educación pública se financia con nuestros impuestos y las Isapres también.  Porque las cotizaciones de salud no son otra cosa que un impuesto. Sólo que en este caso no lo recibe el Estado.  Se trata de sumas deducidas de nuestras remuneraciones, en virtud de una imposición del Estado, cuyo destino son unas empresas privadas.

Las cotizaciones de salud no son otra cosa que un impuesto. Sólo que en este caso no lo recibe el Estado. Se trata de sumas deducidas de nuestras remuneraciones, en virtud de una imposición del Estado, cuyo destino son unas empresas privadas.

Cabe preguntarse cuál es el aporte de esas empresas privadas que las hace merecedoras de tan cuantiosas utilidades.

O, mejor aún, cuál es la responsabilidad del Estado, que se desliga de su tarea de administrar esos recursos y la transfiere a administradoras privadas, tan generosamente remuneradas por brindar un servicio que tan poco satisface las expectativas de  la mayoría de los usuarios.

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Foto: neuropata / Licencia CC