Las situaciones de allegamiento y arrendamiento difícil se manifiestan, en muchos casos, en las personas nativas de nuestro país y, otro tanto, en personas de la segunda oleada de migrantes en Chile.
Son extensivos los sufrimientos y frustraciones en las familias chilenas que viven la situación económica de pobreza y precariedad, a la necesaria vinculación con otras personas que viven situaciones similares. Los grupos de pares con una problemática de habitabilidad, son el referente de contención emocional, en la situación en que las personas y sus proyectos de vida se hacen presentes en una forma de organicidad, que son los Comités de Allegados y de Vivienda. En los casos en que se alcanza la práctica social de la participación ciudadana, se da un soporte de la realidad, de los tiempos presente y proyectivo, de las expectativas, de salir adelante en solidaridad, entre los pobladores y las pobladoras de distinta nacionalidad de origen en la tierra chilena.
Las movilizaciones de las organizaciones sociales, en que se reivindica el Derecho a la Vivienda y a la Ciudad, se han incrementado en los últimos años. El devenir de este movimiento social, tiene antecedentes en la situación del peonaje campesino que accede a la situación urbana en el período de inicios del siglo XX en que acontece la precarización económica de los sujetos de la migración interna del agro a las grandes ciudades. El vagabundaje y los hábitats de ‘rancha’, ‘conventillo’, ‘cité’, además del surgimiento de las poblaciones ‘callampa’, son del proceso de urbanización, un requerimiento de las políticas de vivienda social, que acaecen desde los años ’60, al menos.En la actualidad, parece que la voluntad política de muchos gobiernos locales y del gobierno nacional, fuere retrasar la solución de la demanda del movimiento de pobladores y pobladoras, en el acceso a vivienda digna y de calidad
El hacinamiento que vivieron los pobres de la ciudad del siglo XX chileno, misma situación de los nativos y migrantes de las zonas pobres del siglo XXI, se ve como una dificultad mayor en la segregación urbana, lo mismo sea decir, la distancia con los servicios públicos y privados, además con las zonas a las que se va al trabajo, según el poblamiento de los contornos exteriores de las ciudades. Esta segregación urbana es consecuencia de las políticas de soluciones habitacionales de los años ’80 que son deficitarias respecto de las viviendas sociales de los gobiernos previos a la dictadura.
La experiencia de la CORMU, durante la dirección ejecutiva del arquitecto Miguel Lawner Steinman en la Unidad Popular, alcanzó los mayores estándares de calidad en viviendas sociales, en años y que se pueden ver en la arquitectura de las ciudades, en la actualidad. Los gobiernos democráticos, posteriores a 1990, fueron mejorando progresivamente los estándares de calidad de la vivienda social.
En la actualidad, parece que la voluntad política de muchos gobiernos locales y del gobierno nacional, fuere retrasar la solución de la demanda del movimiento de pobladores y pobladoras, en el acceso a vivienda digna y de calidad –que afecta el trabajo de los obreros del gremio de la construcción en torno a las contratantes EGIS, en intermediación de Serviu y los Comités-, además del derecho a participar de la ciudad, como personas y cuerpos arquitectónicos integrados a ésta.
La comuna de Ñuñoa lleva más de dos años de movilizarse en torno al tema de la Vivienda Social de Integración, desde la Coordinadora de Pobladres/as ‘Newen’. Concomita con las luchas sociales en favor del patrimonio arquitectónico y en contra del negocio inmobiliario, el cuestionamiento a la transparencia que conlleva y al crecimiento de edificios en altura, que pueden integrarse a la vida de las unidades vecinales cuando ya es inevitable que el poblamiento de la Comuna, tiene más de una forma de vivir el Pueblo, además de megaproyectos de Centro Comercial, que afectan la vida cotidiana de los Barrios de la tierra ñuñoína.
Hace cuatro años, los cobradores humanos que trabajan en la comuna fueron situación de movilizaciones de la unidad vecinal General Sucre, en favor de evitar los cobros indebidos por estacionar en las puertas de las casas, de los vecinos en este barrio residencial. La solución fue merecida por los vecinos y la renuncia del entonces Alcalde Sabat, fue devenir.
A estas horas y desde meses, la toma del Block 73 de la Villa Olímpica, tiene por reivindicación la remodelación de este edificio, para facilitar el subsidio habitacional de las 25 familias que conforman el Comité Villa Olímpica y ser una solución al problema de habitabilidad de las mismas. Entretanto, el Comité Villa Olímpica dos Salvador Cruz Gana y el Comité Sueños y Esperanzas, reivindican el terreno de San Eugenio 1221, para la construcción de la solución habitacional de 80 familias. Otros Comités de la Comuna se han dado a expresar la voz de los allegados entre los pobres de la comuna de Ñuñoa, en solidaridad entre los pobladores. Hasta la fecha, el Concejo Municipal ha facilitado cartas de apoyo, mientras el Alcalde Zahri, sólo se ha dado al compromiso verbal, retrasando el ritmo de las obras de edificación y remodelación que pueden comprometerse, a través de la firma del apoyo alcaldicio. El Gobierno Central no ha mostrado el compromiso debido con el Derecho a la Vivienda que quisiésemos, las familias que demandamos, el espacio para vivir nuestros hogares, en Ñuñoa y tampoco con otras localidades de nuestro País. Los accesos a la Participación Ciudadana en torno a la Planificación Urbana, no han acontecido entre los afectados, que buscamos un Crecimiento a Escala Humana, en la creencia de que es posible, mejorar en la vida y en llevar a mejor puerto nuestros anhelos de vivir el amor y la felicidad.
La Marcha Nacional por el Derecho a la Vivienda y a la Ciudad, está de manifestar que la Vivienda Digna y de Calidad, es un Derecho Social y que, como derecho humano, es inalienable
Comentarios