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Se necesitan bebés: Atentamente, Chile

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Creo que nadie quedó indiferente al discurso que expuso, el domingo recién pasado, el presidente Sebastián Piñera frente al balcón de La Moneda. Han sido varias las reacciones que han surgido frente a éste; algunas resaltando el tono conciliador que tuvo y, por supuesto, desde otra vereda, quienes lo analizaron con mayor suspicacia. Enfoques hay para todos los gustos. Personalmente, quedé con una muy buena impresión.

Sin embargo, dando vueltas a ciertas frases, hubo una en particular que me dejó reflexionando. Me refiero a cuando señaló: «vamos a apoyar la natalidad y la maternidad, porque un país que no quiere tener hijos, es un país en que algo no está funcionando bien. Los niños son como las estrellas: siempre iluminan nuestras vidas y nunca son demasiados.»


Si continuamos manteniendo las mismas tasas de crecimiento demográfico, estaremos firmando un viaje al colapso en el futuro. Dejemos de suponer que otro concretará aquello que nosotros renunciamos a hacer.

¿Por qué el presidente plantea esta situación a modo de problemática? Bueno, tenemos una pirámide poblacional (regresiva o constrictiva) la cual indica que somos una sociedad que se está envejeciendo (baja natalidad en relación con la cantidad de población adulta y anciana) y, por ende, sufriremos ciertos efectos de este fenómeno, principalmente, reflejados en el desempeño económico.

Por ejemplo, basándome en lo señalado por Ronald Lee y Andrew Mason, en su artículo publicado en la revista Finanzas y Desarrollo del Fondo Monetario Internacional de Marzo 2017, el crecimiento del PIB disminuye aproximadamente uno a uno con la reducción del crecimiento poblacional y de la fuerza laboral. Haciendo uso de los datos del Banco Mundial, nuestra tasa de crecimiento demográfico ha decaído en promedio, entre 1990 y 2016, un 2,5%. Pueden suponer una reducción similar en el crecimiento del PIB. No es una señal alentadora.

Podríamos hacer una conferencia entera sobre los efectos que podría tener este fenómeno en el bienestar futuro de la población. Sin embargo, me interesa concentrarme en la otra cara de la moneda: las causas. ¿Qué es lo que motiva tal comportamiento de la sociedad chilena, considerando que vivimos una época en donde la calidad de vida que gozamos es significativamente mayor que la que disfrutaron nuestros antepasados cercanos?

Se me viene a la mente el postulado de un reconocido economista chileno. Me refiero a Manfred Max-Neef y su “Hipótesis del Umbral” la cual señala que, a partir de determinado punto del desarrollo económico, la calidad de vida comienza a disminuir; transformando la felicidad relativa de las personas en soledad y alienación.

Según el Centro de Estudios del Conflicto y la Cohesión Social (Coes), en conjunto con el Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad (Midap), quienes presentaron los resultados del módulo de Salud y Bienestar del Estudio Longitudinal Social de Chile (Elsoc), en ciudades con más de 10.000 habitantes, el 18,3% de éstos reporta síntomas de depresión que van de severa a moderada.

Por otra parte, y ahondando en el fenómeno de la alienación, podemos ver una de sus expresiones más claras en el nivel de relativización moral, cultural, conceptual, entre otros, que presenta nuestra sociedad. Quizás una definición precisa, de esta condición actual, la podríamos encontrar en lo señalado por, Niall Ferguson, reconocido historiador, quien hace unos años atrás indicó: “Chile puede estar comenzando a ejercer su derecho a ser estúpido”.

Me disculparán los lectores, pero cuando veo a una persona es capaz de priorizar las condiciones de vida de una mascota (un animal) por sobre las de alguien de su misma especie (otro ser humano); evidentemente me hace pensar que hay algo que no está funcionando correctamente en nuestros sentidos.

Mismo fenómeno es posible visualizar en la idea arraigada en cierto sector de la población, quizás motivada por la desinformación de los medios de comunicación, respecto a que una persona puede ser aquello que “siente que es” solo con el simple hecho de quererlo; a pesar de los costos que aquello podría significar (tanto a nivel personal como social). Analice el entorno y se encontrará con muchas otras expresiones de irracionalidad.

No es mi intención establecer en una columna los límites a las libertades individuales de los chilenos. A fin de cuentas, cada persona es libre de hacer lo que estime conveniente con su vida, por más en desacuerdo que uno esté con sus decisiones. Sin embargo, como sociedad, debemos tener cierta base común de verdad (creo en las verdades absolutas), valores, principios éticos, racionalidad, entre otros factores, que nos permitan mantener los pies sobre la tierra. El progreso y la modernidad han sido beneficiosos, pero, por algún motivo, sigue con vida el dicho popular: “todo tiempo pasado fue mejor”. Algo nos sigue llevando a retroceder en el tiempo ¿Solo nostalgia? Lo dudo.

Si continuamos manteniendo las mismas tasas de crecimiento demográfico, estaremos firmando un viaje al colapso en el futuro. Dejemos de suponer que otro concretará aquello que nosotros renunciamos a hacer. Ese “otro” está pensando lo mismo que usted y así no llegaremos a buen puerto. Cada uno de nosotros es un motor de cambio, téngalo presente.

TAGS: #Población #TasaDeNatalidad

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14 de marzo

Rotundamente NO, la sobrepoblación es un problema global y pocos la denuncian.

El planeta Tierra no es un globo que se pueda inflar según las necesidades y dar espacio a cada vez más personas y entre más, el efecto lo sufre el planeta con mayor presión al medio ambiente y a los ya escasos recursos naturales.

Está el problema del agua potable que desatará los conflictos futuros, sin contar la grave contaminación ambiental. Somos la especie, que por su forma de actuar, inventó la basura, algo desconocido en la naturaleza, ya que ella funciona circularmente y no lineal como nosotros y la basura crece y crece.

Hoy somos 7.500 millones de habitantes y se calcula que pronto llegaremos a los 10.000 millones, si queremos tener más población, debemos superar nuestro racismo natural y recurrir a la inmigración.

Saludos

14 de marzo

La sobre-población, realmente, es un problema en ciertos países en donde el nivel de densidad es aberrantes (India, China, por ejemplo). Se hace eco de «problema mundial» porque, al fin de cuentas, compartimos el mismo globo y éstos países traumatizan las estadísticas mundiales. Sin embargo, en Chile sucede todo lo contrario y nuestra contribución al calentamiento global es prácticamente nulo, en comparación con otros países.

En realidad, más allá de las consecuencias, comprobadas empíricamente, que trae el envejecimiento de la población, en mi columna, intento dar una explicación, a grosso modo, del porqué sucede tal fenómeno; considerando que las condiciones de vida del Chile actual son significativamente mejores que las que teníamos décadas atrás. Por tal motivo apunto a la hipótesis de Manfred Max-Neef, la cual me hace mucho sentido (aunque no es el único autor que ha escrito al respecto).

Saludos.

14 de marzo

Entonces, si queremos tener más población y superando nuestro racismo natural es recurrir a la inmigración.

Para tener un planeta sustentable, debemos tener los niveles de población de mediados del s.XX

Ahora, también está los efectos de la Revolución Industrial 4.0, que es la robotización, es decir, en el futuro cercano serán necesarios menos trabajadores.

Tener hijos, y.. ¿para qué?

Saludos

14 de marzo

Definitivamente, la inmigración puede ser parte de la solución. No obstante, hay que recordar que la población de inmigrantes, en chile, se encuentra en torno al 5% del total. Por lo tanto, la contribución que éstos podrían tener tampoco sería significativa aún.

En el siglo 18, Thomas Malthus planteaba la idea del colapso de la sociedad si la población crecía a tasas más altas que la producción (los medios de subsistencia). La realidad demostró que el ser humano fue capaz de superar esa problemática.

Por último, la revolución industrial 4.0, en Chile, es un slogan todavía. Los modelos productivos de las empresas no han sido modificados a un nivel en donde las personas sean reemplazadas por las máquinas. Por supuesto es algo que se vendrá y debemos estar preparados. Establecer una política de desarrollo productivo de largo plazo podría ser una buena decisión.

De todas formas, los seres humanos hemos demostrado una capacidad de adaptación sin precedentes frente a condiciones de vida desfavorables. En ese sentido, no me dejo llevar por el pesimismo malthusiano.

Saludos.

Blasco Ramírez

14 de marzo

Creo que tal vez no se necesite tanta natalidad. Al fin y al cabo con la revolución industrial 4.0 la gente en grandes porcentajes va a estar de más, de sobra.
(Además que la inmigración hace su aporte a subir la tasa demográfica). Hace falta claridad sobre en qué pie marchamos hacia esa realidad, con qué tipo de Acuerdo Social; ¿Contrato Social es la expresión? También me parece que la calidad de vida es bastante precaria en Santiago por lo menos, en ciertos aspectos, como el social. Es bastante difícil hoy por hoy tener amigos o participar en algo (da para una discusión en más detalle). Y el progreso de la economía del que se hace tantos aspavientos, no es tan verdadero. Con $400,000 al mes se vive con mediana precariedad o modestamente.
Yo en lo personal nunca he tenido un bebé, ni me he casado; pero creo que sería horrible tener que mantener una familia con esos $400.000 (que de casualidad es mi sueldo). Ojalá Piñera piense en eso; pero muy en su fuero interno gente que piensa como yo pueden ser un problema y un obstáculo.
Me bajé el libro de Max Neef. Pronto lo empiezo a leer…..

14 de marzo

Las estadísticas y los expertos indican que si se requiere aumentar la tasa de natalidad. Los problemas que genera el envejecimiento de la población son bastante nocivos. Puedes encontrar una literatura bastante extensa al respecto.

Independientemente de las revoluciones industriales, siempre ha existido espacio para el desempeño de los seres humanos. Recordemos, además que estamos en Chile. La revolución solo ha llegado como slogan, ya que la gran parte de las empresas del país sigue manteniendo sus procesos productivos convencionales.

Me llama la atención cuando se presenta como argumento el nivel de ingreso para formar familia. No me mal entiendas, evidentemente concuerdo con lo que señalas. Solo pienso en las generaciones pasadas, que con niveles de vida inferiores tenían más hijos que las generaciones actuales. Extraño ¿no? ¿Será que nos hemos convertido en una sociedad más consciente? ¿O quizás en una más egoísta? No encuentro una explicación lo suficientemente rotunda, más allá de coincidir con que este fenómeno, en sus bases, tiene mucho de irracionalidad.

Ojalá te guste el libro de Max-Neef. Se lo he hecho leer a algunas generaciones de mis estudiantes y les ha encantado. Eso sí, me parece que tiene problemas en la redacción (quizás una mala transcripción).

Saludos.

14 de marzo

Don Samuel

Es cierto que el colapso se anuncio antes, pero es igual al cuento de «Que viene el lobo», un día va a ser cierto, la población mundial no puede crecer al infinito, la Tierra y sus recursos tienen un limite. En un departamento o casa común y corriente no pueden vivir 30, ni 40 o más personas.

y sobre la Revolución Industrial 4.0, no es futuro, es presente ya hay empresas (como Amazon) que trabajan principalmente con robots, incluso hay robots que efectúan operaciones, etc. En un futuro cercano, tendremos más maquinas inteligentes y robots que seres humanos.

Carl Bass es presidente de la junta directiva de un consorcio de software estadounidense y dice; “para la mayoría de las cosas, las máquinas están más capacitadas que los seres humanos. Los coches que se conducen solos ya son una realidad. Amazon planea un almacén sin personal. El trabajo es, fundamentalmente, un factor de costo y debe ser minimizado”. Por esto mismo ya se esta pensando en un “Ingreso Básico Universal”, es decir, dar a todos los ciudadanos de un país, un ingreso mínimo sin importar su situación económica.

Ese es el futuro y no muy lejano

Saludos y gracias por el artículo

14 de marzo

Bueno, tenemos unos cuantos años más para ver como evoluciona el fenómeno. Esperemos que el cuento del lobo no se haga realidad.

Cuando hablaba de la Revolución Industrial 4.0 me refería a la situación en Chile. Concuerdo plenamente en que es una realidad en algunos países con empresas emblemas, pero, en Chile, las actividades productivas más importantes, siempre han estado desfasadas frente al avance tecnológico mundial.

Creo que una política de desarrollo productivo integral (que considere a los diversos actores del proceso productivo) podría ser bastante beneficiosa para enfrentar el futuro.

Un gusto el intercambio de ideas. Saludos.

Mika

14 de marzo

De verdad que me sangran los ojos cada vez que leo o escucho a alguien pedir que nazca más gente. La sobrepoblación humana en el mundo no es una posibilidad ni una hipótesis, es un hecho. Podrás decir que Chile no contribuye mucho a la sobrepoblación mundial ni a los problemas generados por la misma, pero estará sujeto a los problemas climáticos y ambientales que los otros países sí tendrán, sobre todo por la disponibilidad de agua dulce. Imagino que vives en la Región Metropolitana, un lugar que solía tener clima mediterráneo y que ahora tiene clima árido. ¿Crees que la desertificación se detendrá ahí o en San Fernando? No, para nada. Hasta la lluviosa región del Biobío está con emergencia hídrica en estos momentos. Y eso que somos «apenas» 16 millones.

Además, tus argumentos son muy estrechos, ya que sólo consideras el aspecto macroeconómico del país (crecimiento del PIB). ¿Lo que le ocurra a la biósfera no importa? ¿Tan soberbios somos de abusar de las otras especies vivientes con tal que un cierto número crezca? Y, por cierto, no siempre el crecimiento del PIB se refleja en una mejora de la calidad de vida del ciudadano a pie que, a final de cuentas, será el que tenga esos niños que tanto desea la clase empresarial.

Y lo de la irracionalidad… dado que somos tan irracionales, ¿de verdad vale la pena que hayan más de nosotros?

Y, por último y sólo para sacar ronchas, recursos en abundancia son baratos. Los humanos somos mucho. Ergo, no valemos nada 🙂

14 de marzo

Que seamos afectados por los efectos climáticos generados por otros países ¿Debería incentivarnos a dejar de procrear? Que absurdo. China e India son de los países que más contaminación generan y aún así son los que mayor densidad de población tienen el el mundo.

Si la disponibilidad de recursos hídricos es un problema en Chile no es por falta de ellos. El problema está en la planificación de las ciudades y las respuestas a fenómenos que nos azotan. Hay casos más complejos en el mundo. Egipto, por ejemplo, y no he visto que hayan implementado políticas de control de natalidad por la escasez de agua.

Al parecer no entendiste bien mi columna, porque en ella no intento explotar las consecuencias del envejecimiento. Solo propuse la relación crecimiento económico-crecimiento demográfico como un ejemplo. A todo esto, la economía no es solo «plata», tiene un sentido bastante más amplio que el que aparentas dar. Adicionalmente, aunque el crecimiento económico no se refleje en una mejora en la calidad de vida de TODA la población (porque ahí está la discusión) es un indicador que se correlaciona bastante con el bienestar (está lleno de bibliografía al respecto).

El ser humano siempre tendrá cierto espacio de irracionalidad. El problema se genera cuando este patrón de comportamiento se convierte en norma y empezamos a ver fenómenos tan absurdos como los que menciono en mi columna. Si hasta aparecen personas que creen que valemos nada. Mira que absurdo.

Saludos.

Mika

14 de marzo

«China e India son de los países que más contaminación generan y aún así son los que mayor densidad de población tienen el el mundo.»
¿Y? Acabas de dar un argumento del tipo «Juan y Juana son de los que más roban y aún así siguen robando».

«Egipto, por ejemplo, y no he visto que hayan implementado políticas de control de natalidad por la escasez de agua.»
Ciertamente, me das como ejemplo un país muy estable, con altos estándares de desarrollo y famoso por hacer las cosas bien. Además, la idea es prever los problemas antes que aparezcan. Eso sería racional.

«A todo esto, la economía no es solo “plata”, tiene un sentido bastante más amplio que el que aparentas dar.»
Volví a leer tu columna para verificar. Cito: «sufriremos ciertos efectos de este fenómeno, principalmente, reflejados en el desempeño económico». Sé que la economía no es solo «plata», pero tu columna no hace mucho énfasis en la «no-plata».

«Aunque el crecimiento económico no se refleje en una mejora en la calidad de vida de TODA la población (porque ahí está la discusión) es un indicador que se correlaciona bastante con el bienestar»
Quiero saber entonces, no desde la teoría, sino desde la evidencia empírica, por qué la calidad de vida en EE.UU. y China no es mejor que en Austria, Islandia u Holanda.

«Si hasta aparecen personas que creen que valemos nada. Mira que absurdo.»
Jajajajaja, conseguí sacarte las ronchas, ¿eh?

Y, por cierto, ¿cómo motivas a X persona a tener hijos con tal que el PIB aumente?

14 de marzo

Es extraño que asumas la procreación como algo similar a robar. El fenómeno del envejecimiento de la población está presente en diversas economías (desarrolladas sobre todo). Chile en 1990 tenía una tasa de crecimiento demográfico de 1.6% anual y en 2016 era de 0,8% anual. Esa tendencia hace insostenible la adecuada supervivencia de la sociedad chilena (y economías similares) en el largo plazo.

Si te parece un buen ejemplo Egipto, podrás comprender que ningún país está exento de poder implementar buenas políticas en relación a los recursos hídricos. Chile no es la excepción, en varios aspectos hemos hecho bien las cosas. Adicionalmente, el deterioro medioambiental evoluciona a tasas menos vigorosas que el deterioro demográfico (dato).

Ningún país de los que mencionaste habría alcanzado el nivel de vida sin crecimiento económico. La diferencias relativas en la calidad de vida puede encontrar su explicación en muchos factores, culturales, sociales, gubernamentales, etc.

Decir que el planteamiento de que «los seres humanos valemos nada» es absurdo ¿Te parece una expresión frente a tu «sacada de ronchas»? También es absurdo dedicar tiempo a intentar sacarle ronchas a alguien que desconoces (solo un aviso, si tu intención es trollear, dejaré de responder. No tengo tiempo para tonteras).

En general, los países con poblaciones envejecidas han implementado políticas que aportan ingreso indirecto al presupuesto familiar. La experiencia de Japón es interesante, podrías revisarla.

Mika

14 de marzo

1. En realidad, comparo la sobrepoblación con robar, ya que ambos son nefastos. Es sólo biología.

2. No, Egipto me parece pésimo ejemplo. Era un sarcasmo.

3. No consigo entender cómo el deterioro medioambiental y el deterioro demográfico son comparables. Es como comparar un kilo de pan con los 220 voltios de la red eléctrica. Hasta las unidades de medida son diferentes.

4. Estamos de acuerdo: en dichos países, el crecimiento económico fue muy importante. Sin embargo, la estabilidad de los mismos no se debe necesariamente a mayor natalidad. Por el contrario, los países con mejor educación tienen tasas de natalidad más bajas. Entonces, sí hay correlación entre bienestar y crecimiento económico, pero no me es claro que esa misma correlación se propague hacia el crecimiento demográfico.

5. No te estoy troleando, aunque no niego mi uso del sarcasmo. Pero, y esto lo pregunto en serio, ¿por qué somos «tan» valiosos los seres humanos actuales? Somos muchísimos y, más encima, engreídos, egoístas, soberbios, etc. Sabemos leer, escribir, pensar, etc., pero destruimos nuestro ambiente con una rapidez que el planeta jamás había visto. Prefiero ser más humilde al respecto.

6. Ya que mencionas Japón, un país que sí es un gran ejemplo, ahí hay un sistema que podría «motivar» a que la gente tenga hijos: buena salud, educación, seguridad social, etc. Acá, dicho sistema no existe. Habría que empezar por mejorar el sistema. Menos niños, pero con mejor calidad de vida.

Saludos.

16 de marzo

El comportamiento irracional por parte de los seres humanos siempre ha estado presente. Antes se contaminaba más que hoy, pero, el impacto era mitigado por la naturaleza, por lo tanto, no se evidenciaban grandes problemas. Con niveles de población como la que existe hoy, contaminando tanto como las anteriores, la capacidad de mitigación de la naturaleza se ha visto superada (el libro economía ambiental de Charles Kolstad podría aclarar tus dudas).

Sin embargo, ninguna de las condiciones de vida se ha traducido en prescindir de la procreación. Es uno de los actos más primitivos, instintivos y básicos que se puede encontrar en cualquier especie.

Por último, no me interesan tus sarcasmos. Así que doy por finalizado este intercambio de opiniones.

Saludos.

Blasco Ramírez

15 de marzo

Estimados; si saben inglés, les recomiendo que busquen en Youtube el documental «No sex, please. We’re Japanese». Entre otras cosas aparece una ciudad donde otrora había 20 escuelas básicas (hoy cerradas) y hoy hay sólo una. Algunos hospitales allá tienen su maternidad sirviendo de bodega.
A veces hay que afrontar tormentas. Alguna vez hubo peste negra, y Gran Depresión. Pero dentro de todo me parecería maravilloso que tuviéramos de nuevo la población de 1950. Cuando tenga tiempo voy a leer a Max Neef para entender mejor eso que dice, algo así como «Desarrollo no es lo mismo que crecimiento».

16 de marzo

Japón sufre las consecuencias del envejecimiento de su población. Por tal motivo, ha desarrollado diversas políticas para incentivar la natalidad. No es un mero capricho de ese país, las consecuencias de ese fenómeno podrían ser bastante nocivas para la economía (en su sentido más amplio).

Manfred no es el único autor que ha escrito sobre las diferencias entre crecimiento económico y desarrollo. Es más, la misma doctrina económica asume y entiende la diferencia abismal entre ambos conceptos. No obstante, existe correlación entre crecimiento económico y desarrollo (aunque este último concepto no ha encontrado una definición consensuada por los expertos -de hecho, cuando se aborda el desarrollo, se hace desde el punto de vista del subdesarrollo-). En ese sentido, tu comentario no aporta algo nuevo a la discusión.

Carola

16 de marzo

Interesante artículo, sin embargo, quisiera puntualizar algunas cosas que usted plantea en sus respuestas a los comentarios. El tema del ingreso familiar incide bastante en la decisión de limitar el número de hijos a uno o dos a lo sumo, o a la opción por no procrear. Plantea el hecho que las antiguas generaciones tenían una alta tasa de natalidad (un promedio de 5 a 6 hijos en familias del estrato popular a inicios del siglo XX con ingresos bajísimos (en realidad, paupérrimos), pero no considera las altísimas tasas de la época de morbilidad y mortalidad infantil, niños que morían mucho antes de llegar a la pubertad era la tónica, con altas tasas de desnutrición y enfermedades como la tuberculosis, que hacían estragos, además del trabajo infantil en labores de minería y agricultura, que los alejaba de toda posibilidad de continuidad en la escolaridad. La esperanza de vida en general era también muy acotada y se solía tener muchos hijos con la esperanza que uno o dos llegaran a la edad adulta. Hoy en día, esperamos que nuestros hijos nos sobrevivan, que hagan su escolaridad completa y hasta en los hogares urbanos más modestos, que tengan estudios superiores. Hoy la vivienda no se compra al jubilar, sino al fundar una familia, no se subalimenta a los niños para que coma el que trae ingresos a casa, se les lleva al sistema médico con regularidad, en fin, aquello genera gastos, pues las generaciones desde los ´70 valoran la calidad de vida para los niños. Eso puede incidir.

16 de marzo

Definitivamente son factores que pueden incidir. Incluso, en algunos casos, pueden llegar a ser determinantes. No obstante, a pesar de ello, décadas atrás, con condiciones significativamente más adversas, la pirámide poblacional chilena no tenía las características de la de hoy. En síntesis, las personas de menor edad superaban a las mayores en cantidad. Solo como dato, en la década del 60, las mujeres tenían, en promedio, 5,6 hijos (esperanza de vida de 60 años); hoy solo 1,9 (esperanza de vida de 82). Si bien la tasa de mortalidad era mayor, sería una exageración señalar que se tenían más hijos para asegurarle la vida a un par (las estadísticas no avalan tal interpretación -el trabajo infantil tipo Lota, dentro de todo, era una excepción. Eso si, la vida laboral iniciaba bastante antes-).

Hoy tenemos una población infantil que se educa, que se alimenta «mejor» (omitiendo los niveles de obesidad que se presentan) y que no se ve obligada a trabajos forzados. En síntesis, las condiciones son bastante más auspiciosas para tener hijos que en el pasado. Sin embargo, aquello sucede en menor medida.

El nivel de ingreso es un factor, pero creo que explica bastante menos la natalidad de lo que muchos piensan.

Saludos.

Blasco Ramírez

19 de marzo

Me parece muy bueno tu comentario Carola. Don Samuel Muñoz parece querer a toda costa convencernos de algo…

Mika

19 de marzo

Efectivamente, don Blasco Ramírez, pareciera que así es. Cada uno de los comentarios le muestran que su punto de vista NO es sostenible, ni sustentable. Desde el hecho que el clima afecta a todos sin importar que sean «otros» los países sobrepoblados, que la tecnología hace que los humanos seamos cada vez prescindibles en el mundo laboral, que nuestro «stock» mundial de recursos por año se está acabando a mediados del mismo, etc. Sin embargo, sus comentarios tienden a indicar que, según su punto de vista, sólo el crecimiento económico es lo que realmente importa (aunque él intente asegurar lo contrario). Y ante discrepancias muy abismales, usa «la vieja confiable»: lanzar la indirecta de la «irracionalidad».

20 de marzo

Me hago responsable de lo que digo, las opiniones que emito. Lo que las personas quieran entender al respecto, es responsabilidad de ellas.
Generalmente, en una discusión, hay argumentos y contra-argumentos; en el caso de que hayan posiciones que no concuerden. Me parece algo extremadamente normal defender mi posición haciendo uso de datos objetivos. Si el lector se convence: Bien. Si sucede lo contrario: Bien también. Es parte del intercambio de ideas.

Saludos.

Carola

16 de marzo

Otro punto de interés resulta ser que pese a la necesidad de más habitantes, en términos estadísticos, cada año hay un promedio cercano a cien recién nacidos que se abandonan en las maternidades de todo Chile, los cuales al llegar a la edad preescolar, pasan a ser parte del aparataje estatal de hogares, con el resultado propio de menores institucionalizados en edad temprana, ya que las leyes de adopción vigentes dificultan que formen parte de una familia. No sabemos qué situación social está detrás, sólo que esas guaguas están en calidad de «sobrantes» sociales y podríamos asumir que la crianza se vio dificultada por temas económicos, tal como ocurre en la abundante casuística de infanticidios de recién nacidos. Desde esos datos, los bajos salarios sí inciden en la descendida tasa de nacimientos, puesto que una familia de tres, con sueldo básico de 276.000 pesos, sólo sobrevive si ambos padres trabajan, momento en el que se requiere la escolarización temprana del menor y en ese punto, habrá que referirse a la doble jornada de las mujeres, asociada a compatibilizar trabajo y crianza más cuidado del hogar, y en los últimos años, con el cuidado de un adulto mayor o familiar discapacitado, que disuade de la posibilidad de aumentar la familia. Falta modificar legalmente temas como la, los permisos de pre y post natal igualitarios, la tuición y la potestad de los hijos para equilibrar situaciones de índole social que favorezcan la crianza en las mejores condiciones posibles.

16 de marzo

El dato de lo que niños que son abandonados al nacer solo expone el intento que convertir en un generalidad una excepción. Definitivamente no es explicativo de la baja tasa de natalidad.

Sobre el argumento del ingreso, los datos de décadas atrás muestran trabajos significativamente más precarios y ni hablar de los ingresos que se percibían. Si hoy, considerando el dato del sueldo mínimo, se piensa en condiciones menos favorables para tener hijos. En la época en que los datos son menos favorables, debería haber sido lo opuesto.

Para que un niño trabajara, a lo menos, debía llegar a los 8-10 años de edad ¿Cómo lo hacían para mantenerlo esa cantidad de años, sin perjudicar el bienestar familiar? No tiene sentido haber esperado tanto tiempo para que el niño colaborase a la casa con dinero; como excepción puede haber sucedido. Como regla general, definitivamente no.

Pablo Correa

21 de marzo

Señor columnista: cuando los costos de tener un hijo y criarlo sean similares a los de la cuenta del teléfono fijo y -de paso- nuestros ingresos sean similares a los de su presidente Piñera -a quien usted tanto encontró tan dije en su discurso- solo así me persuadirá de seguir sobrepoblando al mundo. En el intertanto, por favor lleve sus recetas a países como Suiza, a ver si se las compran.// Atentamente, un ciudadano responsable (sin mascota)

21 de marzo

Estimado, no son mis recetas (a pesar que yo soy el que escribe la columna). El envejecimiento de la población es un hecho evidenciado, sobre todo en países que están superando el subdesarrollo o que son desarrollados.

Este tema es una preocupación por las consecuencias que provoca a futuro. El caso de Japón es emblemático (también sus políticas para solucionar el fenómeno).

Independientemente que comparta, o no, mi opinión. Nunca está demás el respeto. De todas formas, en mi próximo viaje a Suiza, tendré presente su sugerencia.

Saludos.

Blasco Ramírez

21 de marzo

Yo no veo ninguna consecuencia nefasta en el envejecimiento de la población. Creo que eso produciría una crisis en un momento, pero que luego pasaría a una mejor situación. Creo incluso que esa caída de población podría «salvar al mundo».

21 de marzo

El progreso que ha tomado décadas, con una crisis, se ha desplomado y para volver a retomar el nivel perdido se requerirán décadas más (incluso, en muchos casos, no recuperarán el nivel). Los seres humanos somos motores de las economías (las diversas generaciones).

¿Tu crees que las crisis duran solo un lapso de tiempo (breve) ¿Y después las cosas resurgen? Ninguna crisis (cualquiera sea) ha pasado sin dejar secuelas que demoran años en solucionarse.

Saludos.

22 de marzo

Don Samuel

Para que más población si no fabricamos nada, alguna vez fabricamos desde autos hasta zapatos y vestuario, pero esa es una época olvida de nuestro país. Hoy la myor exportación es cobre y los Mall, por lo tanto, tanta mano de obra no necesitamos y esta puede ser sustituida por la migración. Y al tener que importar de todo, implica que a mayor población mayor presión al medio ambiental en algún lugar del planeta.

Recuerde que vivimos en un mundo GLOBALIZADO y el tema del Medio Ambiente es un desafío GLOBAL. Chile no está en una isla solitaria.

Ya que tocó las ideas de Thomas Malthus, me tome la libertad de escribir algo sobre el tema, pero actualizado al s.XXI

Sobrepoblación y cambio climático: adaptando el Maltusianismo al s.XXI

Saludos

23 de marzo

Estimado Fernando:
Agradezco tu nuevo comentario. Leí tu columna y tu posición me parece bastante válida. Personalmente, soy algo más optimista frente al como se desarrollarán los acontecimientos futuros. Sobre todo, por la forma en que avanzan las tecnologías y los medios de producción.

Creo que así como no se cumplió el presagio de Malthus en su época, tampoco sucederá en un futuro cercano. Los humanos tenemos una capacidad de reacción y adaptación única. Adicionalmente, hay agendas globales en donde los gobiernos están trabajando comprometidamente.

En síntesis, comparto tu visión. No obstante me parece muy válida.

Saludos.

25 de marzo

Samuel: Lamentablemente y esto no se trata de ser pesimista, es ver la realidad. La destrucción al medio ambiente ayudo o fue factor determinante para el colapso de la mayoría de la culturas de la antigüedad. La diferencia entre ayer y hoy, es que antes la destrucción era a nivel local, en cambio hoy, al vivir en una economía global, afecta a todo el planeta. Además, no podemos depender absolutamente de la ciencia y la tecnología, ella no hace milagros y requiere tiempo para realizar su trabajo, por lo tanto, si cambiamos nuestros hábitos y frenamos el crecimiento demográfico, le estamos dando tiempo a los científicos para hacer su trabajo.

Saludos

30 de marzo

Estimado Fernando:
Definitivamente tenemos percepciones distintas de la realidad. Como te señalé anteriormente, es válida tu posición. No, necesariamente, una verdad absoluta.

Digo, la historia de la humanidad es una prueba de la capacidad de adaptación y supervivencia de los seres humanos. Hemos enfrentado guerras, pestes, catástrofes naturales sin precedentes y aquí estamos.

Saludos.

Blasco Ramírez

22 de marzo

Si saben inglés lean esta noticia. Paul Ehrlich pronostica «colapso seguro de la civilización en décadas»

https://www.theguardian.com/cities/2018/mar/22/collapse-civilisation-near-certain-decades-population-bomb-paul-ehrlich

23 de marzo

Así como Paul Ehrlich, hay una cantidad no despreciable de académicos que piensan lo contrario (o por lo menos son más optimistas). Que puedo decir, es una posición válida. En general, cada académico enciende las alarmas desde su doctrina o ciencia; no esperaría grandes presagios sobre el futuro por parte de biólogos, ambientalistas, etc.

Todo hay que analizarlo con los equilibrios correspondientes. Países que están viendo los efectos del envejecimiento en su población, han tomado medidas para mitigarlo. Lo mismo ha sucedido con aquellos países que ven deteriorado el medioambiente.

Como ves, todos han tenido su espacio y repercusión en las políticas públicas de diversos gobiernos.

Saludos.

Miguel Angel

26 de marzo

Samuel, en un comentario mencionaste que hay académicos más optimistas que Paul Ehrlich. Al respecto me pregunto: ¿qué dice la evidencia al respecto? He leído más evidencia pesimista que optimista en ese sentido.

Por otro lado, la existencia de científicos que apoyen una u otra idea no es, por sí sola, una prueba de que sea correcta. Por ejemplo, el cambio climático. El 97% de los artículos al respecto concluyen que sí existe y que el ser humano ha tenido gran influencia en él. Uno podría mencionar al 3% restante para intentar contrarrestar esa narrativa, pero bien sabemos que no representa la realidad. Además, ese 3% parece tener fallas metodológicas: https://qz.com/1069298/the-3-of-scientific-papers-that-deny-climate-change-are-all-flawed/

Y me gustaría aportar a la discusión que fue un tanto más acalorada, pero sin violentar a nadie. Varios comentarios, de buena o mala forma, mencionaron el tema del agua en Chile. Y, al parecer, la situación es aún peor de lo que pensábamos:
1) http://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2018/03/26/medio-chile-no-tiene-agua-suficiente-para-un-desarrollo-sostenible-situacion-se-agravara.shtml
2) http://lanacion.cl/2017/10/07/atencion-falta-de-agua-alerta-al-megadiverso-reservorio-de-latinoamerica/
3) http://www.uchile.cl/noticias/128419/chile-entre-los-diez-paises-mas-afectados-por-el-cambio-climatico

Entonces, estamos entre los países más afectados por terremotos, tsunamis, volcanes, ¿y ahora hay que agregar escasez hídrica?

30 de marzo

Estimado:
Que hayas leído más posiciones pesimistas que optimistas no refleja el status quo de las posiciones académicas predominantes. En todo caso, no le resto importancia al cambio climático. Le doy relevancia a la necesidad de aumentar las tasas de natalidad.

En realidad, el apoyar un ámbito no le resta importancia al otro. Esa pseudo paradoja es bastante irreal.

Saludos.

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